Hasta 1963 la selección boliviana había participado en 8 ediciones de la Copa América, antes llamado Campeonato Sudamericano (el torneo más antiguo a nivel de selecciones), siendo un cuarto puesto su mejor clasificación.
Aquel torneo se disputó entre el 10 y el 31 de marzo de 1963 en dos sedes, Cochabamba y La Paz.
La designación de la capital boliviana trajo mucha cola. Debido a su altura (más de 3.000 metros sobre el nivel del mar), varios combinados renunciaron a disputarlo y otros no seleccionaron a sus mejores jugadores para competir.
Una sede, muchos inconvenientes
Argentina y Uruguay llegaban como vigentes campeones de la Copa América. Si habéis leído bien. 4 años atrás se disputaron dos ediciones simultáneas del torneo. Cosas de los dirigentes.
La albiceleste, que se había impuesto nada más y nada menos que al Brasil de los Pelé y Garrincha, decidió enviar a Bolivia un equipo sin sus estrellas porque se negaban a jugar en La Paz.
Los charrúa fueron mucho más vehementes y renunciaron a disputar el torneo. Por la misma línea fue el combinado ecuatoriano, pero a última hora se arrepintieron y asistieron al campeonato.
Brasil, que apenas 9 meses antes había conquistado su segunda Copa del Mundo consecutiva, se negó a exponer a la altura de La Paz a los Pelé, Garrincha, Vavá, Didi y todo el conglomerado de estrellas que tenía la verdeamarela por entonces.
Por último, Chile decidió no acudir al torneo, pero por un motivo bien distinto. En 1962 habían roto relaciones diplomáticas con Bolivia por un conflicto con las aguas del río Lauca.
Recapitulemos. A Bolivia no acudirían ni Uruguay, ni Chile (tercera en el anterior Mundial) y, los dos colosos del continente llevaron un equipo “b” repleto de juveniles.
Muchas suspicacias se han generado entorno a aquella Copa América, pero ya sabéis, a río revuelto ganancia de pescadores y, si los transatlánticos futbolísticos renunciaban a ganar se presentaba una ocasión pintiparada para que un equipo más modesto alzase el título.
El torneo era una liguilla. A una vuelta. Todos contra todos. Bolivia Ecuador, Argentina, Colombia, Brasil, Perú y Paraguay lucharían por levantar el trofeo en su vigésimo octava edición.
El camino hacia la gloria
De los 6 encuentros de la anfitriona, 3 serían en el Estadio Hernando Siles de La Paz y otros tantos en el Estadio Félix Capriles de Cochabamba. Por aquello de la equidad.
La selección boliviana debutó el 10 de marzo de 1963 con un espectacular empate a 4 frente a Ecuador. Igualando una desventaja de 2-4 en la segunda parte.
Al ser impares, en la segunda jornada descansaron y pasaron 7 días hasta el siguiente encuentro. Así el 17 de marzo de 1963 lograron una sufrida victoria contra Colombia, 2-1, remontando el tanto inicial del conjunto cafetero.
Estuvieron contra las cuerdas, pero aquel triunfo les dio alas y desde ese momento contaron sus partidos por victorias.
Contra Perú hicieron un partidazo imponiéndose 3-2 y tres días después doblegaron por primera vez en su historia a Paraguay por 2-0. El conjunto guaraní estuvo luchando con los bolivianos para conquistar el título hasta la última jornada.
Llegaban las curvas para la selección boliviana. Los dos últimos encuentros serían contra los “cocos” del continente. Argentina primero y Brasil después.
Hasta ese momento el balance de la selección boliviana en los 11 encuentros ante ambos conjuntos reflejaba 11 derrotas y 59 goles encajados. Lo tenían muy negro.
El 28 de marzo de 1963 la historia iba a cambiar para el país andino. Los locales se adelantaron con goles de Castillo y Blacut, pero Rodríguez hizo un doblete para poner las tablas en el marcador.
Los bolivianos erraron un penalti, pero a dos minutos del final Camacho hizo justicia al buen juego de los locales anotando el definitivo 3-2.
Más que una victoria
Paraguay con 8 puntos y Bolivia con 9 se jugaban el título en la última jornada. Los guaraníes se medían a la albiceleste y los anfitriones a la bicampeona mundial.
La tarde del domingo 31 de marzo de 1963 saltaron al césped del Félix Capriles 11 hombres que siguen resonando en la memoria de cualquier aficionado al fútbol boliviano: López, Ramírez, Espinoza, Cainzo, Alcócer, Vargas, Camacho, Blacut, García, Castillo y Ugarte.
Hicieron historia por partida doble. Derrotaron a los cariocas, contra los que hasta la fecha habían encajado goleada tras goleada y, ese triunfo les permitió levantar el primer y hasta la fecha único título de su historia.
Empezaron perdiendo con el tanto de Flavio. Ugarte empató y de nuevo Flavio puso el 1-2. En los instantes finales del primer tiempo Camacho puso las tablas.
En la segunda parte García, Alcócer y Ugarte parecían asegurar la victoria, pero el doblete de Marco Antonio mantuvo la incertidumbre hasta el pitido final.
“La Hazaña” boliviana se había confirmado. Eran campeones. Ramiro Blacut fue elegido mejor jugador del torneo, junto a Fortunato Castillo y Máximo Alcócer eran conocidos como los “Tres Mosqueteros”.
Un par de años más tarde probaría suerte en el Bayern Múnich, pero la aventura europea del delantero boliviano sólo duraría una temporada.
Una gesta…. ¿irrepetible?
Tras “La Hazaña” pasaron décadas sin que la selección boliviana diese alegrías a sus paisanos.
De hecho, cuatro años más tarde, en la siguiente edición de la Copa América, fueron incapaces de ganar un solo partido ni de anotar un solo gol en los 5 encuentros que disputaron.
En 1997 Bolivia volvió a ser la sede de la Copa América. Todos soñaban con un segundo triunfo, pero se quedaron con la miel en los labios.
El Brasil de los Ronaldo, Cafú, Roberto Carlos o Dunga se sobrepuso a la altura de La Paz y doblegó por 1-3 a la anfitriona en la final.
31 años después de “La Hazaña”, con Xabier Azkargorta en el banquillo, “La Verde” se clasificó por segunda vez en su historia para la Copa del Mundo. Una historia que contaremos en otra ocasión en Odio Eterno Al Fútbol Moderno.