Tras el espectacular triplete con el PSV Eindhoven en la 1987-1988 y un breve paso por el Fenerbahçe turco, Hiddink inició en 1991 la primera de sus tres experiencias en el fútbol español. Una etapa que se extendió durante tres años.
En dos de esas tres temporadas clasificó al Valencia CF para la Copa de la UEFA y en 1993 se quedaron a las puertas de la final de Copa tras caer en semifinales ante el Real Zaragoza.
Pese a que fue una buena etapa, la última temporada fue bastante convulsa. El equipo quedó muy tocado tras el «desastre de Karlsruhe» y el técnico fue destituido en la jornada 11, después de perder 0-3 ante el Real Madrid en el Luis Casanova.
Después de que pasaran hasta tres entrenadores por el banquillo che, Hiddink regresó para dirigir al equipo las últimas nueve jornadas, aunque no logró el objetivo de meterse en puestos europeos.
Durante sus años en Valencia, Hiddink contó con grandes jugadores como Leonardo, Penev, Belodedici o Mijatovic, rodeados de auténticas leyendas del club valencianista como Fernando, Quique, Camarasa, Giner, Voro, Sempere y un jovencísimo Mendieta.
Más tarde dirigió a Real Madrid (1998-1999) y Real Betis (1999-2000) y en ambos casos fue destituido antes de que concluyese la temporada.
El incidente
En la jornada 21 del campeonato se vieron las caras en el Luis Casanova un Valencia que esperaba un fallo de los dos grandes para asaltar el liderato y el Albacete que peleaba por mantener la quinta posición que le daba acceso a la UEFA.
Aquella temporada el “Queso Mecánico”dirigido por Benito Floro, que acababa de ascender a Primera División, logró la mejor clasificación de toda su historia, séptimo puesto, a un punto de los puestos que daban acceso a la Copa de la UEFA. Un equipo en el que destacaban futbolistas como Catali, Chesa, Conejo, Coco, Geli o Zalazar.
El encuentro finalizó con 1-1 en el marcador. Catali adelantó a los visitantes en el 25’ y Quique Flores logro la igualada diez minutos después, pero lo más recordado de aquel día poco tuvo que ver con los futbolístico.
Durante el calentamiento, Guus Hiddink saltó al terreno de juego y vio algo en la zona reservada para los aficionados visitantes que no le gustó nada y, mandó a un operario retirarla o su equipo no disputaría aquel partido.
Era una bandera que lucía una enorme esvástica, algo que Hiddink, proveniente de una familia que apoyó a la resistencia holandesa contra la ocupación nazi, no podía concebir que tuviese cabida en un estadio de fútbol.
Ejemplo a seguir
Fue un gesto que reportó fama mundial (aunque él no la buscaba) a Hiddink. Ese tipo de banderas no estuvieron prohibidas en España hasta 15 años más tarde cuando fue aprobada la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte..
Diez años después de aquel incidente Guus Hiddink fue galardonado con el premio de la Fundación Ernest Lluch por su defensa del civismo en el fútbol.
Poco después de lo sucedido en aquel Valencia vs Albacete el entrenador holandés solicitó que dejasen de emitir imágenes bélicas en el luminoso del Luis Casanova.
El gesto de Hiddink fue pionero en el fútbol español, destacándose como un luchador contra este tipo de grupos radicales. Quedaba mucho por hacer, pero sin duda fue un gran paso.