El eterno «7» blanco se echó el equipo a la espalda en multitud de ocasiones, o como solía decirse en Chamartín, tiró del carro.
En sus 16 temporadas en el primer equipo fue santo y seña del club casi desde su debut, pero tenía una cuenta pendiente que no lograba saldar. Marcar en el Camp Nou.

Había pulverizado infinidad de récords, pero no fue hasta su sexta temporada en el primer equipo cuando logró quitarse esa espinita tan dolorosa.
Al comienzo de la temporada 1999-20000, un Real Madrid más cerca del naufragio que de la gloria, navegaba en mitad de tabla a 6 puntos del eterno rival cuando apenas se habían disputado 6 jornadas.
Raúl adelantó a los blancos con la cabeza en el minuto 26. Aquel momento se había hecho esperar, pero mas vale tarde…
Rivaldo puso el empate y Figo adelantó a los culés nada tras la reanudación. El éxtasis blanco llegó en el 86′ cuando de nuevo el «72 del Real Madrid batió a Hesp para poner un empate que ya pocos esperaban.
Lo más sonado de aquel partido, no fue el primer gol de Raúl en Can Barça, lo realmente recordado fue la celebración. Y es que aquel 2-2 de Raúl en el Camp Nou les supo a victoria los merengues.
Fue un mal año en Liga, terminaron quintos, pero lograron levantar su octava Copa de Europa, en una temporada en la que ya nadie daba un duro por ellos.