Para los escépticos, es innegable que es el único jugador africano en ganar la máxima distinción individual del mundo del fútbol, el Balón de Oro.
Nació en Monrovia en 1966 y allí se crió, en un suburbio de la capital liberiana, en la más absoluta pobreza junto a sus 11 hermanos.
Desde pequeño tuvo que buscarse la vida y compaginar el fútbol con un trabajo para subsistir. Siendo prácticamente un niño, ficha por el equipo más poderoso de Liberia, el Invencible Eleven, tras una notable actuación en el Mighty Barolle.
Poco tardó en quedársele pequeño el campeonato local de su país natal. Fue entonces cuando Weah da el salto a Camerún, fichando por el Tonnerre Yaoundé.
Hasta aquí la historia de George Weah no dista mucho de la de gran cantidad de chavales que cambian de club, o incluso de país en el continente negro, en busca del ansiado éxito futbolístico. Esa temporada 87-88 fue al que cambió su vida.
El trotamundos francés Claude Le Roy, en aquel momento seleccionador de Camerún, descubrió a la perla liberiana mientras confeccionaba el combinado nacional para su participación en la Copa de África.
Eclosión en el «viejo continente»
Claude Le Roy le recomendó a su colega Arsène Wenger la contratación de aquel muchacho de 21 años para su Mónaco. Wenger fiel a su faceta de descubridor de jóvenes talentos no perdió la oportunidad que le brindaba su compatriota. El Mónaco fichó a George Weah por una cantidad cercana a los 150.000$, cuantía modesta para la época.
La adaptación no iba a ser fácil. Salió de la pobreza de Monrovia rumbo a Camerún y de allí dio el salto al minúsculo Principado famoso por su casino, sus fiestas y por ser el hogar o destino de innumerables magnates.
Aun así este chico de tan solo 22 años se adaptó bien y no se dejó llevar por el lujo y la mala vida.
Y no solo no defraudó, si no que toda Europa se enamoró de aquel delantero potente y veloz a la par que habilidoso.
Tampoco se debe olvidar la situación que se vivía en Liberia en aquella época. En lo personal fue la peor etapa de su vida. Estalló la guerra civil de Liberia. Invirtió todo su dinero en sacar a su familia del país y aun así las tropas gubernamentales asaltaron su casa de Monrovia y violaron a sus primas.
Permaneció en el Principado cuatro temporadas. En el ’91 ganó con el Mónaco la Copa de Francia y fue subcampeón de la Recopa de Europa en el ’92.
Estrella consagrada
En la 92-93 fichó por el PSG, entonces un club menor en Europa, sin los petrodólares del jeque, pero un club importante dentro del panorama galo.
El equipo del Parque de los Príncipes abonaría por su fichaje el equivalente a 6,5M€, una inversión importante aquellos años.
Allí formó una dupla letal con David Ginola. Además compartió vestuario con el portero internacional Lama (el suplente era un jovencísimo Dutruel, que veríamos más tarde en España) y Rai, el hermano del archiconocido Sócrates.
Aquel PSG apeó al Real Madrid de la UEFA venciendo en Paris por 4-1. En aquel partido se vieron 4 goles desde el minuto 80.
En sus años de París conquistó una Liga, dos Copas de Francia y una Copa de la Liga.
La siguiente parada en su viaje fue el AC Milan, donde llegó para sustituir a Van Basten en el 95. Costó 11.000 millones de liras, un precio astronómico para la época. (7,5M€)
Muchos en San Siro cuestionaban que la potencia del ariete liberiano pudiera hacer olvidar la elegancia de «Nureyev», pero se equivocaban a su manera, pero lo hizo.
Con los «rossoneri» consiguió dos Scudettos y las máximas distinciones individuales. El único Balón de Oro que tiene un jugador africano y el primero a uno no nacido en Europa. Formó dupla con Simone, Baggio o Bierhoff.
Africano de oro
El formidable delantero situó su Liberia natal en el mapa. Siempre ha luchado por su país y nunca ha olvidado sus orígenes.
No quiero dejar pasar una historia, de esas curiosas, relacionada indirectamente con el bueno de George Weah.
En 1996 el vigente Balón de Oro, George Weah, supuestamente llamaba por teléfono al entrenador del Southampton, para recomendarle la contratación de un primo lejano suyo, un ex del PSG y habilidoso delantero internacional por Senegal.
La directiva de los «Saints» efectuó el fichaje dando por buenas las recomendaciones, por venir de quien venían. Aunque eso sí, el contrato sería únicamente por un mes, hasta que Ali Dia demostrase su valía.
En un partido frente al Leeds, Matt Le Tissier se lesionó. Sin ni siquiera haberle visto entrenar el «primo» del Balón de Oro, que ya había cumplido la treintena entró al campo al filo del descanso.
El resultado no pudo ser peor, no sabía ni posicionarse en el campo, carecía de técnica alguna y era incapaz de golpear el balón decentemente ni para dar un pase corto. Tuvo que ser sustituido antes de finalizar el encuentro ante la bochornosa situación.
«Le God» hizo unas contundentes declaraciones sobre este supuesto jugador:
Esta historia tiene dos versiones, en una de ellas Weah negó conocer al “impostor” ni haber llamado a nadie y alegó que alguien se hizo pasar por él, todo apunta a su representante. En otras versiones admitió el parentesco lejano con el jugador, aunque nunca esa supuesta llamada.
Bienvenido presidente
Antes de retirarse jugó en el Chelsea (99-00) donde gano una FA Cup. En el Olympique de Marsella, el Manchester City (aun equipo pobre de la ciudad) o Al-Jazira, donde se retiró en 2003.
George Weah tiene una particularidad, si lo pensamos apenas hay jugadores africanos que comenzaran sus carreras en África, en su mayoría o bien se criaron en Europa como hijos de inmigrantes, o recalaron en Europa por otra razones antes de iniciar su carrera futbolística.
No es habitual que los ojeadores busquen figuras en las ligas africanas. El caso de Weah es especial porque nació y se crió en Liberia y vino ya como jugador contrastado o al menos profesional.
Actualmente es presidente de Liberia, tras perder las elecciones en 2005, volvió a intentarlo en 2018 y se hizo con el triunfo.
Hasta Mandela reconocería su implicación y su aportación para mejorar las condiciones de Liberia y de África. Tiene dos hijos futbolistas, aunque el más conocido es Timothy, internacional por USA y ex de PSG que debido al periplo futbolístico de su padre podía haber jugado también por Liberia, Jamaica o Francia.
Seguramente el gol más conocido de George Weah sea este al Hellas Verona: