Ches y colchoneros no se veían las caras en el torneo del KO desde la final de 1972, en la que los rojiblancos levantaron su cuarto título en el Santiago Bernabéu.
En aquella temporada 1995-1996 fueron los dos equipos más en forma del fútbol español, como se pudo comprobar con ambos peleando el título de Liga hasta la última jornada.
Choque memorable
Meses antes disputaron una eliminatoria legendaria para alcanzar la final de la Copa del Rey. Aquella fría noche de febrero Mestalla vistió sus mejores galas para recibir a un rival durísimo.
Los locales comenzaron el choque con el susto en el cuerpo. En el primer minuto Engonga derribó en el área a Toni , pero Zubizarreta recordó tiempos pretéritos con una mano salvadora al lanzamiento de su ex compañero Penev.
Todo parecía encarrilarse para los locales con el tanto de Gálvez a los 7 minutos de juego. Más aún cuando Fernando con un golazo dobló la ventaja al filo del descanso. Pero en aquel duelo quedaba mucha tela que cortar.
En la reanudación los rojiblancos salieron con aires renovados, logrando cinco goles en 41 minutos, aprovechando a las mil maravillas la defensa adelantada de sus rivales.
Pantic por partida doble (47’ y 64’), Biagini (62’), Juan Carlos (80’) y Roberto (88’). El ídolo local Predrag Mijatovic marcó el definitivo 3-5 en el último minuto, dejando una pequeña puerta abierta a la esperanza de remontar la eliminatoria en el Vicente Calderón, donde los valencianistas lograron un insuficiente 1-2 ocho días después.
Triste final de fiesta
Toda la tensión de aquel Atlético de Madrid vs Valencia se manifestó en forma de pelea a puñetazos en el palco entre Luboslav Penev, antiguo ídolo che que ese año había fichado por el Atleti y, el presidente valencianista Paco Roig.
Al parecer, el delantero búlgaro, al que su temperamento pasó factura en más de una ocasión, fue increpado por el máximo mandatario che en el palco de Mestalla, donde le recibió con un “¿Tú qué haces aquí, payaso hijo de puta?”
El resultado fue un ojo morado y nariz ensangrentada para Roig, magulladuras en el pómulo y un corte en la ceja para Penev. Lamentable, se mire por donde se mire.
Según cuentan el búlgaro subió a recriminar al presidente que quisiera rescindir su contrato cuando padeció cáncer de testículo. Se armó la marimorena y tuvieron que ser separados por la policía.