Esta historia tiene dos protagonistas. De un lado un hombre sosegado, que no solía dar una voz más alta que la otra y que fue expulsado en 7 ocasiones a lo largo de sus 14 años en el fútbol profesional.
Eso sí, en la temporada 1999-2000 recibió una de las sanciones más duras de la Liga tras una acción surrealista del colegiado José Luis Prados García.

El jienense arbitró durante seis temporadas en Primera División y ganó el Trofeo Guruceta en la campaña 1998-1999.
En la jornada 28 del campeonato se medían en El Sardinero Racing de Santander y Real Zaragoza con objetivos muy distintos.
Los cántabros trataban de eludir los puestos de descenso (iban decimosextos y un punto por encima del Atlético de Madrid, que marcaba la zona de peligro).
Por su parte, los maños, empatados a puntos con FC Barcelona y Real Madrid, luchaban por meterse en los puestos europeos, e incluso soñaban con el liderato, ya que, el Deportivo de la Coruña les aventajaba en apenas 5 puntos.

Teatro del malo
En lo meramente futbolístico el encuentro finalizó con victoria visitante, aunque los aficionados seguro que recuerdan más la polémica generada entorno a portero y colegiado que el resultado del encuentro.
Munitis adelantó a los cántabros a los 15 minutos de juego, aprovechando un rechace del meta visitante.
Hasta el minuto 80 mantuvieron la ventaja en el marcador. En ese instante llegó el empate marcado por Yordi y comenzó el show de Prados García, que poco antes ya había expulsado a un jugador local por doble amonestación.
Los cántabros protestaron amargamente porque creían que el delantero había marcado con la mano. El colegiado validó el gol y empezó el jaleo.

Le hicieron el clásico corrillo y en pleno tumulto Prados García le muestra la roja a Ceballos, que muy enfadado pone su cara a escasos centímetros del rostro del árbitro.
¿Qué hizo este? Al sentir un leve contacto cae desplomado fingiendo un cabezazo del guardameta. Lamentable. En la era de la televisión quedó retratado.
En tan sólo 3 minutos los locales pasaron de tener ventaja en el marcador a perderla y tener que disputar los instantes finales con 9 jugadores. Yordi con otro cabezazo en el minuto 89 se llevó los puntos a Zaragoza.
La polémica no había hecho más que comenzar. Aquella acción le terminó saliendo cara al colegiado. Ante su teatral reacción fue retratado una y otra vez en la prensa. Lógicamente ya no le veían capacitado para impartir justicia.
Don Erre que erre
Arbitró una temporada más y al año siguiente fue descendido a Segunda y decidió colgar el silbato para siempre.
A Ceballos el Comité de Competición le metió 12 partidos por una agresión inexistente. Obviamente los cántabros recurrieron la sanción que finalmente fue rebajada a 8 partidos..
Ni Prados García ni el Comité se bajaron de la burra. Las imágenes ponen en evidencia que no hubo cabezazo alguno, pero ya sabéis lo que les cuesta dar a torcer su brazo una vez han tomado una decisión. Aunque esta sea equivocada.
La temporada concluyó con el primer título para el Deportivo de al Coruña. El Racing logró eludir el descenso, plazas que ocuparon tres históricos, Real Betis, Atlético de Madrid y Sevilla FC.

Los maños pese a quedar cuartos en la tabla se tuvieron que conformar con disputar la Copa de la UEFA.
Su plaza en el torneo continental por excelencia lo ocupó el Real Madrid que quedó quinto pero al ganar la Copa de Europa aseguró su presencia en la siguiente edición.
No se puede justificar la encolerizada reacción de Ceballos tras la expulsión, pero mucho menos la actitud de un colegiado que fingió para buscar una mayor sanción a un futbolista.
El mundo al revés. Los espectadores de El Sardinero no había pagado para presenciar aquel espectáculo dantesco en el que un árbitro “intentó” ganar el Óscar.
