En 1925, en el seno de una familia de ascendencia irlandesa, en el Puerto de la Cruz, nacía Luis Molowny.
Desde muy joven destacó por su buen manejo del balón, aunque no se lo pusieron nada fácil a la hora de practicar su amado deporte. Consciente de su valía a los 15 años solicitó realizar las pruebas en el Tenerife, pero ni siquiera recibió respuesta.
Lejos de tirar la toalla ante la falta de interés del club chicharrero, se presentó en el lugar de las pruebas el día señalado. Allí se situó tras la portería donde los otros jóvenes chutaban al realizar los ejercicios.
Una y otra vez devolvió los balones que los aspirantes tiraban fuera del campo, tal era la calidad de sus golpeos que fue invitado a realizar la prueba de admisión. La superó con facilidad.

Luis Molowny chutando a portería (Fuente: eldiariodemou.com)