El club recibió su nombre de la iglesia metodista y fue concebido para inculcar los valores deportivos a los jóvenes de la zona.
No fue hasta 1878 cuando el equipo adoptó el nombre del distrito en el que nació, Everton. Todavía inmersos en la época el fútbol amateur jugaban sus partidos como local en Stanley Park.
Poco a poco la popularidad del equipo fue creciendo y ese campo se quedó pequeño para albergar a toda la masa social que arrastraba.
Presidente sin escrúpulos
El entonces presidente del Everton, un ávido hombre de negocios llamado John Houlding, quiso sacar tajada de la necesidad de su club.
El avispado John Houlding compró a título personal unos terrenos de escaso valor al sur de Stanley Park, junto a Anfield Road y, allí construyó un campo de fútbol.
A partir de 1884 el Everton comenzó a jugar en este nuevo estadio a cambio de un alquiler anual de 100 libras.
Como veis el por entonces presidente del Everton era capaz de encontrar un penique en un pajar, incluso a oscuras.
Hubo varios directivos que se opusieron a esta operación, pero el matrimonio funcionó hasta 1889.
El refrán dice que la avaricia rompe el saco y este es un claro ejemplo de ello. John Houlding decidió exprimir un poco más la gallina de los huevos de oro, pero se pasó de rosca. Subió el alquiler de Anfield a 250 libras.
La junta directiva ofreció 180 libras y el compromiso de mantener dicho precio durante los siguientes tres años. No hubo acuerdo.
John Houlding ofreció la venta del estadio por 6.000 libras pero no fue aceptada por una directiva cansada de los constantes intentos del empresario por enriquecerse a cosa de «su» club.
De esta forma el Everton se mudó a la zona norte del Stanley Park. Apenas a un kilómetros de Anfield levantaron su nuevo templo, Goodison Park, que a día de hoy sigue siendo el hogar de los «Toffees«.
Se busca equipo para estadio vacío
Esta decisión dejó John Houlding con un campo de futbol y sin equipo que jugase en él, por lo que decidió fundar un nuevo club.
Inicialmente, valiéndose del campo, trato sin éxito de usurpar el nombre de su antiguo club, llamando al nuevo “Everton FC and Athletic Grounds Ltd”, pero la Football Association no lo aprobó.
Como el magnate iba dejando amigos allá por donde pasaba, se topó con enormes dificultades en la captación de futbolistas para su nuevo club.
Fue entonces cuando apareció para echarle una mano McKennan, amigo personal de John Houlding y de los pocos que permanecieron a su lado tras su abrupta salida del Everton.
McKennan, a pesar de ser irlandés, tenía muchos contactos en Escocia y allí reclutó a la mayor parte de los jugadores de la primera plantilla del nuevo club, que nació en 1982 y que finalmente recibió el nombre de Liverpool FC.
De «Macs» a «Reds»
En sus primeros pasos el Liverpool fue conocido como los “Macs”, ya que, la mayor parte de su plantilla la conformaban futbolistas escoceses, con el habitual prefijo en los apellidos.
Inicialmente fue inscrito en la Lancashire League, liga regional disputada en el condado del mismo nombre y en la 1893-1894 participó en la Second Division, logrando el ascenso a la máxima categoría del fútbol inglés a las primeras de cambio.
Había llegado el momento de medirse a sus vecinos del Everton. El partido del morbo tuvo lugar el 13 de octubre de 1894. Vencieron los «Toffees» 3-0 en Goodison Park. La primera victoria del Liverpool llegó tres años después en Anfield (3-1).
Inicialmente la repercusión fue mayor Everton, principalmente gracias al gran Dixie Dean, que permaneció en el equipo entre 1925 y 1937, logrando la friolera de 400 goles en 450 partidos, que le convierten en el máximo goleador en la historia del club.
Con el paso del tiempo el Liverpool fue ganando peso hasta superar en títulos a sus vecinos de Goodison Park. En gran parte el cambio llegó de la mano de dos entrenadores legendarios, Bob Paisley y su sucesor Bill Shankly.
Liverpool es la ciudad inglesa que más títulos atesora gracias al palmarés de estos dos grandes equipos, que nos presentan dos mundos radicalmente distintos a una milla de distancia.
Habitualmente se relaciona a los «Toffees» con los católicos de la ciudad, seguramente por esa influencia irlandesa, mientras que los «Reds» eran eminentemente protestantes.
Políticamente también representaron dos ideologías totalmente contrapuestas durante la mitad del siglo XX.
Liverpool, capital mundial del fútbol
Hubo un momento en que los dos clubes de Liverpool eran los dos equipos más potentes del Viejo Continente. Mediada la década de los ’80, los «Reds» ganaron su cuarta Copa de Europa en Roma y un año después los «Toffies» conquistaron la Recopa de Europa, su único torneo internacional.
En esa campaña 1984-1985 el Everton también ganó la Liga inglesa, mientras que sus vecinos, segundos en la tabla, cayeron en la final de la Copa de Europa ante la Juventus.
Aquella fue la final en la que se produjo la catástrofe de Heysel, que tuvo una gran incidencia sobre el fútbol inglés. Todos sus clubes fueron privados de disputar las competiciones europeas, justo en el momento en el que el Everton tenía una de las mejores plantillas de su historia.
«Aquel favor» de sus vecinos del Pool, jamás será olvidado por los hinchas de Goodison Park, ya que, frenó sus pretensiones de aumentar sus éxitos en el continente y además padecieron el éxodo de sus mejores jugadores a equipos de otros países que si podían competir en Europa.
A día de hoy el Derbi de Merseyside goza de muy buena salud y sintonía, ya que, las muestras de solidaridad de los «Toffees» con los aficionados del Liverpool fallecidos en la tragedia de Hillsborough, cerraron viejas rencillas, sin restar una pizca de rivalidad.
Como prueba de estas buenas relaciones cabe destacar que los dos derbis de cada temporada de la Premier League se juegan siempre en el mismo orden desde 2003. Primero en Goodison Park y después en Anfield, establecido así por contrato.