Diego Armando Maradona era ya una estrella consolidada, uno de los mejores del mundo, sino el mejor.
Un año año antes, el Barcelona había pretendido infructuosamente su fichaje, pero la junta militar argentina lo impidió por razones de Estado.
Lo cierto es que a pesar de ser un jugador descomunal hasta ese momento solo había levantado el Mundial juvenil de Tokio y no contaba con ningún título profesional en su palmarés.
Esa temporada ganó su único título con la camiseta de Boca Juniors, el Torneo Metropolitano.
Aquel Superclásico de 1981 terminó con 3-0, cerrando el marcador está auténtica obra de arte de Maradona. Sin duda este tanto frente a River es uno de los mejores de su carrera.
Lo tuvo todo. Controló un balón complicadísimo, regateó en una baldosa al «Pato» Fillol y su disparo ajustado no lo pudo atajar el defensor que bajo palos hacía de improvisado guardameta.
Con la victoria en el Superclásico, Boca iniciaba su camino con paso firme hacía el título. Para Diego después vino Barcelona, el Mundial de 1986 y sus hazañas napolitanas.