El hijo futbolista de Gadafi
Y aunque son menos comunes, también hay quien hace justo lo contrario, poner su fortuna al servicio del fútbol.
No nos engañemos, no me refiero a mecenas que altruistamente por amor a este deporte invierten su fortuna a fondo perdido, normalmente hay algo más detrás.
En su mayoría gente excéntrica que ama el fútbol y que trata de conseguir otras metas a través de él.

Al-Saadi el Gadafi, el hijo futbolista de Gadafi (Fuente: www.diariodesevilla.es)
El tirano libio
Muamar el Gadafi lideró la revolución que derrocó la monarquía en Libia y proclamo la República Árabe Libia en 1969.
El excéntrico dictador gobernó el país desde entonces hasta su derrocamiento y ejecución en 2011, tras la primavera árabe.
A pesar de autoproclamarse siempre líder y guía del pueblo libio, expolió sus recursos para enriquecerse durante más de 4 décadas que duró su dictadura.
Llegando a acumular una fortuna en Suiza de 87.000 millones de dólares, sobre todo a la gestión de la novena reserva petrolífera del mundo.
Gadafi siempre fue un tipo excéntrico, pero el dinero fue acrecentando estas rarezas.
Su egolatría y ansias de notoriedad internacional le llevo a financiar cualquier grupúsculo o conato de “revolución” que surgiera en el último confín del mundo.

Gadafi vistiendo su uniforme militar (Fuente: www.elperiodico.com)
Esto no solo le llevo a gastar una cantidad ingente de dinero sin resultado alguno, también le confirió una larga lista de enemigos entre las mayores potencias mundiales.
Es lo que tiene financiar grupos terroristas sin ton ni son, que los que los sufren se enfadan.
No puedo dejar sin comentar otras de las excentricidades de Gadafi, quien tenía una guardia personal compuesta exclusivamente por jóvenes y bellas mujeres libias.
El dictador elegía personalmente a sus guardias amazónicas, suele decirse que se trataba más de un harem con uniforme militar que un cuerpo del ejército.
Si el sueño de Gadafi era alcanzar fama internacional y convertirse en un referente político, costase lo que costase, el de sus vástagos no se quedaban atrás.
Poco se puede contar de la relación de Gadafi y el deporte rey, aunque para los anales queda cuando impidió al Al Ahly viajar a Egipto para disputar la final de la Recopa de África en 1984.
Pero el poco interés que Muamar el Gadafi mostró por el fútbol no se lo dejó de herencia a todos sus vástagos.

Gadafi junto a varias de sus escoltas de la Guardia Amazónica (Fuente: twitter.com/hernncortes)
Del palacio al césped
Su tercer hijo, Al-Saadi el Gadafi, es un autentico loco del fútbol que como muchos otros niños soñaba con ser futbolista.
La diferencia entre la mayoría de esos niños y Al-Saadi es que el es hijo de uno de los dictadores más ricos del mundo.
“Quien cree que el dinero lo hace todo, acaba haciéndolo todo por dinero”. Voltaire.
Al-Saadi hizo sus primeros pinitos en el mundo del fútbol como presidente de la federación libia de fútbol. Pero su ambición no acabó ahí.
A los 27 años de edad, como una joven promesa, debutaba con el Al-Ahly Trípoli, club en el que era además capitán y mandamás en la sombra.

Gadafi alquiló el Camp Nou para jugar un amistoso con el FC Barcelona en 2003 (Fuente: www.marca.com)
Suyas fueron las decisiones de contratar al atleta Ben Johnson como preparador físico, a Diego Armando Maradona como asesor personal y a Carlos Bilardo como seleccionador de Libia.
Cuando jugaba, y era capitán, en el Al Bayda, una incomprensible decisión arbitral favoreció a su equipo frente al Bengasi.
Los aficionados del Bengasi invadieron el campo y quemaron la sede de la federación pidiendo su dimisión.
Al-Saadi dimitió, pero no sin antes disolver el club de Bengasi e incendiar sus instalaciones, estadio incluido.
Poco después fue restituido por su padre como presidente de la federación.
Poco después se enfrentó de nuevo al equipo de Bengasi(refundado) y cuando estos vencía 1-0 el árbitro volvió a sacarse de la chistera dos penaltis que dieron la victoria a los de Al-Saadi.
Los jugadores de Bengasi decidieron abandonar el terreno de juego, pero la policía se lo impidió, obligándoles a volver.
Al acabar esa temporada a punto estuvo de firmar por el Birkirkara FC, club maltés que disputaría la ronda previa de Champions 2000-2001, finalmente no se produjo.

Del Piero y Nedved luciendo el mítico sponsor Tamoil en la camiseta de la Juventus (Fuente: twitter.com/futbolmoderno_)
Soñar a cualquier precio
Al-Saadi tenía varías metas futbolísticas o varios sueños; jugar en una gran liga, ser internacional y jugar un gran torneo o disputar la Copa de Europa.
Esa temporada fichó por el también libio Al-Ittihad, del que también sería presidente.
Esto me ha hecho recordad que los chavales de mi generación jugábamos al PCFútbol, los hijos de dictadores se hacen con equipos de fútbol, como Nicu Ceaucescu.
Al-Saadi hacía y deshacía lo que le venía en gana con el club, alineaciones, cambios, entrenamientos…etc.
Pero pronto gestionar un equipo libio no colmaba sus aspiraciones futbolísticas y decidió comprar el 7,5% de las acciones de la Juventus de Turín.
Esta compra tenía como fin último poder jugar con los bianconeri, pero el entrenador turinés se negó en rotundo, aunque tuvo que aceptar que entrenase con el equipo.
Gracias a esta transacción también consiguió que la Supercopa de Italia de 2002 se disputase en Trípoli.

Al-Saadi Gadafi disputa un balón con Del Piero el día de su debut (Fuente: blogs.diariovasco.com)
Fruto de estas relaciones surgió el sponsor de Tamoil, petrolera con fuertemente vinculada con Libia y los Gadafi, con la Juventus.
Pero esto no era suficiente y con el dinero como castigo siguió explorando otros caminos para jugar en un club de la serie A.
El siguiente paso fue adquirir el 33% de las acciones de la modesta Triestina e incluso estuvo a punto de hacerse con la Lazio, aunque esta transacción finalmente no se formalizó.
A golpe de talonario consiguió ficha en la primera plantilla del Perugia, aunque debutar era otro cantar.
En octubre de 2003 surgió un imprevisto con el que no contaba, sin haber jugado ni un minuto, daba positivo por norandrosterona en el control antidoping y era sancionado 3 meses.
Su ansiado debut que tanto(dinero) le había costado llegó en mayo de 2004, cuando debutó contra “su” Juve, partido en el que además su equipo se impuso 1-0.
Huelga decir que su aportación fue mínima, que únicamente toco el balón 9 veces, pero ni tan mal.
Con el mismo entrenador (sospechosamente) Cosmi, llegó a Udine, donde acumuló 15 minutos a su historial como futbolista, esta vez frente al Cagliari.
Su último viaje fue a Génova, para vestir los colores de la Sampdoria, aunque vestir no sea el termino más adecuado, ya que no llegaría a disputar ni un solo minuto en toda la temporada.
Al finalizar la 2006-2007 decidió colgar las botas y volver a casa, el sueño de la serie A había terminado.
La primavera árabe le hizo perder todos sus privilegios y acabó cambiando los lujos por las peores cárceles de Libia.
Desde septiembre de 2021 vive junto a su familia en Estambul, donde consiguió asilo gracias a la intermediación turca con las autoridades libias.

Al-Saadi el Gadafi se retiró en la UC Sampdoria en 2007 (Fuente:www.20minutos.es)
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