La historia de esta ciudad sin embargo es muy rica. Conocida como Ilerda en época romana, su mayor atractivo turístico es la Seu Vella, ubicada en un enclave conocido como la Roca Soberana.
Lamentablemente su equipo de fútbol desapareció en 2011 por problemas económicos. Se refundó en otro club, que hoy en día lleva sus mismos colores y milita en la Segunda División B.
Pasaron tiempos mejores, concretamente en la temporada 93-94, la segunda de su historia en Primera División, en la que se convirtieron en el matagigantes efímero.
Pese a quedar penúltimos y certificar su descenso, fueron capaces de derrotar a Real Madrid y FC Barcelona. Toda una hazaña para este modesto equipo conocido como “Blaus” en su ciudad.
Fundado en 1939 de la unión de varios clubes, no se constituyó oficialmente hasta el 9 de marzo de 1947. Un año después consiguieron el ascenso a Segunda División.
Con el inicio de la década de 1950 disputaron su primera temporada en la máxima categoría. Fue una tortura para el equipo.
Terminaron últimos, no consiguieron vencer a ningún rival a domicilio, vagaron por los campos de España goleada tras goleada, encajando la friolera de 134 goles. Un récord negativo que aún nadie ha sido capaz de batir en la Liga.
Regreso a la élite
En una situación de urgencia en la temporada 1987-1988 llega al club el técnico vasco, José Manuel Esnal “Mané”, más conocido posteriormente por sus proezas con el Deportivo Alavés.
La temporada 92-93 será una de las más importantes en la historia de este club catalán. Logran el ascenso a Primera tras liderar la tabla en la segunda categoría del fútbol español.
Uno de los puntales del equipo fue el meta Mauro Ravnic, que tan sólo encajó 19 goles en 38 encuentros. 0,5 goles por partido, el mejor promedio en la historia de la categoría.
42 años después la UE Lleida regresaba a la élite del fútbol español. No fue fácil y duró poco, pero dejaron una huella indeleble.
Jornada 12, el conjunto ilerdense, último en la tabla con sólo 4 puntos, visitaba el Camp Nou para medirse al Dream Team de Johan Cruyff. La lógica llamaba a una goleada culé. No ocurrió.
Los azulgrana comenzaron dominando, creando muchas ocasiones. Incluso Romario falló un penalti. Nadie esperaba nada del Lleida.
El juego culé se fue diluyendo. Las ocasiones cada vez eran más distantes en el tiempo y la frustración de los jugadores era cada vez más evidente. El conjunto visitante ante tal panorama se iba creciendo-
Minuto 87 tras varios avisos del conjunto ilerdense, el lateral derecho Jaime Quesada ejecuta un disparo magistral ante el que nada pudo hacer Busquets padre.
El Lleida daba la campanada y pudo ser más dolorosa, ya que, en el descuento tuvieron dos ocasiones clarísimas para ampliar la ventaja. Aquella Liga la ganó el Barça en la última jornada, con el penalti fallado por Djukic ante el Valencia CF ¿Lo recordáis verdad?
Éxtasis en el Camp d’Esports
15 jornadas más tarde el Lleida llevaba al delirio a sus aficionados. No habían sido capaces de marcar más de un gol en ninguno de los partidos disputados en su estadio, pero…… El fútbol es así de grande.
Contra todo pronóstico David volvió a vencer a Goliat. Corría el minuto 19 cuando Pares se sacó un disparo inalcanzable para Paco Buyo.
Apenas dos minutos después, Fernando Hierro, el jugador más activo del Madrid, puso el empate con un trallazo desde la frontal.
En el 29 el Lleida asomó de nuevo la patita. Matosas lanza una falta directa que impacta en el larguero y Andersen aprovecha el rechazo para poner en ventaja de nuevo a los suyos.
Durante el descanso se produjo la mítica bronca de Benito Floro a los jugadores, de la que ya hablaremos otro día. El técnico sería destituido tras el partido, pasando a ocupar el cargo Del Bosque.
En la reanudación el Madrid tuvo una tímida reacción, pero no fue suficiente y los locales terminaron por llevarse el gato al agua.
El periplo de la UE Lleida en su segunda comparecencia en la máxima categoría conllevó el descenso, pero se dieron el inmenso gustazo de vencer a los dos colosos de la Liga.