La tragedia del “Once Colorido”
Este “Once Colorido” fue ideado por Sonny Hasnoe, un trabajador del Ayuntamiento de Ámsterdam, que quiso reunir a los mejores futbolistas de origen surinamés que habían emigrado a Holanda para realizar una gira de partidos defendiendo los colores de su selección.
La gira incluía una cita en Paramaribo, capital de Surinam, donde querían mostrar a las nuevas generaciones el éxito de sus paisanos y ofrecerles una alternativa para huir de la pobreza, las drogas y la violencia que se vivía en las calles.

Futbolistas del «Once Colorido» de Surinam (Fuente: admiralcloudberg.medium.com)
El avión que portaba las esperanzas del “Once Colorido” partió desde Schiphol con seis horas de retraso. Pese a su insistencia no pudieron subirse en aquel vuelo Frank Rijkaard y Ruud Gullit, flamantes estrellas del AC Milan que se había proclamado campeón de Europa dos semanas antes.
Estaban muy ilusionados con poder formar parte de aquel equipo pero se lo prohibieron los dirigentes del equipo lombardo. Lo mismo ocurrió con Stanley Menzo, pero el guardameta del Ajax bordeó la restricción volando por su cuenta hasta Surinam un día antes con la excusa de que iba a pasar allí sus vacaciones.

Rijkaard, Van Basten y Gullit estrellas del «Milan de los holandeses» (Fuente: futbolretro.es)
Negligencia fatal
Sin saberlo, aquella negativa les salvó la vida. Durante el descenso al aeropuerto de Paramaribo el avión que trasladaba al “Once Colorido” chocó con un árbol y se estrelló.
De los 187 pasajeros sobrevivieron 11, entre ellos los futbolistas Radjin de Haan, Sigi Lens y Edu Nandlal, este último se salvó por no llevar el cinturón puesto, salió disparado de su asiento y se libró de morir entre las llamas como la mayoría de sus compañeros.
Curiosamente fue rescatado una hora y media después del accidente por un antiguo compañero de la escuela miembro de los servicios de emergencia. Nandlal durante el vuelo le cambió el asiento a Jerry Haatrecht, otro futbolista que no debía estar en ese vuelo, ya que, acudió al viaje en sustitución de su hermano Winston que se encontraba concentrado con el Heerenveen.

Futbolistas fallecidos en la tragedia aérea del vuelo 764 de Surinam Airways (Fuente: momentodeportivord.com)
Esta tragedia sesgó abruptamente la vida de la generación de futbolistas que llevaba esperanza a Surinam.
La posterior investigación desveló que el accidente se produjo por un error humano. En la aproximación se encontraron una densa niebla que dificultaba la visibilidad y volaban demasiado bajo. Uno de los motores chocó con la copa de un árbol, perdieron el control del avión y este fue pasto de las llamas tras estrellarse.
También descubrieron que el piloto superaba la edad permitida y había falsificado la documentación para pilotar el vuelo cuando no debía hacerlo.

Memorial por las víctimas del vuelo 764 de Surinam Airways (Fuente: admiralcloudberg.medium.com)
Homenaje deslucido
El 20 septiembre de ese mismo año De Kuip acogió el partido de homenaje a las víctimas. La selección holandesa se enfrentó a un improvisado Kleurrijk Elftal del que formaron parte estrellas como Gullit, Rijkaard, Menzo o Winter.
Ganó el “Once Colorido” con goles de Meijer y Rijkaard, mientras que Ronald Koeman de libre directo hizo el gol de los tulipanes.
Fue un homenaje deslucido, apenas acudieron 8.000 personas y seguía muy presente la lacra del racismo en el fútbol neerlandés. Sin ir más lejos en la mayoría de clubes los futbolistas negros cobraban menos que los blancos y además tenían que soportar auténticas barbaridades desde la grada semana tras semana.
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