La magia del “10” siempre ha estado asociada al jugador más talentoso del equipo, al que lo hace carburar o ese que en una jugada es capaz de decidir el partido.
Con frecuencia el jugador que porta este dorsal es el mejor del equipo, aunque existen cientos de ejemplos de futbolistas que lo han llevado y no estaban a la altura, así como otros que nunca o pocas veces lo lucieron pero su talento futbolístico es indiscutible.
Uno de estos ejemplos es Johan Cruyff, al que siempre asociamos como el “14” del Ajax de Ámsterdam y de la selección holandesa.
Los “ajacied” para homenajearle retiraron este dorsal en 2007, una práctica poco común en el mundo del fútbol pero muy extendida en otros deportes colectivos como el baloncesto.
Johan Cruyff debutó con apenas 17 años en el Ajax y estuvo vinculando al equipo al que más gloria le dio durante 12 años divididos en dos etapas (1964-1974 y 1981-1983).
Pero “El Flaco” no siempre lució este dorsal, durante toda su etapa en el FC Barcelona vistió la camiseta con el “9”, en el Feyenoord el “10” y tanto en Ajax como en Holanda llevó otros dorsales.
Hoy os contamos como fruto de la casualidad uno de los mejores futbolistas de la historia comenzó a llevar el «14» al que ha quedado vinculado para siempre.
Cruyff elige el «14»
Todo comenzó el 30 de octubre de 1970. El PSV Eindhoven visitaba De Meer en la jornada 9 con ambos equipos más lejos de la cabeza de lo que cabía esperar dado su potencial.
Al llegar al vestuario Gerrie Mühren no encontraba la camiseta que solía llevar con el “7” y Cruyff le cedió la suya, por entonces lucía“9” y él cogió la primera que encontró . Ya imagináis qué número era.
El partido salió a pedir de boca y derrotaron 1-0 al PSV con un gol precisamente de Mühren. Como dio suerte “El Flaco” quiso llevar este dorsal siempre que pudo.
Ese año no pudieron reeditar la Eredivisie, que fue a parar a manos del Feyenoord, pero el Ajax inició un ciclo glorioso que le llevó a conquistar sus primeras tres Copas de Europa de forma consecutiva. Algo que nadie lograba desde el Real Madrid de la década de 1950.
Además de otro buen puñado de títulos en Holanda, Cruyff vio respaldado su buen hacer futbolístico con 3 Balones de Oro (1971, 1973, 1974), siendo el primer jugador en lograrlo.
Pura superstición
Antes de la Copa del Mundo de 1974 Rinus Michels dio los dorsales a sus jugadores por orden alfabético excepto a su estrella, Johan Cruyff, al que le concedió el “14”.
Como sabéis la “Naranja Mecánica” llegó hasta la final y pese a caer ante Alemania está considerado como uno de los mejores equipos por el juego que desplegaron.
Durante su etapa en España no pudo saltarse la norma que obligaba a que los titulares llevaran los dorsales correlativos del 1 al 11, pero si llevó su número predilecto en algún partido amistoso con el Barça.
Su superstición no se suavizó con el paso del tiempo y durante su etapa en el banquillo del Camp Nou Cruyff dio el “14” a los jugadores que hizo debutar saliendo de suplentes. Así se estrenaron con este número futbolistas como Ernesto Valverde, Miguel Ángel Nadal o Óscar García Junyent.
Una vez se establecieron los dorsales fijos en el fútbol español, en la temporada 1995-1996, el primero en lucir el “14” fue Jordi Cruyff, la tradición pasó de padre a hijo y también lo llevó en Manchester United, Deportivo Alavés y RCD Espanyol.
Aquella casualidad ha hecho que para siempre el número 14 quede asociado a Johan Cruyff.