Tras darle a los azulgranas 12 años de gloria, en los que formó parte de equipos tan míticos como “El Barça de las Cinco Copas” y en los que levantó 16 trofeos, resistiéndosele únicamente la Copa de Europa en la archiconocida “final de los postes cuadrados”, en 1962 con 35 años dejó el equipo culé.
Tras un breve paso por Canadá, regresó a España en 1963 para fichar por el vecino blanquiazul, algo que despertó los más bajos instintos de los hinchas culés. Hubo alguno que completamente fuera de sí llegó a apedrear la casa de Kubala tras conocer su marcha al conjunto perico.
Agrio regreso
Los blanquiazules regresaron a Primera División aquella temporada y, la primera visita de Kubala con la camiseta del RCD Espanyol a su antigua casa se produjo el 19 de abril de 1964.
Aquel derbi catalán llegó en la penúltima jornada con el Barça ya sin opciones de conquistar el título tras su derrota contra el Real Madrid y, el Espanyol buscando escapar de la zona caliente de la tabla.
Nada más salir del túnel de vestuarios Kubala fue abucheado por la afición que poco antes le idolatraba. Esto afectó notablemente a Laszly, que estuvo muy desdibujado durante todo el partido.
Cabe destacar que el futbolista magiar había sufrido un día antes un duro golpe en la rodilla en un accidente automovilístico que le dejó muy mermado. Algunos culés llegaron a afirmar que aquel accidente no existió y que era una artimaña para no saltar al césped. Estaban deseosos de “humillar” a su otrora ídolo.
Los locales se llevaron la victoria con un apabullante 5-0, gracias a los tantos de Sándor Kocsis, Sígfrid Gracia y el hat trck de Cayetano Ré.
El gesto que nadie entendió
A la conclusión del partido el atacante húngaro pidió a sus compañeros que le hicieran pasillo al Barça, buscando un gesto de acercamiento que rebajase toda la tensión que había en el coliseo blaugrana. No logró el objetivo deseado. Algunos jugadores blanquiazules se negaron y parte de la afición culé lo vio como un gesto vacío que denotaba la culpabilidad que sentía Kubala por marcharse al enemigo.
En su etapa en el Espanyol Kubala disputó 29 encuentros y marcó 7 goles. El desgaste físico ya pesaba, pero continuó dejando detalles de su inigualable calidad. Los pericos lograron salvarse en la promoción ante el Sporting de Gijón y ese mismo verano cambiaron un icono por otro, ya que, llegó a sus filas Alfredo Di Stéfano.