Del mismo modo que se cree que algunos combinados han sido objeto de alguna conspiración para perjudicarles. Como ejemplo de ello suelen citarse las sospechosas eliminaciones de la URSS en sus últimas participaciones en la Copa del Mundo.
En la mayoría de ediciones planea la sombra de la sospecha, normalmente la anfitriona acaba viéndose beneficiado de dicha condición.
Si Mussolini hizo mucho más de lo que estaba en su mano para que Italia ganara en 1934, Videla no fue menos en 1978 , antes llos charrúas jugaron sus cartas en 1930.
La anfitriona siempre goza de «cierto favoritismo», tal vez por eso suele decirse que los ingleses solo ganan un Mundial si lo organizan ellos, como sucedió en 1966 con el polémico gol fantasma de Geoff Hurst.

Ahn Jung-hwan marcó el gol que dio la victoria a Corea del Sur frente a Italia en el Mundial de 2002 (Fuente: trome.pe)
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