Su fichaje fue harto complicado y se dilató tanto en el tiempo que tardó más en concretarse que lo que duró su estancia en el Camp Nou.
Diego empezó jugando en Argentinos Juniors, donde debutó con apenas 16 años en 1976.
La irrupción de Maradona en el panorama futbolístico fue un auténtico ciclón y su nombre empezó a aparecer en las libretas de los grandes ojeadores del fútbol argentino.
Así fue como le descubrió José María Minguella, por casualidad. En aquel mundo aun analógico el trabajo del ojeador consistía en patear mundo y visitar campos de tierra, no existía Youtube.
En 1977 Minguella estaba en Buenos Aires siguiendo a otro jugador del que había recibido bueno referencias y asistió a un partido de Argentinos Juniors para ver a la estrella en ciernes con sus propios ojos
Nada más ver a Maradona en acción quedó maravillado y supo que no estaba ante un jugador corriente. Era un talento especial.
Lo mismo pensó Jorge Cyterszpiler, amigo de la infancia de Diego y dos años mayor que él, que siempre había ejercido como hermano mayor del astro.
La eclosión de una estrella
Siendo aun estudiante de económicas, hacía las veces de representante de Maradona, hasta formalizar la representación en 1977 a través de la empresa Maradona Productions.
Miguella propuso su contratación al Barcelona en 1978, pero Argentinos Juniors ya intuía la magnitud del diamante que poseía y pidió 100.000 millones por el traspaso y la directiva culé lo descartó.
Consideraban que era una apuesta demasiado arriesgada por un chaval de 18 años que apenas había salido de su humilde barrio, La Paternal y ni siquiera sus padres veían con buenos ojos su marcha a Barcelona.
Ese mismo año Menotti lo incluyó en la lista preliminar, pero finalmente no le convocó para jugar la Copa del Mundo que se iba a disputar en Argentina.
Algunas fuentes atribuyen esta decisión a que la Junta Militar intervino en la elaboración de la lista y prefirió seleccionar a otros jugadores.
Argentina ganó su Mundial en 1978 sin Maradona, que un año después lideró a la albiceleste en el Mundial Juvenil disputado en tierras niponas.
Nuevo fichaje frustrado
Aquel campeonato fue la puesta de largo de Maradona a nivel mundial y no fueron pocos los clubes que se interesaron por él.
De la mano de Cyterszpiler y a través de Maradona Productions empezaron a firmar impresionantes contratos publicitarios con multinacionales como Coca Cola o McDonald’s. «El Pelusa» ya era una máquina de hacer dinero.
En 1980 el Barcelona consiguió cerrar otro acuerdo pero de nuevo el traspaso no se consumó. Esta vez fue el almirante Carlos Alberto Lacoste, que presidía la Junta Militar, quien se negó en rotundo y volvió a frustrar el deseado fichaje.
Prohibieron a Maradona salir del país y alegaron que la patria lo necesitaba con vistas al Mundial de 1982.
En 1981 estuvo a punto de efectuarse su traspaso a River Plate, pero la voluntad de Diego de jugar en Boca Juniors hizo que la operación no se concretase.
La paupérrima situación económica de las arcas de Boca no les permitía asumir ni por asomo el montante de la operación.
Buscaron una alternativa, jugaría cedido en Boca Juniors durante año y medio, quedando en manos de los «Xeneizes» una futura opción de compra.
¡¡Por fin!!
En vísperas del Mundial ’82 volvieron a retomarse las negociaciones. Jose Luis Núñez cerró un acuerdo en el mes de mayo, firmando un precontrato con el jugador.
Joan Gaspart, partícipe en aquellas negociaciones, contó que la policía tuvo que trasladar a la expedición azulgrana en una tanqueta del ejército desde el hotel a aeropuerto, temerosos de la reacción de los aficionados.
A ojos de la afición argentina, esos directivos culés estaban robando un tesoro nacional.
Núñez, siempre fiel a su estilo en este tipo de cosas, lo anunció a bombo y platillo por la megafonía del Palau el mismo día que llegó a Barcelona, durante un partido de la sección de baloncesto. Poco después estuvo a punto de irse al traste la operación una vez más.
Mientras Maradona ya estaba concentrado en Elche con la albiceleste para el Mundial, su agente Jorge Cyterszpiler negociaba en la capital con el Real Madrid.
Di Stefano, entrenador en aquel momento de los blancos, conocía a Maradona y Cyterszpiler y echó mano de su condición de argentino para tratar de convencer a ambos de la conveniencia de su fichaje por el Real Madrid.
Finalmente, Diego decidió respetar le precontrato y se decantó por el club blaugrana. La operación se cerró en torno a los 7,2 millones de dólares, más de 1200 millones de las antiguas pesetas. El fichaje más caro hasta la fecha.
Maradona y Barcelona, una breve historia de amor
Algunos se acordaron de los 100.000 dólares no quisieron pagar en su momento y que 5 años después parecían un regalo. De aquella cantidad se repartieron 6 millones para Argentinos Juniors y el resto a las arcas de Boca.
El actual presidente de la Comisión Gestora del FC Barcelona, Carles Tusquets, fue clave en el fichaje, ya que, gracias a una ocurrencia suya consiguió que el club se ahorrase mucho dinero, gracias al tipo de cambio.
Compraron bonos en la bolsa de Nueva York, para después canjearlos en la bolsa de Buenos Aires. A esto hay que añadir que finalmente el fichaje de Maradona al Barcelona le salió prácticamente gratis, ya que, con su venta dos años después al Nápoles cubrieron tanto el traspaso como la ficha del jugador.
Así se cocinó el fichaje de Maradona por el Barcelona. Una operación que coció a fuego lento durante más de 5 años. Mucho más tiempo del que «El Pelusa» pasó en la Ciudad Condal, poco más de 700 días.
Durante su estancia en Can Barça jugó 58 partidos, ganó 3 títulos, dejó destellos de su enorme calidad, se lesionó de gravedad tras una durísima entrada de Goikoetxea y padeció una hepatitis.
Su camino empezó a torcerse por el consumo de drogas y se despidió de los blaugrana tras un tenso pulso con la directiva y una bochornosa pelea en la «Batalla del Bernabéu«.