En 1950 México encaró su segunda participación en la Copa del Mundo tras caer en la primera fase del primer torneo disputado 20 años antes.
En tierras uruguayas el “Tri” no fue capaz de sumar un solo punto tras contar sus partidos por derrotas ante Francia, Chile y Argentina.
No participaron en las ediciones de 1934 y 1938 y regresaron al torneo en 1950, aunque tampoco mejoraron mucho su rendimiento, ya que, cayeron goleados ante la anfitriona Brasil y Yugoslavia.
El Cruzeiro “mexicano”
Ya sin opciones de clasificarse para la última fase, el 2 de julio de 1950 disputaron su último partido del torneo en el Estadio de los Eucaliptos de Porto Alegre ante Suiza.
En aquel encuentro se dio una de esas particularidades imposibles de ver en el fútbol moderno. Por entonces la primera equipación de México era granate (comenzaron a utilizar la zamarra verde en 1958), un color muy similar al rojo utilizado por el conjunto helvético.
El colegiado sueco Ivan Eklind no autorizó el comienzo del encuentro hasta que una de las dos selecciones cambiase su camiseta. Pese a ganar el sorteo que decidía quién debía cambiarse, México lució la camiseta blanquiazul de Esporte Clube Cruzeiro y el pantalón negro de Gremio de Porto Alegre.
Así con casi media hora de retraso arrancó un duelo que Suiza ganó 2-1 gracias a los tantos de René Bader (10’) y Charles Antenen (44’). Los mexicanos solo pudieron recortar distancias en el último minuto del encuentro gracias al gol de Horacio Casarín.
A lo largo de la historia ha habido tres casos similares en el torneo de selecciones más prestigioso: en 1934 el Wunderteam austriaco vistió los colores del Nápoles ante Alemania. En la edición de 1958 Argentina lució el amarillo del IFK Malmö también ante los germanos y 20 años más tarde Francia llevó la elástica verdiblanca del Club Atlético Kimberley en su duelo frente a Hungría.