l 14 de junio de 1974 en el duelo que enfrentó a Alemania Federal y Chile en el Olímpico de Berlín, Carlos Caszely fue el futbolista que vio la primera tarjeta roja en un Mundial. El atacante chileno ya había visto una amarilla en el minuto 48, pero en el
La “Naranja Mecánica” deslumbró al planeta fútbol en la Copa del Mundo de 1974, tanto que se ha llegado a decir que es el único subcampeón que los futboleros recuerdan más que al propio campeón del torneo. En tierras germanas los Cruyff, Neeskens, Rep, Rensenbrink, van Hanegem y compañía, comandados
icen que Gerd Müller no tiene ni un gol bonito, aunque no creo que sea cierto. Gerd Müller era un delantero «bajito» para las costumbres de la época, solo medía 1,76m, era «culón» y tenía un aspecto rechoncho, pero era un delantero letal. como demuestran sus 729 goles en 787
adislao Kubala se hizo cargo del banquillo de la selección española cuando el equipo ya no tenía opciones de clasificarse para el Mundial de México 70. El ex futbolista magiar era un tipo muy respetado por los jugadores, por lo que había sido en el césped. Carismático y amable, tenía
l azar quiso que las dos Alemanias, la Federal y la Democrática se vieran encuadradas en el grupo 1 del Mundial de 1974. Para poner más picante al asunto los primeros eran los anfitriones del torneo. El partido se celebró en el Volksparkstadion y cerró aquel grupo, en el que
aul Breitner, el « Kaiser Rojo«, siempre fue un buen jugador, pero si por algo destacó fue por su personalidad. En la final del Mundial de Alemania ’74, Los de Beckenbauer se enfrentaban a la Holanda de Johan Cruyff, la mejor selección del momento. Los tulipanes tenían un equipazo pero vencer
gipto no participó en la primera Copa del Mundo de 1930 por una cuestión logística. Sí lo hizo en Italia cuatro años después. Desde entonces el fútbol del continente negro permaneció excluido de la gran fiesta de fútbol hasta el Mundial del 1970, cuando Marruecos se convirtió en el segundo
a Holanda de Michels y Cruyff es considerada como el máximo exponente del “fútbol total”. Esta forma de entender el juego tuvo sus precursores en la Hungría de los ’50 o la fina escuela austríaca encabezada por Hugo Meisl. Ese equipo bautizado como la Naranja Mecánica quedó en la retina
sta es la historia del partido que no se jugó. Un equipo sin contendientes. Una grada desolada. Un gol a puerta vacía que nadie cantó. Clasificación para el Mundial de Alemania 1974. Por entonces Europa tenía 9 plazas y Sudamérica 3. Chile y la URSS se jugaban otra plaza que
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