El Old Firm es uno de los derbis más calientes con dos aficiones que se llevan odiando desde finales del siglo XIX.
Pero hubo una vez que ambas hinchadas se unieron por una tragedia que sucedió el 5 de septiembre de 1931 con el guardameta John Thomson como triste protagonista, que llegó al club verdiblanco con apenas 17 años dejando atrás su trabajo como minero.
Aquel día se disputó en Ibrox Park el derbi de Glasgow. Un duelo que terminó sin goles y pasó a la historia negra del fútbol escocés.
Durante la segunda parte el delantero local Sam English chocó violentamente con John Thomson que se lanzó valiente a sus pies para tratar de arrebatarle la pelota.
La rodilla del atacante impactó en la cabeza del joven portero que quedó inmóvil en el área del Celtic. Rápidamente fue trasladado a un hospital de Glasgow donde comprobaron que tenía una importante fractura craneal.
Unidos por la tragedia
Hicieron todo lo posible por salvarle la vida pero John Thomson falleció esa misma noche
En aquel momento nada importaban los colores y más de 30.000 personas acudieron a su funeral. Celtic Park le recuerda con un cántico durante los partidos de su equipo y cada año se celebra en Cardenden un torneo infantil que lleva su nombre.
Por su parte Sam English continuó jugando, pese a quedar eximido de toda responsabilidad por lo sucedió al considerarse un lance fortuito, entró en una fuerte depresión tras ser abucheado en algunos estadios y decidió marcharse al fútbol inglés dos años después de la tragedia.
Casi ocho décadas después de la muerte de John Thomson, al que apodaron “El Príncipe de los Porteros”, fue incluido en el Salón de la Fama del Fútbol Escocés.