Pasó su infancia en el humilde barrio (por no decir suburbio) de Benito Ribeiro, donde su madre, pluriempleada en una pizzería y un supermercado luchaba por sacar adelante sus tres hijos.
En ese mismo barrio dio sus primeras patadas a un balón y pronto llamó la atención de los ojeadores del laureado Flamengo. Su incorporación a dicho club se vio finalmente frustrada por la falta de medios para desplazarse hasta las instalaciones para ir a entrenar. Gracias al apoyo económico de algunos familiares, ingreso en el modesto Sao Cristovao.
Según cuentan, su descubridor y gran valedor en sus inicios fue Jairzinho, el que fuera compañero de «O Rei» Pelé en la «verdeamarela» y estrella futbolística en otra época que regentaba una escuela de fútbol.
El chico no tardó en demostrar su valía y con tan solo 16 años fichó por el Cruzeiro dando el gran salto a la Primera División carioca. Aquel muchacho con una prominente dentadura se convertiría en la sensación del torneo proclamándose campeón de Copa en 1993 y ganando el Campeonato Mineiro de 1994, siendo máximo goleador en este último.
Como era de esperar, aquel chaval no había pasado desapercibido para nadie y menos para el seleccionador brasileño, que le convocó para el Mundial de USA del 94. Si bien es cierto que no disputó ni un solo minuto.
«El Fenómeno» salta a Europa
Aun sin haber saltado al césped con los mayores, su actuación en el Campeonato Brasileño fue aval más que suficiente para dar el salto al PSV Eindhoven holandés ese mismo verano.
Por aquel entonces Ronaldo Nazario de Lima. Ronaldo “El Gordo”. Paquirrín Ronaldo o Ronaldo «El Original», como diría el polémico Mourinho, ya era un velocísimo delantero, con un efectivo y vistoso regate, sobre todo su característica bicicleta, que pronto se convertiría en su sello de identidad.
Ronnie tenía una gran zancada, que le dotaba de un espectacular cambio de ritmo. Por si todo esto fuera poco, su efectividad de cara a puerta era la guinda del pastel. Esto contado así queda muy bonito, pero sus números son de Olimpo de los dioses del balón.
En el país de los tulipanes jugo dos temporadas, 94-95 y 95-96. Su primera temporada ya fue máximo goleador del campeonato doméstico y su equipo se alzó con la Copa de los Países Bajos.
Para los que decimos que los jugadores sudamericanos requieren de un tiempo de adaptación tras saltar el charco… Como era de esperar esos 54 goles en 57 partidos despertaron el interés de entre otros clubes como el FC Barcelona.
Un añito en Can Barça
Tras la salida de Johan Cruyff de la entidad azulgrana, el elegido para hacer olvidar al mítico entrenador holandés sería el inglés Sir Bobby Robson, ex entrenador del Newcastle.
El club vivía una revolución en el vestuario en vísperas de la 96-97. Con la salida de “El Flaco”, algunos de sus exóticos, por no decir excéntricos fichajes, perdían su razón de ser.
Por ejemplo su yerno y eterno portero suplente Angoy, su hijo Jordi Cruyff o jugadores como Gica Hagi o Kodro tuvieron que hacer hueco a las nuevas incorporaciones.
La portería se reforzó con el luso Vitor Baía. El centro de la defensa con Laurent Blanc y Fernando Couto, que acompañó a Stoichkov desde Parma en su viaje de vuelta, solo una temporada después de su salida.
Del eterno rival llegó Luis Enrique, resentido por el trato recibido en Chamartín. Como refuerzo para el mediocampo “su padre musical” según la canción merengue, el nigeriano Amunike. También llegó este año el delantero brasileño Giovanni, más recordado por sus butifarras en el Bernabéu, que por sus goles.
Aquel convulso verano del 96, Núñez se encaprichó del espigado delantero brasileño del PSV, con el que llegó a un acuerdo por 2.500 millones de las antiguas pesetas. El fichaje más caro hasta el momento.
La firma con el jugador no fue nada sencillo. Tras llegar a un acuerdo inicial, el agente del jugador se descolgó pidiendo más dinero y menos años de contrato.
A esto hay que sumar que su seleccionador, no le permitió abandonar la concentración para hacerse el reconocimiento médico, por lo que le examinaron en el hotel en el que se alojaba la Selección carioca. Todo un despropósito vamos… finalmente acordaron 8 años de contrato, con 2 más opcionales y una cláusula de 4.000 millones de pesetas.
Efímero pero intenso
Como curiosidad cabe recordar que, junto a Bobby Robson, aterrizó en la ciudad condal un joven y aún desconocido portugués que hacía las veces de traductor, aunque formalmente era miembro del cuerpo técnico. Un tal José Mourinho que tanto juego nos ha dado después, para algunos en rueda de prensa y para otros en los banquillos.
Su carta de presentación como azulgrana fue la Supercopa de España, frente al Atlético de Madrid que había ganado el doblete un par de meses antes. A día de hoy sigue siendo el goleador más joven del torneo.
Os dejo el video vídeo resumen… menudo recital. Mención especial a la elástica que la hace a Delfí Geli (3´53”).
Esa temporada, «O Fenómeno» marcó 47 goles, entre ellos varias obras de arte. Ganaron la Supercopa de España, la Copa del Rey y la Recopa de Europa, a la que accedieron en condición de subcampeones de Copa, ya que el Atlético jugó la Liga de Campeones.
No pudieron levantar la Liga, ya que, el primer Real Madrid de Fabio Capello fue el más regular, aunque no destacaba precisamente por su juego.
Este será su gol más famoso y no es para menos… no me canso de verlo una y otra vez. Potencia, velocidad, técnica… Magistral. La cara de desesperación de sus rivales no se puede describir con palabras.
Al finalizar la temporada, con sus méritos bajo el brazo, pidió a Núñez una revisión de contrato, a lo que el dirigente azulgrana se negó. Ronaldo Nazario no tardó en depositar los 4.000 millones de las antiguas pesetas de su cláusula para partir rumbo a Milán.
Triunfando en Italia
Con este traspaso recuperó el honor de volver a ser el fichaje más caro, título honorífico que ostentó el verano anterior, pero solo hasta que el Newcastle fichara a Alan Shearer por una cantidad superior.
Ya había sido FIFA World Player y Balón de Plata en 1996, premio que recibió ya en Barcelona. Un año más tarde se alzó como Bota de Oro, el más joven de la historia.
Con el Inter de Milán recibió su primer Balón de Oro (1997), más por sus méritos en la ciudad condal y en la Copa América, donde había sido campeón con su selección, que por sus escasos meses en la región de Lombardia. De nuevo sería el más joven en conseguirlo, con tan solo 21 años.
Los comienzos de Ronnie en Italia fueron como sus días en Barcelona, pero la temporada 97-98 tuvo luces y sombras para Ronaldo Nazario. A pesar de que el Inter tenía un gran equipo con los, Zanetti, West, Simeone, Djorkaeff, Recoba, Zamorano, …etc.
Solo logró levantar la Copa de la UEFA, grabando en nuestra memoria para siempre su actuación en la final de Paris frente a la Lazio, por la que empezaron a apodarle como «El Fenónemo«.
El Mundial de Francia ’98 se presentaba como un escaparate para Ronaldo. Brasil, vigente campeona, llegaba con la vitola de favorita y él como la estrella del momento.
Llegaron hasta la final, pero Ronaldo sufrió convulsiones esa misma tarde y se temió por su participación, aunque pudo participar no lo hizo en plenas facultades. Los galos ganaban su mundial y Zidane se consolidaba como la nueva estrella del panorama mundial, aunque Ronaldo recibió el Balón de Oro del Mundial.
Maldita rodilla
La temporada siguiente comenzó su calvario. Al inicio de la 98-99 sufría una rotura parcial del tendón rotuliano en un partido contra el Lecce.
Tras 6 meses de recuperación en su reaparición en la final de Copa de Italia frente a la Lazio sufría una rotura total del tendón rotuliano de la misma rodilla mientras encaraba a su ex compañero Fernando Couto.
Por culpa de la dichosa rodilla derecha se perdió la temporada 2000-2001 y llegó al final de la temporada 2001-2002, pero su seleccionador Scolari decidió llevarle al Mundial.
Algunos dicen que más por lo psicológico que por lo futbolístico, ya que, apenas había jugado en los últimos 2 años. Esa «canarinha» estaba necesitada de estrellas, junto a Rivaldo, la única luz en el horizonte era un jovencísimo Ronadinho Gaucho, aun por eclosionar, aunque con muy buena pinta.
Le diagnosticaron hipotiroidismo, que le provocaba problemas metabólicos y sobrepeso constante, lo que imposibilitaba llegar a su estado de forma óptimo.
El resurgir de «El Fenómeno»
Ronaldo cambio radicalmente de aspecto, ya no era aquel chaval delgaducho que corría 60 metros con el balón. Ahora era un fortísimo delantero con una potencia descomunal en carreras de 30 metros.
Se reinventó y siguió siendo muy efectivo. Como solía decirse 2 ocasiones, 3 goles. Si antes dejaba a los rivales atrás ahora era capaz de arrastrar a a la mayoría de sus defensores. Esto le valió el apodo de Jumanji, por su similitud con una estampida.
Inesperadamente Ronaldo dio un gran rendimiento, a pesar de acusarle de gordo y de poco profesional, faceta extrafutbolística en la que profundizaremos más adelante.
Su Selección ganó aquel Mundial de 2002 en Corea y Japón, con una actuación más que notable de Ronaldo en su nueva versión, la 2.0.
Fue balón de plata del Mundial y Bota de Oro de la competición. El único capaz de superar los 6 tantos desde Grzegorz Lato en Alemania ’74.
Lo único que se le puede criticar a Ronnie de ese Mundial fue su peinado hortera. Para matar al peluquero desde luego…
Tras esto el Real Madrid pagó al Inter de Milan 45 millones de Euros para llevarle al Bernabéu. Se dice que fue clave en la operación la mala relación que arrastraba Ronaldo Nazario con Héctor Cuper, técnico interista en aquel momento.
Florentino le presentó a bombo y platillo y Ronaldo pasaba a formar parte de esa camada de grandes jugadores que formaban los llamados “Galácticos”, pero eso ya es otra historia y ya sería futbol moderno…
Más allá del fútbol
En cuanto a su vida personal, Ronaldo siempre fue el típico jugador brasileño, alegre, divertido, amable y sobre todo amante de la juerga y la noche.
Sus fiestas de cumpleaños se convirtieron en una de las fechas más señaladas del calendario social de la jet set madrileña. Todo esto fue caldo de cultivo para infinidad de rumores y leyendas urbanas.
Muchas serán ciertas, otras no tanto, como que le detuvieron con 3 prostitutas travestis en un hotel o que fue sorprendido pencando con dos chicas en el vestuario del Camp Nou…
Se casó varias veces, primero con la futbolista Milene Domingues, después con la modelo Daniela Cicarelli y así unas cuantas más… Siempre le acusaron de supuestas infidelidades. Prueba de su prolífica vida amorosa, son sus cuatro hijos de distinta madre.
Se cuenta que el presidente, Florentino Pérez, trató de calmar las ansias de fiesta de Ronaldo Nazario y le dijo que hiciera lo mismo que Figo, que se quedara en casa, a lo que «O Fenómeno» contestó que si el tuviera la mujer que tiene Figo también se quedaría en casa toda la vida.
Un crack dentro y fuera del campo.
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