Puede que ahora suene añejo y que esté en desuso, pero las promesas y supersticiones en el fútbol fueron algo muy a la orden del día durante gran parte del siglo XX.
Relativamente reciente suena la promesa de Pochettino. En 2009 el técnico argentino se encomendó a Montserrat si se salvaba el Espanyol. La Moreneta cumplió y allí que volvió a subir a pie para cumplir con lo prometido y dar gracias a la patrona.
Hoy nos remontamos décadas atrás para recordar la promesa del «Racing de los bigotes».
La cosa va de pelos
Otro caso curioso fue el de la selección de Rumanía en Francia ’98. Todos los jugadores se decoloraron el pelo tras superar la fase de grupo para cumplir con lo prometido.
Cuando Guus Hiddink dirigió al Real Madrid prometió que si lograba levantar la Intercontinental se afeitaría el bigote y así fue.
Jordi Alba se rapó la cabeza al ganar la Champions League de 2015 y Keylor Navas hizo lo propio cuando la conquistó con los blancos años después.
A finales de 2007 Metzelder comenzó a sufrir una fascitis plantar que le llevó de cabeza en su primera temporada en el Real Madrid. Tras un infructuoso tratamiento conservador optó por la cirugía. En un tiempo en el que lo hípster aun no estaba de moda, el central alemán decidió no volver a afeitarse hasta que volviera a jugar.
Su barba se convirtió en foco de bromas pero el germano cumplió su promesa y reapareció afeitado en la La Romareda a mediados de mayo de 2008.
La promesa les dio el nombre
Uno de los más recordados por este tipo de promesas en el fútbol español es el «Racing de los bigotes». El conjunto cántabro militaba en Segunda División en la 1972-1973 .
Aunque en los últimos años es habitual verle incluso fuera del fútbol profesional antaño fue un habitual de Primera División. De hecho se trata de uno de los clubes fundadores de la Liga Española en 1929.
Los ’60 fueron años difíciles para el Racing de Santander. Estuvo 11 años fuera de la élite (1962-1973), llegando a militar en Tercera División.
Maguregui llegó al banquillo e imprimió ese carácter competitivo vasco al equipo. Su estilo de juego se basaba en encajar poco y aprovechar muy bien sus ocasiones. Defensa férrea y acierto arriba, tan aburrido como efectivo, los resultados iban llegando y el equipo empezó como un tiro el campeonato con seis victorias y un empate en las primeras 7 jornadas, en las que no recibieron un solo gol en contra.
Con la moral por las nubes, tras doblegar al Sevilla en la sexta jornada, De la Fuente y Espíldora decidieron dejarse bigote. Algunos jugadores ya lo llevaban, algo muy común de la época y más si eras central.
El Rayo «afeita» al Racing
Camino a Elche, José María Maguregui tuvo una maravillosa idea para motivar al grupo. Durante el largo viaje para disputar el encuentro en tierras ilicitanas, supuestamente en una parada en Albacete, el técnico retó a sus pupilos…. A que no hay coj..s a dejarse bigote si seguimos invictos…
Los cántabros encajaron en Elche su primer gol de la temporada, pero lograron el empate y la promesa siguió adelante. El vestuario pactó que el que no cumpliera sería multado con 200 pesetas.
Dieron por buena la pelusilla de Antonio Gento, mientras que a Chinchón, que no tenia vello, se lo pintó utilero. Cualquier artimaña valía con tal de evitar la multa.
En el siguiente partido frente al Sant Andreu volvieron a empatar y los bigotes siguieron creciendo. Una semana más tarde visitaron Baracaldo y la apuesta se hizo «viral» que diríamos hoy. Un peluquero del municipio vizcaíno se llevó sus herramientas de trabajo al estadio y prometió afeitar todos aquellos bigotes si los locales vencían al Racing.
De nuevo empataron, esta vez sin goles y el peluquero se quedó con las ganas. En la jornada 11 recibieron al Mallorca en Santander, ganando por la mínima. Los mostachos ya eran la comidilla del fútbol español.
Así llegaron al 19 de noviembre de 1972, cuando les tocó visitar Madrid para enfrentarse al Rayo Vallecano, pero no en Vallecas, que estaba en obras, sino en el Estadio de Vallehermoso. Un partido que siempre se recordará por aquello de “El Rayo afeitó los bigotes del Racing”.
Allí se acabó la broma bigotil, Illán y Potele marcaron los goles para la victoria franjirroja 2-0. Fue la primera de las 10 derrotas que sufrió el conjunto cántabro aquella temporada, pero siguieron por el buen camino y terminaron terceros regresando a la máxima categoría.