Sigue siendo un personaje de rabiosa actualidad, ahora al otro lado de la cal, en los banquillos.
Hijo de inmigrantes argelinos que huían de la guerra, algo lamentablemente sigue pasan en nuestros días. Nació y se crió en Marsella, donde adquirió la pasión por el fútbol y por su ídolo de la infancia que da nombre a su hijo mayor, (Enzo) Francescoli.
Hoy nadie discute que Zinedine Yazid Zidane, se convertiría en el ídolo del propio Francescoli, dándose la vuelta las tornas.
Nunca jugó en el equipo de su ciudad natal. Se formó en las categorías inferiores del Cannes. Allí conoció a una persona fundamental en su vida, el directivo Jean Claude Elineau. Lo acogió en su casa como a un hijo y le inculcó una férrea disciplina fundamental para aquel niño de 14 años.
Sin haber cumplido 17 años debutó en el primer equipo del Cannes en la Ligue 1, donde jugaría 4 temporadas, hasta 1992, cuando el equipo descendió y fue traspasado al Girondins.
En Burdeos jugó otras 4 temporadas dándose a conocer al mundo del futbol. Consiguió su primer título, una modesta Intertoto veraniega que les dio acceso a la Copa de la UEFA en la que consiguieron el subcampeonato. En 1994 debutó con la selección absoluta francesa.
Destapando el tarro de las esencias
Como jugador siempre fue un centrocampista llegador, con bastante gol fruto de su buen disparo. Suplía sus carencias físicas, con un talento descomunal. Poseía una técnica a la altura solo de un puñado de privilegiados.
Sus movimientos eran de una elegancia que hacía las delicias de los aficionados, como si bailara, prueba de ello son multitud de controles y regates. Su regate más característico era la «ruleta marsellesa», apodado así por la prensa en recuerdo de su ciudad natal.
Ojo al golazo que le endosó al Betis en la Copa de la UEFA de la 95-96.
En 1996 con su fichaje por la Juventus (vigente campeona de Europa) comienza su eclosión como estrella de la mano de Marcello Lippi y acompañado de otros jugadores de gran talla, como su compatriota Deschamps, Vieri, Davids o Del Piero.
Durante esa primera temporada consiguió tres títulos con los piamonteses, Scudetto, Intercontinental y Supercopa de Europa, además cosecharían el primero de los dos subcampeonatos de Europa consecutivos. Actualmente sigue siendo el equipo con más subcampeonatos de la Liga de Campeones (7).
Corona para «Les Bleus»
En 1998 disputó el Mundial que Francia organizaba. «Les Bleus» se presentaban con un equipo compuesto por multitud de descendientes de inmigrantes o de antiguas colonias francesas, cosa que inicialmente fue muy cuestionado por un sector de la afición, como si fueran menos franceses por su condición racial o su ascendencia.
Casos como Desailly, nacido en Ghana y criado en Francia por sus padres adoptivos. Lilian Thuram procedente de Guadapule. Vieira, senegalés de ascendencia caboverdiana.
Karembeu de Nueva Caledonia, Youri Djorkaeff de origen armenio, David Trezeguet de ascendencia argentina o el propio Zinedine Zidane, de origen argelino.
Su rendimiento en la selección fue acallando esas voces hasta hacerlas desaparecer. Ganó sus 3 partidos de la fase de grupos. En octavos apeó a Paraguay no sin sufrimiento con gol de oro de Blanc.
En cuartos los italianos fueron un escollo todavía más duro y fue necesario llegar a los penaltis. En semis se cargaron a Croacia 2-1 y en la final tendrían que imponerse a los vigentes campeones, Brasil.
Después del percance sufrido por Ronaldo, Francia se impondría 3-0 con dos goles de cabeza de Zidane, asi ganaría su primer título con Francia y el primer Mundial para la selección gala.
Aquel combinado de estrellas marcó un época y nuestro protagonista era su buque insignia. Ese mismo año le concedieron su único Balón de Oro y el FIFA World Player. Como alma de «Les Bleus«.
Directo al Olimpo del fútbol
Tras dos temporadas en blanco con los turineses fue traspasado al Real Madrid en 2001. En aquel momento fue el fichaje más caro de la historia, 11.500 millones de las antiguas pesetas y se convertiría en un icono mundial.
Aquí la historia pasa a formar parte del futbol moderno, así que como todos lo conocemos solo haré mención a su golazo en la final de la Copa de Europa frente al Bayern Leverkusen.
El último partido de su carrera fue la final del Mundial ’06, cuando terminó expulsado por el cabezazo a Materazzi.
Para cerrar este homenaje a Zinedine Zidane he elegido uno más típico de él y de muy bella factura.
2 comentarios
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