El equipo mexicano quería cambiar la dinámica de un lustro sin ganar el campeonato y, para ello apostó por un ilustre de los banquillos y acometió fichajes que le diesen un salto de calidad.
Junto al técnico holandés llegó el delantero François Omam-Biyik, autor del gol con el que Camerún derrotó a la vigente campeona, Argentina, en el partido inaugural del Mundial ’90 disputado en San Siro y que significó la primera victoria de “Los Leones Indomables” en este torneo.
África se “apodera” del fútbol mexicano
También contrataron a Kalusha Bwalya, tercer máximo goleador histórico de la selección de Zambia, que un año antes de llegar al Club América, se libró de morir en el accidente aéreo que sesgó la mejor generación de jugadores zambianos de la historia, al tener un compromiso con su club, PSV Eindhoven.
A esta dupla atacante les apodaron “Las Águilas Negras” en alusión al sobrenombre que adoptó el equipo afincado en Ciudad de México en la década de 1980.
Además contaron con el poderío ofensivo de dos jugadores que con el tiempo se convirtieron en los máximos goleadores en la historia del club. Un joven llamado Cuauhtémoc Blanco y un históricos del fútbol mexicano como Luis Roberto Alves “Zague”.
Beenhakker inculcó la idea de que no bastaba con ganar, tenían que hacerlo con un fútbol vistoso y ofensivo que fuese divertido para los aficionados. Y lo consiguió
Aquella aventura apenas duró una temporada, pero fue espectacular. Durante los 36 partidos de la temporada regular (Beenhakker estuvo 33 de ellos en el banquillo) anotaron 88 goles y otros 6 entre los partidos de cuartos de final ante Puebla y Cruz Azul, que les apartó de la lucha por el título en semifinales.
Las “Águilas” se transforman en “Abejas”
El inicio de campeonato no fue excesivamente bueno. Al equipo le costó arrancar, pero todo cambió en la jornada 6. Aquel 7 de octubre de 1994 Club América recibió en el Estadio Azteca a Atlético Morelia.
Los locales empezaron perdiendo con dos goles en apenas tres minutos, pero a partir del minuto 10 reaccionaron y terminaron llevándose un duelo espectacular por 7-3.
El extraordinario nivel de la dupla de atacantes hizo que los aficionados de Club América apodasen a su equipo aquel año como las “Abejas Africanas”.
A partir de ahí encadenaron goleada tras goleada. No había defensa que se les resistiese. Entre los resultados más abultados destacaron un 8-1 a Correcaminos de la UAT, 4-1 ante Toros Neza, 2-8 en el campo de Tampico o 1-6 en la vuelta frente a Atlético Morelia.
Un Clásico para recordar
Uno de los momentos más esperados de la temporada llegó el 13 de noviembre de 1993, aquel día se disputó el Clásico del fútbol mexicano entre Chivas y Club América en el Estadio Jalisco.
Fue uno de los más espectaculares desde que estos dos equipos se midiesen por primera vez en 1943. Un duelo vibrante con constantes alternativas en el marcador que se llevaron las “Abejas Africanas” logrando el definitivo 3-4 en el tramo final.
Omam-Biyik fue segundo máximo goleador del torneo e hizo las delicias de los aficionados de Club América anotando 33 goles y fijando un récord al lograr marcar en 11 jornadas consecutivas. Hito que años más tarde igualó el paraguayo José Saturnino Cardozo.
Permaneció en Club América hasta 1996 y jugó en otros dos equipos mexicanos, Italia y Francia hasta retirarse en 2000. En sus tres años en Club América logró 62 goles que le colocan en el top-20 de goleadores históricos de este equipo.
Por su parte Bwalya permaneció en el club hasta 1997 y también se retiró en 2000 tras jugar en otros cinco equipos del fútbol azteca.
Segundas partes nunca fueron buenas
El 6 de abril de 1995 tras empatar a un gol en el campo del Puebla Leo Beenhakker fue destituido. Faltaban cinco jornadas para la conclusión de la temporada regular y, pese a que el equipo había perdido frescura, con cuatro empates consecutivos, terminó clasificándose holgadamente para las eliminatorias.
Al parecer el centrocampista Joaquín del Olmo no quería firmar la renovación y el presidente de Club América exigió que dejase de formar parte del once, algo a lo que el técnico se negó en rotundo. Fue su última decisión en el banquillo de los “Azulcremas”.
Beenhakker regresó a Club América en 2003 y también tras una año (esta vez mucho menos brillante) abandonó el banquillo de las «Aguilas». Fue entonces cuando el holandés explicó los motivos que llevaron a Emilio Díaz Barroso a despedirle durante su primera etapa.
Alguien dijo que en el fútbol solo vale ganar y la gente solo recuerda al campeón, pero no siempre es así, ya que, décadas después cada vez que el Club América muestra un buen nivel de juego, a los aficionados les vienen a la mente los recuerdos de aquellas “Abejas Africanas”.