Su nombre se debe a una de las antiguas puertas que daba acceso a la ciudad de Hamburgo, actualmente ubicada en el emblemático barrio de Sankt Pauli.
Durante tres décadas fue conocido como Wilhelm-Koch-Stadion en honor a uno de los presidentes más importantes en la historia de este club alemán.
En 1997 desvelaron que dicho presidente fue miembro del partido nazi y, mediante un movimiento popular en 2000 se restauró el nombre original, Millerntor-Stadion.
Siete años después y, en contra de la tendencia imperante en el fútbol moderno, la afición del St. Pauli aprobó por mayoría que su nombre no podrá ser utilizado para uso comercial.
De remodelación en remodelación
El FC St. Pauli es uno de los equipos más singulares del mundo. Uno de los pocos que continúa mostrando esa conexión entre el fútbol y las clases más humildes.
Tras quedar completamente destruido el antiguo estadio, en pie desde 1919, por los estragos de la Segunda Guerra Mundial, los aficionados ayudaron al club de sus amores a construir un nuevo estadio sobre las ruinas del anterior.
Pese a terminar antes las obras no pudo ser inaugurado para la práctica del fútbol hasta 1963, ya que, ese mismo año fue la sede de una Exposición Internacional de Jardines.
Se estrenó coincidiendo con la fundación de la Bundesliga, el gran objetivo a alcanzar para el FC St. Pauli y, que lograron por primera vez en 1977, aunque su aventura solo duró un año al quedar últimos en la tabla. Desde entonces han oscilado en las tres primeras categorías del fútbol alemán.
La última remodelación del Millerntor-Stadion fue acometida durante el verano de 2015, estableciendo su capacidad actual 29.546 espectadores.
El templo “Pirata”
El barrio de Sankt Pauli originalmente era una zona habitada por marineros dada su cercanía al puerto de la ciudad. Durante la década de los 60 comenzó a poblarse de inmigrantes y entre los 80 y 90 se convirtió en un barrio muy popular frecuentado por jóvenes estudiantes.
Esta tradición marinera le valió al club el sobrenombre de “Los Piratas de la Liga”, de ahí y pese a que su escudo es distinto la bandera pirata luzca orgullosa por todo el Millerntor-Stadion, incluso en los banderines de córner.
Durante el auge del movimiento punki en la zona y todo tipo de movimientos alternativos en la zona, hizo que la gente de marcada ideología de “izquierdas” comenzase a simpatizar con el club.
Desde esa época en los estatutos del FC St. Pauli afirma ser un club antifascista, antirracista y antisexista.
Actualmente en el se ubica el “Barrio Rojo” de ahí que de forma irónica los palcos VIP del Millerntor-Stadion sean conocidos como “Séparées”, en referencia a las cabinas en las que ejercen su profesión las trabajadores sexuales.
Uno de los lugares más emblemáticos del Millerntos-Stadion es sin duda el túnel de vestuarios, donde se concentra toda la esencia “pirata” del club y en el que saludan a sus rivales con un intimidante “Welcome Hell”.