Sus raíces le valieron el sobrenombre de “El Africano” en el mundo del fútbol.
A los 18 años debutó en la Serie D italiana en el modesto Arona. Al año siguiente dio el salto a la Serie B, jugando en el Varese. Tras un año en Lombardia se trasladó a uno de los grandes, la Juventus.
En la capital del Piamonte permaneció 9 años, jugó 414 partidos y no paró de coleccionar títulos. 6 Scudettos, 2 Copas de Italia, una Recopa de Europa y 1 Copa de la UEFA.
Líder de la zaga “azzurra”
También fue uno de los baluartes de la zaga “azzurra” entre los años 1975 y 1984, en los que disputó dos Copas del Mundo. Incluido el Mundial de España, en el que Italia recuperó el título 44 años después.
Como marcaban los cánones de la época, el bueno de Claudio Gentile campaba bigote en ristre, repartiendo estopa por los estadios repartidos por el país de la bota.
Llevaba una larga carrera a sus espaldas cuando viajó con una Selección italiana repleta de dudas hacia el Mundial de Naranjito.
La primera fase no hizo más que sacar a la luz esas dudas. Lograron el pase con tres empates. Tan rácano como inesperado.
En la segunda fase abrían el fuego frente a la vigente campeona, Argentina, que además venía con el mejor jugador del momento, Maradona, y, buscarían el pase a las semis ante la Brasil de Sócrates, Zico y Falcao. Casi nada.
Su seña de identidad era no dar ni un metro al rival. Esta característica se elevó a la máxima potencia cuando consiguió anular a Maradona, Zico y Lato, las grandes estrellas de los equipos que le tocaron en suerte a la “azzurra”.
No pasarás
Para muestra de la férrea defensa que ejerció sobre el astro de la albiceleste, cabe destacar las 23 faltas que cometió sobre el “10”. Pasa esto hoy en día y le habrían expulsado 3 veces durante el partido. Valga la exageración.
Sarríá asistió a dos tardes gloriosas para el combinado transalpino, con sendos recitales defensivos de “El Africano”.
El 29 de junio frente a Argentina el seleccionador le encomendó el marcaje sobre el Diego. Claudio Gentile era la pieza clave del entramado defensivo, y, por él pasaban casi todas las opciones de imponerse a la campeona.
Misión cumplida. Italia ganó, pero lo que todo el mundo recuerda de aquel encuentro es la incansable persecución de Gentile sobre “El Pelusa”. No le dio ni un metro en los 90 minutos, no le dejó respirar.
Con el beneplácito del árbitro, que permitió ante la excesiva dureza de los transalpinos. Gentile desesperó a un genio argentino que se quejaba amargamente tras el encuentro. Ante la súplicas de el Diego, Gentile lo tenía claro:
Igualmente frustrado estaría contra Brasil, donde terminaría expulsado. El rey debía madurar, y, vaya si lo hizo. Se convirtió en leyenda en el siguiente campeonato del mundo que coronó a Argentina por segunda vez y subió a el Diego a los altares del fútbol.
El seleccionador italiano encomendó la misma tarea al “6” frente a Brasil y contra Polonia en semifinales. El buen hacer defensivo de Gentile fue clave en la conquista de aquel Mundial.
Cada vez que se encomienda a un zaguero cubrir a un rival. Todos. Jugadores, entrenadores y aficionados recuerdan aquel marcaje de Gentile a Maradona.
Ambos reeditaron este duelo varias veces en los encuentros entre Nápoles y Juventus, pero ninguno tuvo la intensidad y la dureza de aquel que vimos un 29 de junio de 1982 en el Estadio de Sarriá.
2 comentarios
Gentile, el libio………los que jugamos te queremos, pero en nuestro equipo.
La verdad es que hoy al libio le tendrían que dar cadena perpetua…Si al principio del partido lo hubieran amonestado otra sería la historia. Siempre es más fácil destruir que construir!! Cada día sos mas grande Diego.