Royston Drenthe debutó en el Feyenoord a los 18 años y con 19 ya era un fijo en el once titular. Durante el verano de 2007 fue nombrado mejor jugador de la Eurocopa sub-21, en la que tuvo un papel fundamental para que Holanda conquistase el título.
Tal crecimiento no pasó desapercibido en la zona noble del Santiago Bernabéu, que fichó a esta estrella emergente por algo más de 13 millones de euros.
El holandés de origen surinamés podía jugar tanto de extremo izquierdo como de lateral. Destancado por su gran físico y un potente disparo.
De blanco debutó en competición oficial en el partido de vuelta de la Supercopa de España, ante el Sevilla FC.
El Real Madrid cayó 1-0 en el Sanchez Pizjuán ante un gran Sevilla. 8 días después y con el «15» a la espalda salió de inicio Drenthe, la nueva promesa merengue. Y cayó de pie en su nuevo equipo, lástima que no fue la tónica general de su carrera como merengue.
En el minuto 23 puso el 1-1 con un fortísimo zapatazo desde fuera del área. Pese a que aquel partido terminó con derrota para los locales (3-5) muchas de las esperanzas de los aficionados blancos se depositaron en la perla holandesa
Tal vez ese fulgurante inicio le vino grande, al no poder alcanzar nunca el nivel que se esperaba de él.
No fue titular con ningún entrenador durante su estancia en la «casa blanca», seguramente por sus carencias tácticas y los recurrentes líos extradeportivos. Fue encadenando cesiones sin alcanzar nunca las expectativas generadas.