La sombra del danés era muy alargada y no fue una posición fácil para ninguno de sus nuevos inquilinos.
El primer candidato fue Mark Bosnich, un australiano, ex del Aston Villa, que ya había estado tres años con los «Red Devils» pero no terminó de cuajar.
Esa misma temporada llegó el portero del Venezia, Massimo Taibi. Un portero con más planta que cualidades.
Tierra trágame
De gran envergadura y criado en las categorías inferiores del AC Milan tuvo que marcharse fuera en busca de una oportunidad.
Su bagaje en Venecia tampoco era el mejor, 42 goles encajados en 33 partidos, en la meta del undécimo del Calcio. No nos engañemos, la cosa no apuntaba demasiado bien.
En Manchester, esa temporada 1999-2000, Taibi disputó únicamente 4 partidos en los que encajó la friolera de 11 goles.
Una cifra mala de por sí, peor aun sabiendo que se trababa del vigente campeón de la Premier League y de la Copa de Europa.
Debutó en la jornada 7, con una victoria del United 2-3 en Anfield. Una semana igualaron 1-1 frente al Wimbledon en casa, antes de recibir al Southampton, partido que terminó 3-3.
He elegido este gol de Le Tissier por su comicidad. Una cantada de esas que provoca más sorpresa en el autor del tanto que bochorno en sus propios aficionados. Y ya es decir.
Su cuarta y última aparición fue ante al Chelsea, en Stamford Bridge para la décima jornada de la Premier, donde recibieron un contundente 5-0.
Ninguna cantada de Massimo Taibi es tan clamorosa como la anterior, pero en varios goles pudo haber hecho bastante más.
No volvió a vestir la camiseta de los «Diablos Rojos» y no es de extrañar. En cuanto tuvieron la oportunidad le enviaron a la Reggina donde tuvo una actuación bastante más digna.