Precisamente en este encuentro, que terminó 4-1 a favor de los galos, se vio el primer gol en un Mundial, obra de Lucien Laurent.
Corría el minuto 19 cuando recibió un centro de Liberati y desde la frontal del área conectó una volea imparable para el meta azteca.
Curiosamente en los nueve partidos que Laurent jugó con la selección francesa solo consiguió dos goles. El segundo fue en un amistoso ante Inglaterra casi un año después de hacer historia en la Copa del Mundo.
Su carrera deportiva se vio interrumpida a comienzos de la década de 1940 al tener que combatir en la Segunda Guerra Mundial. Estuvo cautivo en Alemania y, al regresar a casa descubrió que los nazis le habían robado todo lo que tenía, incluida la camiseta con la que logró el primer gol en un Mundial.
En el lugar de Montevideo donde estuvo aquella portería perforada por primera vez por el centrocampista francés, ahora se erigen dos esculturas que recuerdan esta efeméride de la historia del fútbol.