En este momento podemos asegurar que los extremos puros, los de toda la vida, están al borde de la extinción.
Con extremo me refiero a ese jugador de banda, rápido y habilidoso, con desborde para encarar rivales y colgar balones al área rival. El fútbol actual ha ido desechando poco a poco a este tipo de jugador tan útil y versátil sobre un terreno de juego.
Otras teorías lo achacan a la importancia que ha ido ganando la posesión de balón, en la que se tiende a un fútbol de pase de seguridad minimizando los riesgos
Esto ha sido un disparo en la línea de flotación de los jugadores con desborde, porque para regatear hay que arriesgar y pocos entrenadores apuestan ya por este tipo de jugador.

Guillermo Gorostiza en un partido con el Athletic Club (Fuente: www.pinterest.es)
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