Claro ejemplo de ello es lo sucedido en el Santiago Bernabéu el 2 de noviembre de 1969 en el duelo entre Real Madrid y CE Sabadell.
Corría el minuto 56. Con 0-0 en el marcador el portero madridista Avelino Zapico quedó en el suelo tras un choque con su compañero Francisco Espíldora y el atacante arlequinado Josep Palau.
El balón llegó a los pies de Pedro «Peru» Zaballa, que con toda la portería vacía para marcar, en un bello gesto de deportividad decidió mandarla fuera y pedir que las asistencias entrasen a atender a los heridos.
Los locales ganaron aquel encuentro por la mínima gracias a un gol de Pirri en el último minuto.
Por este gesto, ese mismo año fue galardonado con el premio al Fair Play concedido por la UNESCO.
Las 80.000 almas que abarrotaban el coliseo blanco rompieron el silencio con una atronadora ovación que se extendió durante cinco minutos.
Ejemplo de deportividad
El portero asturiano, que sufrió fractura de pómulo, recordó hasta el fin de sus días la noble acción de Peru Zaballa, al igual que todos los asistentes aquel día en el Santiago Bernabéu.
Este atacante cántabro dio sus primeros pasos en el fútbol entre la Gimástica Torrelavega y el Rayo Cantabria.
Debutó en la élite del fútbol español con el Racing de Santander y en 1961 fichó por el FC Barcelona, donde logró los únicos títulos de su carrera, Copa del Rey (1962-1963) y Copa de Ferias (1965-1966). Además logró el gol 2.000 en la historia de la entidad culé.
Posteriormente jugó en el CE Sabadell, siendo el autor del primer gol en competición europea del conjunto arlequinado en el duelo de la Copa de Ferias ante el Brujas y, su última temporada en activo (la siguiente a su gesto de deportividad) vistió la camiseta del Real Oviedo.
Formó parte de la selección española que conquistó su primera Eurocopa en 1964, aunque en su posición jugaba otro pelotero, Amancio Amaro, y Peru Zaballa no tuvo oportunidad de jugar las semifinales y la final en el coliseo blanco ante Hungría y URSS respectivamente.
Peru Zaballa falleció el 4 de junio de 1997 en Oviedo y un año después la Federación Española de Fútbol creó el Trofeo al Juego Limpio que lleva su nombre.
La enseñanza que hay que destacar en todo esto es que curiosamente nos sorprendemos con los gestos deportivos, por ser poco comunes, cuando debería ser al contrario. Acciones así no deberían ser una excepción.