La historia no es del todo así, pese de haber calado muy profundamente en el sentir general. Durante la Segunda República el Real Madrid ganó 2 Copas y 2 Ligas, mientras que el Barcelona no ganó ninguna.
El conjunto blanco durante esa época se posicionó a favor del gobierno, retiró la corona del escudo y posteriormente lo sustituyó por el castillo del escudo de la Segunda República.
La franja morada de su escudo es un guiño al pendón de Castilla y fue introducido en los años 20, aunque sí se mantuvo después al pasar desapercibido.
Además, contaba entre sus filas con importantes figuras de izquierdas, como su capitán, el mítico Escobal o directivos afines a la República.
El «equipo del Gobierno»
Durante la Guerra Civil el estadio de Chamartín acogió al “Batallón Deportivo” del que también formaron parte algunos jugadores merengues.
En Barcelona se recuerda mucho el presidente Josep Suñol, que murió en un control de carreteras a manos de los mal llamados nacionales al comienzo del conflicto. Sin embargo, en Madrid no se recuerda tanto a los encarcelados, exiliados o fusilados por la dictadura al terminar la guerra, como los directivos Rafael Sánchez-Guerra, Antonio Ortega y gran parte de los jugadores. Mención a parte para el mítico Ricardo Zamora.
Incluso se rumoreó que Franco podría disolver el Real Madrid por su gran componente republicano.
Si bien catalanes y madrileños fueron excluidos del Torneo Nacional de Fútbol, pronto llegó el protagonismo del Atlético Aviación.
El club rojiblanco absorbió gran parte de los jugadores del Aviación Nacional y de aquella “fusión” nació este club que inicialmente despertó grandes simpatías entre el Gobierno y el Ejército.
Mientras que el Real Madrid, a pesar de ser el supuesto equipo del gobierno, no ganó una Copa del Generalísimo hasta 1946 y la Liga hasta 1954.
El Barcelona en cambio ganó la Copa de 1942, primera de las 9 Copas del Generalísimo que tiene en sus vitrinas y su primer campeonato liguero en 1945.
Distintas varas de medir
En 1946 tuvo lugar un episodio de mucha tensión entre el Real Madrid y el régimen fue cuando Bernabéu expulsó del palco a Millán-Astray, figura destacada del Régimen y amigo personal de Franco.
En otra ocasión también apeó de su butaca al ministro Cabestany indicándole que ese era el sitio del presidente del Real Madrid.
Santiago Bernabéu consiguió construir el nuevo Chamartín, posteriormente renombrado como el presidente, financiándolo a través de sus socios.
En cambio el Barcelona consiguió que Franco concediese una recalificación para salvarse de la quiebra y financiar la construcción del Camp Nou.
En 1950 Franco intercedió en favor del conjunto culé cuando ambos clubes trataron de fichar al húngaro Kubala, al que otorgó la nacionalidad y prestó ayuda en la batalla diplomática que se desencadenó para su inscripción.
No sintieron los blancos el mismo respaldo cuando se enfrentaron a los azulgranas por el fichaje del Alfredo Di Stéfano en 1953.
Ante el lío mercantil y burocrático se dictaminó que Di Stéfano disputara una temporada con cada club, el Barcelona disconforme con la medida decidió vender sus derechos al eterno rival.
Luchando contra la dictadura
En 1951 el presidente blaugrana otorgó la insignia de oro y diamantes del club al Caudillo. Mientras, en el exterior el Real Madrid conquistó hasta 5 Copas de Europa seguidas en España solo levantó 2 Ligas y ninguna Copa entre 1947 y 1962.
El Barcelona conquistó 6 Copas de 1942 a 1963 y 7 Ligas, aumentando su palmarés enormemente tras la llegada de Kubala.
Por este motivo Bernabéu siempre manifestó que el Real Madrid no era el equipo del gobierno, era una herramienta del régimen para publicitarse en el exterior.
Mientras en Can Barça se otorgaban insignias de oro y diamantes (1951) y medallas (1971 y 1974) a Franco, el Real Madrid lo hacía a “enemigos del régimen”.
En 1963 homenajearon a Sanchez-Guerra, el ex presidente republicano huido y en 1973 otorgaron la insignia del club a Moshé Dayán, político y militar israelí, estado no reconocido por España en aquel momento.
El Barcelona recibió un subvención de 45 millones de pesetas en 1970 para la construcción de instalaciones deportivas (el Palau), pero a los merengues les negaron la posibilidad de recalificar los terrenos del Bernabéu para la construcción de un nuevo estadio en 1973.
A lo largo de esos casi 40 años de dictadura, los homenajes y reconocimientos al dictador y las autoridades franquistas por parte del club catalán fueron constantes. Viendo el trato recibido no es de extrañar, lo que sí sorprende es esa impronta marcada en el imaginario popular
¿Cuál es el equipo del gobierno? Que cada cual extraiga sus conclusiones.