En 1962 conquistaron su única Recopa de Europa, competición en la que llegaron en otras dos ocasiones a la final, 1963 y 1986, cayendo goleados en ambas, ante el Tottenham de John White y el Dinamo de Kiev de los Belanov, Blokhin y compañía dirigidos por la leyenda Lobanovsky.
Tras perder la final de la Copa e Europa de 1974, la única en la historia decidida en un partido de desempate, el Bayern de Múnich renunció a jugar la Copa Intercontinental y fueron los colchoneros quienes se llevaron el titulo derrotando a Independiente.
Se trata del equipo que más finales ha jugado de la Copa de Europa sin ser capaz de levantar el título hasta la fecha (1974, 2014 y 2016). Los colchoneros no llegan a las 7 finales perdidas por la Juventus, pero los “bianconeri” han podido celebrar la “Orejona” en dos ocasiones.
Todo lo contrario le ha sucedido a los rojiblancos en la Europa League (antigua Copa de la UEFA), han disputado tres finales (2010, 2012 y 2018) y en todos ellas se llevaron el título, al igual que en la Supercopa de Europa de esas temporadas, derrotando a los campeones de Europa, Inter, Chelsea y Real Madrid respectivamente.
Trayectoria inmaculada
Hasta la temporada 1973-1974 el Atlético de Madrid había disputado tres ediciones de la Copa de Europa. En 1959 cayeron en semifinales ante sus vecinos del Real Madrid, que ese año lograron su cuarto título consecutivo.
En 1967 les apeó en octavos la Vojvodina y cuatro años después se quedaron de nuevo a las puertas de la final ante el genial Ajax de Johan Cruyff, que ganó su primer título.
Durante la edición 1973-1974 su trayectoria fue prácticamente inmaculada. No perdieron ningún encuentro y apenas encajaron 2 goles, dejando en el camino a Galatasaray, Dinamo de Bucarest, Estrella Roja y al poderoso Celtic tras la conocida como “Batalla de Glasgow”.
En el Estadio de Heysel les esperaba otro novato en la final de la máxima competición continental, el Bayern de Múnich de los Maier, Breitner, Beckenbauer o Múller, que también afrontaban su tercera participación en el torneo.
Un duelo inédito que significaría el primer título para uno de los dos equipos.
Los guantes de Reina
El 15 de mayo de 1974 se vivió un duelo igualadísimo entre dos equipos con estilos contrapuestos que demostraron ser los mejores del momento en el Viejo Continente.
No fue por falta de ocasiones, pero en los 90 minutos, tanto Maier como Reina, pusieron el candado a sus respectivas porterías. En el 114’ Luis Aragonés abrió el marcador con un excelente lanzamiento de falta.
Los colchoneros rozaban la “Orejona” con los dedos, pero 6 minutos después todo se vino abajo. En el último suspiro. A la desesperada. Hans-Georg Schwarzenbeck igualó la contienda con un disparo lejano ajustado al poste.
Gárate protestaba amargamente una falta en el suelo, ninguno de los aguerridos zagueros rojiblancos salieron al paso del central alemán que se sacó el zurriagazo de su vida.
Alrededor de este gol hay una leyenda que se ha ido agrandando con el paso de los años, sin que su protagonista, Miguel Reina, haya confirmado su veracidad.
Cuentan que eufórico el portero colchonero en el último minuto de juego se quitó los guantes y se los regaló a un fotógrafo. El zaguero alemán al ver la meta vacía decidió jugársela desde lejos, empatando el partido.
Una temeridad que algunos dan como cierta, pero de la que no hay prueba visual que lo demuestre, aunque si es cierto que en la instantánea de Reina intentando parar el disparo de Schwarzenbeck, aparece sin guantes
Al no existir aún las tandas de penaltis Atlético de Madrid y Bayern de Múnich tuvieron que jugar un partido de desempate.
El cruel desempate
Dos días después se volvieron a ver las caras en el mismo escenario, en un partido completamente distinto en el que los colchoneros no pudieron hacer nada ante el rodillo bávaro.
El “Toto” Lorenzo volvió a confiar en Reina, pese a su supuesto despiste. Los jugadores rojiblancos aguantaron el asedio alemán hasta el minuto 38, pero acusaron el cansancio más que sus contrincantes y el impacto moral de haberse visto campeones.
Cayeron goleados 4-0 c0n sendos dobletes de Uli Hoeness y Gerd Müller, que dieron comienzo a la leyenda del “pupas” en palabras de su presidente Vicente Calderón.
Al comienzo de la siguiente temporada Luis Aragonés colgó las botas para sustituir a “Toto” Lorenzo como técnico. De la noche a la mañana pasó de ser compañero a entrenador, decisión que el vestuario aceptó de muy buen grado
Por su parte, el Bayern de Múnich tomó el relevo del Ajax iniciando una serie de tres títulos consecutivos. El gigante bávaro acababa de despertar.
Europa le debe una Atlético
40 años después del partido entre Atlético de Madrid y Bayern de Múnich los colchoneros se plantaron en su segunda final. Caprichos del destino, el desenlace fue prácticamente calcado al de 1974.
Marcó Godín a la media hora y seguidamente los del “Cholo” se echaron descaradamente atrás, confiando en que su titánica defensa les llevaría a un nuevo “Doblete”, que dejaría casi en anécdota el de 1996.
Resistieron el asedio merengue hasta el descuento. De nuevo la maldición del último segundo. Sergio Ramos comenzó a tomarle gusto a la “zona Cesarini”. Empate y goleada en una prórroga que afrontaron destrozados física y moralmente.
Idéntico final dos años más tarde para los colchoneros. Otra vez ante su vecino menos querido. En esta ocasión en una agónica tanda de penaltis en San Siro.
El lanzamiento de Juanfran se encontró con el poste y una vez más se quedaron con la miel en los labios, pero si de algo puede presumir el Atlético de Madrid es de fe e insistencia y el fútbol les devolverá algún día aquello que les ha negado una y otra vez en la Copa de Europa.
