Entre equipos de fútbol pasa más o menos lo mismo. Normalmente la rivalidad entre equipos de la misma ciudad suele provocar multitud de conflictos, pero en ocasiones también deja gestos de solidaridad o de cortesía entre ambos.
Con el Real Madrid inmerso en la remodelación del Santiago Bernabéu, el ofrecimiento del Wanda Metropolitano por parte de Enrique Cerezo al eterno rival ha sorprendido a propios y extraños,
No es ni mucho menos una situación única, ya ha sucedido en varias ocasiones a lo largo de la historia.

En 1923 con la inauguración del Stadium, la idea inicial era aprovechar al máximo el espacio y que varios clubes, entre ellos Real Madrid y Athletic de Madrid, jugaran allí como locales.
El Real Madrid por aquel entonces tenía su casa en el pequeño y ya extinto campo de O’Donnell y estaba inmerso en la búsqueda de una sede con mayor capacidad.
Los blancos descartaron esa opción para comenzar a construir el viejo Chamartín y en poco tiempo el Atlético de Madrid se quedó como único inquilino del Metropolitano, nombre oficioso que hacía honor a la constructora y que acabó eclipsando al nombre oficial del estadio.
En 1924 el Real Madrid inauguraba el Estadio de Chamartín, casa en la que permaneció hasta 1946.

Una «casa de alquiler»
Tras el estallido de la Guerra Civil Española en 1936 los campos sufrieron suerte dispar, según su localización.
Suspendido el fútbol, el Viejo Chamartín pronto fue reutilizado como tierra de cultivo, convirtiendo su terreno de juego en un gran huerto para abastecer de alimentos a la ciudad de Madrid.
Ya que no había circo, que al menos no faltara pan.
El Stadium Metropolitano, cerca de la actual Ciudad Universitaria, se encontraba en pleno frente de batalla, por lo que al finalizar el conflicto quedo prácticamente destruido.
Sin haber sufrido apenas daños, el Viejo Chamartín fue convertido en cárcel improvisada tras la rendición de Madrid.
Con el fin de la guerra y el regreso del circo (fútbol) El Atlético Aviación necesitaba un lugar donde disputar sus partidos como local ante la imposibilidad de hacerlo en el Metropolitano.

La primera opción fue Vallecas, pero se descartó porque necesitaba de reparación por los daños sufridos durante el conflicto bélico.
Ante este panorama el Atlético Aviación jugó como local en el Viejo Chamartín durante toda la temporada 1939-1940.
El Real Madrid cedió gustoso su estadio a los rojiblancos con la única condición de que sus socios pudieran acceder gratuitamente a los partidos del equipo rojiblanco.
La afición merengue no se lo puso fácil a los colchoneros. Los abucheos, silbidos e insultos hicieron que en ocasiones se sintieran como visitantes en su propia casa.
Con todo y con eso el Atlético Aviación levantó aquella temporada la primera Liga de su historia, por lo que la experiencia finalmente no fue tan traumática.

Favor de vuelta
Aun así, en cuanto fue posible los colchoneros se mudaron, temporalmente, al Estadio de Vallecas, hasta que en 1943 finalizaron las obras en “su” casa y pudo volver al Metropolitano.
Unos años después los rojiblancos tuvieron la oportunidad de devolverle el favor a sus vecinos.
Durante la campaña 1946-1947 el Real Madrid se encontraba construyendo el Nuevo Chamartín, viéndose obligado a buscar alojamiento durante toda la temporada y parte de la siguiente.
Sus vecinos cedieron gustosos el Estadio Metropolitano con la misma condición que recibieron de su eterno rival años atrás. Y así fue.
Tras la inauguración del Nuevo Chamartín a finales de 1947 cada equipo permaneció en su casa durante casi dos décadas, pero como en ocasiones anteriores hubo que tirar de la casa del vecino antes de hacer la mudanza.
En la década de los 60 el Metropolitano estaba bastante anticuado, sin muchas de las comodidades de los nuevos estadios y sin mucho margen de mejora.

Un club de la entidad del Atlético de Madrid necesitaba un estadio moderno a la altura del club, por lo que empezó a rondar la idea de un cambio de sede.
Durante temporada 1962-1963 disputaron la Recopa de Europa y, la buena relación entre los presidentes de ambos clubes propició que pidieran prestado el Santiago Bernabéu, más propicio para albergar eventos televisados.
Los colchoneros recibieron al FC Núremberg en la vuelta de las semifinales con el estadio abarrotado. Una vez más con fuerte presencia merengue en las gradas y de nuevo resultado favorable a los rojiblancos, que se impusieron a los germanos.
Mismo escenario, distinto final
La experiencia fue buena y el préstamo se repitió un año después para recibir a la Juventus de Turín en los octavos de final de la Copa de Ferias. Se cumplió aquello de que segundas partes nunca fueron buenas.
Apenas se superó la media entrada (el encuentro se disputó en Año Nuevo) y la parroquia colchonera se vio eclipsada por los aficionados merengues que acudieron en masa para ver Luis del Sol, ex jugador del Real Madrid

En 1960, Del Sol llegó con vitola de estrella al Santiago Bernabéu y aunque solo jugó dos temporadas de blanco antes de partir rumbo a Turín, fue muy querido por la afición merengue, que no quiso perderse la oportunidad de volver a disfrutar de la calidad de un viejo conocido.
La Juventus se impuso 1-2 apeando al Atlético de Madrid de la competición. Esta circunstancia dio carpetazo a la remota posibilidad de que Atlético de Madrid compartiera estadio habitualmente con el eterno rival.
Soñadores siempre ha habido, pero no parecía una opción muy real que pudiera materializarse. En 1966 el Atlético se mudó al Vicente Calderón, ubicado en la ribera del Manzanares.

El Metropolitano fue demolido y en sus terrenos se erigieron edificios de viviendas y oficinas. Algún viejo del lugar dice que aún hoy paseando por esas calles se puede escuchar a la afición animar a su Atleti.
Leyendas paranormales aparte, sí es cierto que las calles construidas sobre los anteriormente terrenos rojiblancos conforman la silueta del escudo del Atlético de Madrid. ¿Casualidad o guiño a sus viejos inquilinos?

El sabor de vencer en casa ajena
Pasaron décadas para volver a ver a uno de los dos ejercer de local en casa del vecino.
En 1992 los colchoneros ejercieron como locales en el Bernabéu, para colmo su rival era el Real Madrid, el teórico anfitrión. Esta vez fue una cuestión de azar, ya que, el motivo de ese intercambio de papeles fue la final de la Copa del Rey.
Idéntica situación se había dado en 1960 y 1961, en todas ellas el Atlético de Madrid alzó el título. En 2013, también ante el vecino, no eran locales, pero cumplieron con su tradición de ganar finales en el coliseo blanco.
De los 10 títulos coperos que han ganado los colchoneros, 9 de ellos han sido en casa del vecino, sólo la Copa de la 95-96 (la del doblete) la han logrado en otro campo, La Romareda.

La siguiente ocasión fue en la jornada 28 de la 93-94. No con motivo de ninguna mudanza, ni celebración, más bien un castigo.
Últimos precedentes
Durante el partido de vuelta de los cuartos de final de Copa del Rey frente al CD Tenerife (0-3), un aficionado merengue arrojó una naranja que impacto en uno de los jueces de línea.
Aquel incidente significó la clausura del Estadio Santiago Bernabéu durante un partido, siendo efectiva en el encuentro de Liga frente al Rayo Vallecano, por lo que el Real Madrid se vio obligado a jugar en el Vicente Calderón durante aquel destierro.
Aquel 12 de marzo acabó bastante mejor de lo que se podía pensar «a priori». Vicente del Bosque debutaba de forma interina por la salida de Benito Floro del banquillo blanco.
El Real Madrid se impuso 5-2 a los vallecanos, con sendos dobletes de Hierro y Prosinecki. El otro tanto lo logró Butragueño, mientras que Onésimo hizo los dos goles de la franja.

La última experiencia de este tipo fue en la temporada 96-97.
El Atlético tenía que hacer obras por la aluminosis que padecía el Calderón, a la ya prevista vuelta de la Supercopa fuera del Manzanares, en el antiguo estadio de La Peineta, hubo que sumar el primer partido de Liga por una plaga en el césped.
Tan solo dos días antes Jesús Gil cerraba el acuerdo para alquilar el coliseo blanco y esta vez sí, 40.000 indios tomaron el fuerte blanco para arropar a su equipo ante el Celta de Vigo.
Los colchoneros se impusieron por 2-0 con tantos de Esnáider y Kiko. Jesús Gil declaró haberse sentido como en casa por la hospitalidad recibida del vecino.
¿Cuándo será la próxima visita?