El futbolista, por defecto profesional, trata de sacar ventaja de cualquier situación sobre el rival e incluso de engañar al árbitro para beneficiarse en cualquier lance del juego. Eso denominado como “el otro fútbol”.
Por este motivo, cuando vemos una acción como la sucedida el 13 de febrero de 1999 en el Arsenal vs Sheffield United de la FA Cup recuperamos la fe en este deporte.
Aquel día los “Gunners” se impusieron 2-1 en Highbury, resultado que les permitió avanzar a cuartos de final en un torneo en el que defendían el título.
Un caballero en el banquillo
Corría el minuto 77 con 1-1 en el marcador cuando el meta visitante, Alan Kelly, lanzó el balón fuera de banda para que atendiesen a su compañero Lee Morris que había quedado tendido en el suelo.
Ray Parlour la puso en juego. Todos esperaban que Nwankwo Kanu, debutante aquel día, se la devolviese a los rivales, pero el ariete nigeriano avanzó y ya en el área dio un “pase de la muerte” para que Overmars marcase a puerta vacía.
Ante la indignación generalizada de los futbolistas del Sheffield United el Arsenal se llevó la eliminatoria gracias a este gol. Legal, pero en las antípodas del fair play.
El técnico de los “Gunners”, Arsène Wenger en la rueda de prensa aseguró que su equipo no podía ganar de aquella forma tan deshonesta y el Arsenal solicitó a la Football Association la repetición del choque. Algo inédito en más de un siglo de existencia de la FA Cup.
Se disputó de nuevo diez días después y los londinenses se volvieron a llevar el gato al agua, por el mismo resultado, pero esta vez con todas las de la ley, ganándose el respeto de la hinchada del Sheffield United y la admiración de todo el mundo del deporte. Chapeu por ellos. Enorme gesto.