Con el pito nos los follamos
Aunque de origen asturiano, Benito Floro siempre estuvo ligado a clubes levantinos, Silla, Gandía, Alzira, Denia o un desconocido por entonces Villareal. Todos clubes entre Regional y Tercera División.
Precisamente cuando se adentró un poco en el interior y dejó la costa, llegaron sus éxitos más sonados. En la temporada 1989-1990 se hacía cargo del Albacete Balompié, club en esa época en 2ªB, con el que ascendió a la división de plata.

El Albacete Balompié protagonizó un ascenso meteórico en los 90 (Fuente: www.losotros18.com)
La temporada siguiente ascendió directamente a Primera División, siendo esta la primera vez para los manchegos en alcanzar la máxima categoría del fútbol nacional.
El Queso Mecánico
Así se conoció al equipo que había sorprendido a propios y extraños con dos ascensos consecutivos.
Su estilo de juego, sello personal del entrenador, consistía en una defensa en bloque, con la solidaridad de todo el equipo como elemento fundamental, combinado con un fútbol alegre y mucha vocación ofensiva.
En esa forma de jugar se apreciaba una clara influencia de la escuela holandesa de los 70. La conocida como «Naranja Mecánica«.

Benito Floro fue el ideólogo del «Queso Mecánico» (Fuente: www.laverdad.es)
Podría decirse que, aunque bebió de ese estilo de juego, aportó ciertas mejoras. El balón parado era su seña de identidad y sus equipos sacaron mucho partido de la estrategia.
Otra de sus innovaciones fue introducir un psicólogo en el cuerpo técnico con el que trabajaba el factor mental de sus jugadores. Hoy en día una pieza fundamental para todos los clubes.
La temporada 91-92 su Albacete alcanzó la séptima posición, a un solo punto de la plaza de acceso a Copa de la UEFA. Además, dejó muy buena imagen durante todo el campeonato y dio la cara en plazas difíciles.
Hubo resultados histórico como la goleada a históricos como el Athletic(4-0) o el empate a 1 frente al Barcelona.
Inquilino de la «Casa Blanca»
Ese verano Mendoza destituye a Leo Beenhakker tras la perder la primera Liga de Tenerife y ficha al entrenador de moda en la Liga. La gran esperanza para el banquillo blanco.

Benito Floro llegó a la «Casa Blanca» en 1992 (Fuente: futbolretro.es)
Como ya comentamos, la temporada 92-93 finalizó como la 91-92, reviviendo esos viejos fantasmas de Tenerife.
Aunque esta vez ganando la Copa del Rey y la Supercopa de España. La Copa le aportó el crédito suficiente para continuar en el Bernabéu, pero sólo momentáneamente.
Así nos plantamos en la temporada 93-94. El Barcelona había ganado las dos últimas Ligas con la inestimable ayuda del Tenerife.

El Real Madrid ganó la Supercopa de 1993 en el Camp Nou (Fuente: historiasdelrealmadrid.blogspot.com)
Esa temporada tampoco fue un camino de rosas. Tuvo un arranque preocupante. Ganó en la primera jornada, pero después encajó un doloroso 1-3 frente al Valladolid, un 4-0 en A Coruña y un 0-1 con el Oviedo en casa, situándose 4º por la cola.
La bronca de todos los tiempos
En marzo del 94 se disputaba la jornada 27 de Liga y el equipo visitaba el Camp d’Esports de un Lleida que debutaba en la categoría.
El partido de Lleida finalizaría 2-1 y con el la aventura de Benito Floro en el Real Madrid.
Los de Chamartín fueron comandados por Del Bosque hasta un final de temporada, que acabaría con una Liga más en la Ciudad Condal, para los que nos siguen habitualmente, la del penalti de Djukic.
En la zona noble del Bernabéu esta vez pensaron en aquel ex madridista argentino que les había aguado la fiesta los dos años anteriores, un tal Jorge Valdano.

Jorge Valdano sucedió en el cargo a Benito Floro (Fuente: diariodeavisos.elespanol.com)
Nuestro míster volvió a su casa, donde se hizo grande. Al club manchego que bajo su batuta había deslumbrado al mundo.
Esta vez no tuvo tanta suerte y dimitió por los malos resultados. Se marchó a Japón, para volver a España años después, pasando sin pena ni gloria por Villareal (ganó una Intertoto), Sporting de Gijón o Mallorca.
Después pasó por otros insólitos destinos como, Canadá, Ecuador, Marruecos o Costa Rica.
Durante algunos meses fue comentarista televisivo o director deportivo del Real Madrid en la primera etapa de Florentino, aunque sin mucho que decir en ningún caso.

Benito Floro, un trotamundos de los banquillos (Fuente: elcomercio.pe)
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