En el fútbol de antaño existía la curiosa costumbre de aglutinar varios jugadores de una misma nacionalidad, dando lugar a los denominados clanes.

En ocasiones incluso eran fichados de una sola tacada. Ahora se da más lo de un representante que con uno bueno coloca un par de paquetes al mismo equipo, casi a modo de mordida.

Hubo múltiples clanes, pero recordamos especialmente por su trascendencia al Milan de los holandeses, el Inter de los alemanes, el denominado “Cartel” de Pucela, el Zaragoza de los paraguayos y el que hoy nos ocupa, el Racing de los rusos.

Racing de Santander en la 1993-1994: Ceballos, Pablo Alfaro, Merino, Quique Setién, Radchenko y Zygmantovich (arriba). Roncal, Popov, Torrecilla, Gelucho y Geli (abajo) - Odio Eterno Al Fútbol Moderno

Racing de Santander en la 1993-1994: Ceballos, Pablo Alfaro, Merino, Quique Setién, Radchenko y Zygmantovich (arriba). Roncal, Popov, Torrecilla, Gelucho y Geli (abajo) (Fuente: twitter.com/futbolcarroza)


En algunos casos una buena actuación con su selección en la fase final de un gran torneo servía como reclamo. Otras veces tras fichar a uno que salía bueno, volvían a probar en el mismo mercado. Como todo en la vida, el fútbol también se mueve por modas.

Explorando nuevos mercados

A finales de los 80 y principios de los 90 los jugadores soviéticos tuvieron una gran acogida en el fútbol occidental.

No olvidemos que hasta ese momento el mercado soviético era de muy difícil acceso para los clubes occidentales.

Con el aperturismo en los últimos años de la URSS y tras su disolución en 1991, un nada desdeñable número de jugadores soviéticos dieron el salto al fútbol europeo.

También influyeron sus éxitos como la Recopa 86 del Dinamo de Kiev, el Balón de Oro de su estrella Belánov (1986) o la gran actuación del Spartak de Moscú en la Copa de Europa 90-91.

Ese Spartak llegó a las semifinales y se llevó por delante al Real Madrid, venciendo en el Santiago Bernabéu.

Curiosamente, de aquel equipo salieron muchos y muy buenos jugadores (otros no tanto) con destino a España;

Mostovoi, Valery Karpin, Dmitri Popov, Beschastnykh, Andrey Mokh, Gennadiy Perepadenko y Dmitri Radchenko.

Lo ruso estaba de moda, o eso debieron pensar en El Sardinero.

Dinamo de Kiev con Belánov a la cabeza en 1986 - Odio Eterno Al Fútbol Moderno

Dinamo de Kiev con Belánov a la cabeza en 1986 (Fuente: www.championat.com)


Cracks que llegaron del frío

Mediada la temporada 1992-1993 aterrizaba en Santander Andréi Zygmantovich, dando comienzo a un verdadero idilio entre “Rusia” y Cantabria.

Más de uno se habrá dado cuenta que esto tiene algo de trampa, porque Zygmantovich no es ruso, pero es imposible no incluirle en esta saga.

Llegó procedente del Dynamo de Minsk, aunque tras un breve paso por el FC Groningen holandés.

Spartak de Moscú en el Santiago Bernabéu en 1991 - Odio Eterno Al Fútbol Moderno

Spartak de Moscú en el Santiago Bernabéu en 1991 (Fuente: plantillashistoricas.blogspot.com)


Andrei Zygmantóvich es bielorruso, pero fue internacional por la URSS hasta la independencia de su país.

Huelga decir que siempre ha declarado que Bielorrusia estaba bastante mejor integrada en la URSS que desde su independencia.

Conocido como «Tractor Bielorruso», es uno de los últimos líberos de la Liga Española.

La cierto es no llegó con vitola de estrella y nunca lo fue, pero a día de hoy sigue siendo enormemente querido por la parroquia del Sardinero.

Técnicamente correcto, aportaba al equipo solvencia defensiva y buena salida de balón. Lento, duro y fiable, como un tractor.

Andréi Zygmantóvich, el "Tractor Bielorruso" - Odio Eterno Al Fútbol Moderno

Andréi Zygmantóvich, el «Tractor Bielorruso» (Fuente: www.elconfidencial.com)


Es sus tres temporadas y media solo anotó un gol, pero, aunque no se prodigaba mucho de cara a puerta, evidentemente no estaba aquí para eso.

En su primera temporada no tuvo un especial protagonismo, pero tras conseguir el ascenso su inolvidable bigote era un habitual más cada domingo en la zaga cántabra.

La temporada siguiente, la del regreso a primera de los montañeses, fueron a buscar al mismo mercado que tan buen resultado había dado.

Sorprendentemente, dos jugadores de aquel glorioso Spartak de Moscú recalaron en el recién ascendido Racing de Santander.

Dmitri Popov y Dmitri Radchenko fueron protagonistas de muy buenas tardes en el Sardinero.

Dmitri Radchenko, integrante del "Racing de los rusos" en un partido contra el Real Madrid - Odio Eterno Al Fútbol Moderno

Dmitri Radchenko, integrante del «Racing de los rusos» en un partido contra el Real Madrid (Fuente: futbolliumcollectionalbumliga1213.blogspot.com)


Popov era un centrocampista con un guante en su zurza, mientras que Radchenko era un desgarbado delantero con muy buen cambio de ritmo y gran olfato goleador.

Esa misma temporada los cántabros rozaron la competición europea gracias entre otras cosas al rendimiento brutal de su “clan”.

Con Ceballos bajo palos y el Tractor Bielorruso custodiado por Pablo Alfaro y Merino, no es de extrañar que fueran uno de los equipos menos goleados de la competición.

Arriba Popov y Radchenko, con la inconmensurable aportación de Quique Setién, ponían el resto.

Sin duda artífices de una de las noches más mágicas en el Sardinero, en un 4-0 al Barcelona de Cruyff para recordar.

Dmitri Popov, otro miembro del "Racing de los rusos" - Odio Eterno Al Fútbol Moderno

Dmitri Popov, otro miembro del «Racing de los rusos» (Fuente: www.realracingclub.es)


Segundas partes nunca fueron buenas

El verano del 1995 Faizulin sustituyó a su compatriota Radchenko, que fichó por el Deportivo, pero el recambio fue infinitamente peor.

Al año siguiente Popov y Zygmantovich dejaban el Racing de Santander, poniendo fin a esa gran primera camada de “rusos” en El Sardinero.

En busca de resultados similares, la directiva santanderina siguió pescando en el caladero ruso tratando de encontrar ingredientes similares para preparar la misma receta.

Además de Faizulin, por allí pasaron con más pena que gloria los Beschastnykh, Shustikov o Ulianov.

Siendo de estos Beschastnykh el que mejor rendimiento dio, nunca se acercó ni por asomo al de sus primeros compatriotas.

Con la salida de este último en 2001, casi una década después, acababa la presencia rusa en el Racing de Santander.

Racing de Santander el día del 5-0 al "Dream Team" - Odio Eterno Al Fútbol Moderno

Racing de Santander el día del 5-0 al «Dream Team» (Fuente: www.realracingclub.es)

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