Tras disputar su primera final de la Copa de Europa en 1961, conocida como «la final de los postes cuadrados«, los azulgrana encadenaron una de las peores décadas que se recuerdan en Can Barça.
En los 60, no lograron ni una sola Liga y, tan solo sumaron a su palmarés 3 Copas y una Copa de Ferias (1965-1966). También alcanzaron la final de la Recopa de Europa en la que cayeron ante un sorprendente Slovan Bratislava.
Por unos motivos u otros abandonaron el club mitos como Antoni Ramallets, Ladislao Kubala, Luis Suárez (el único Balón de Oro español de la historia), Sándor Kocsis o Zoltán Czibor.
A la negra situación deportiva se le unían unas arcas prácticamente vacías, en gran parte por los sobrecostes en la construcción del Camp Nou, cuyas obras finalizaron en 1957.
En ese mismo período de tiempo vieron como su eterno rival, el Real Madrid, levantó 9 Ligas, 2 Copas y su sexta Copa de Europa, situación que no hacía más que agudizar la crisis blaugrana.
Un fichaje enrevesado
La directiva trató de dar un golpe de timón con la contratación del exitoso técnico holandés Rinus Michels y seguidamente se lanzaron a por el mejor jugador del momento, Johan Cruyff, en un culebrón que duró varios meses.
Ajax de Ámsterdam y FC Barcelona llegaron a un acuerdo para el traspaso de “El Flaco” por 60 millones de las antiguas pesetas un 13 de agosto de 1973. Las interminables negociaciones parecían llegar a su fin.
No fue así. Aún quedaban varios episodios del folletín. La Federación Holandesa saltó a escena para enredar con el tránsfer.
Al parecer era el presidente “ajacied” quien estaba torpedeando el fichaje en la sombra, resistiéndose a desprenderse de su estrella o como mal menor lograr una mayor tajada por él.
Johan, que había llegado a un acuerdo con el club azulgrana decidió declararse en rebeldía y amenazó con dejar el fútbol cuando su club de origen de forma unilateral llegó a un acuerdo con el Real Madrid.
El enredo era monumental, aún así lograron desencallar la situación. Cruyff aterrizó en Barcelona, pero no podía jugar debido a otra artimaña del presidente del Ajax, Van Praag. Con la única intención de molestar consiguió que la Federación retuviese el tránsfer del delantero tulipán otros dos meses.
Finalmente Johan Cruyff pudo debutar ante un Camp Nou abarrotado el 28 de octubre de 1973. “El Flaco” hizo un doblete en la goleada 4-0 ante el Granada CF. Fue un punto de inflexión para los culés.
El fin de las vacas flacas
A esas alturas del campeonato el FC Barcelona marchaba decimocuarto en la clasificación.
En 7 jornadas habían perdido 3 partidos Elche CF (1-0), Celta de Vigo (2-1) y Real Sociedad (2-1). Desde el debut de Cruyff solo cedieron dos derrotas en todo el campeonato.
Ambas llegaron en el tramo final y con el título ya bajo el brazo, ya que, cantaron el alirón con cinco jornadas aún por disputar.
Por la teoría de los vasos comunicantes, el camino del Real Madrid fue en sentido opuesto. Antes del Clásico del Santiago Bernabéu disputado el 17 de febrero de 1974, los blancos andaban en tierra de nadie. Séptimos a nueve puntos del eterno rival. Finalizaron el año en novena posición a 16 puntos del campeón.
Cruyff conquista el Bernabéu
Pese a llegar líderes, en una buena dinámica de juego y con una cómoda ventaja sobre su inmediato perseguidor (Real Zaragoza), era harto complicado imaginar lo que iba a suceder en aquel Clásico.
El 0-5 que reflejó el electrónico al término de los 90 minutos era el resultado más abultado logrado por los culés en el feudo blanco hasta el momento.
Fue un inicio de partido duro, con entradas contundentes, pero nobles. Actitud típica en el fútbol de la época. Sin aspavientos ni protestas. Igualito que ahora vamos.
Durante los primeros minutos hubo tímidos acercamientos por ambos bandos. Como casi siempre el arranque del Clásico fue muy igualado. Una fase de tanteo para encontrar los puntos débiles del oponente.
La primera fue para los blancos. El disparo de Velázquez en el área pequeña se marchó por encima del larguero. A partir de ese momento los culés se hicieron con el mando del partido y empezaron a acosar la meta de García Remón.
En el 30’ Marcial apuró la línea de fondo para poner un centro al corazón del área que remató Asensi al fondo de la mallas. Instantes después García Remón evitó el segundo con una providencial mano a un chut lejano de Rexach.
“El Gato de Odessa” no pudo con Cruyff 9 minutos después del primer tanto. El artista holandés se marchó de dos zagueros merengues y batió por bajo al portero. 0-2 y un dominio incontestable.
Pudo ser peor para los blancos. Al filo del descanso el colegiado anuló un gol de Marcial que había rematado en plancha un centro desde la banda derecha.
Goleada histórica
Si quedaba alguna esperanza en los locales, Asensi se encargó de aplacar el ánimo de remontada en el 54’. Recuperó el balón en la zona de tres cuartos, regateó a Goyo Benito y la cruzó a la perfección para subir el tercero al electrónico
El Barça era dueño y señor del partido, dominaba la pelota y encadenaba ocasión tras ocasión. El silencio en el Bernabéu era sepulcral. Solo roto por los abucheos dirigidos al palco ante los estériles intentos de su equipo por meterle mano a los culés.
En el 65’ Juan Carlos recibió un balón en profundidad de Cruyff y clavó una vaselina perfecta. El centrocampista reconoció que en su gol intercedió la diosa fortuna, ya que, su intención era centrar a Rexach que estaba completamente desmarcado.
Tan solo 4 minutos después otro de los flamantes fichajes culés, Hugo Sotil hizo posible la “manita” para los visitantes.
Cruyff botó una falta desde el lateral del área y el delantero peruano remató completamente libre de marca en el área pequeña.
Victoria inspiradora
Tras aquella exhibición en el Clásico el FC Barcelona volvió a levantar el título de Liga tras 14 años de espera. Fue la única que logró Cruyff en sus años como jugador blaugrana.
Un Clásico en el que pudo no haber participado como contó “El Flaco” en su autobiografía. Aquel día estaba programado el nacimiento de Jordi, el tercer hijo de Johan y Danny.
Su mujer tenía decidido dar a luz en Ámsterdam, hecho que hacía imposible la presencia del crack en el Bernabéu. A petición del presidente la cesárea se adelantó al 9 de febrero y Cruyff hizo felices a todos los culés. Tanto, que el grupo La Trinca le dedicó una canción “Botifarra de pagès”
Todo lo contrario sucedió en el eterno rival. Tras la derrota el legendario capitán blanco Ignacio Zoco comunicó a Santiago Bernabéu su intención de retirarse.
El presidente le convenció para quedarse hasta el final de temporada y los blancos vengaron la afrenta culé ganando 4-0 en la final de Copa disputada en el Vicente Calderón el 29 de junio de 1974.
Cabe destacar que en este torneo no se podían inscribir jugadores extranjeros, por lo que aquel Clásico estaba vetado para Cruyff y Sotil.
Durante sus 5 años en España “El Flaco” se enfrentó al Real Madrid en otras siete ocasiones, con un balance de dos derrotas, dos empates y tres victorias, ninguna tan brillante como la conseguida en el Clásico del 17 de febrero de 1974.
