En los cuartos de final de la Copa de Europa de la temporada 1961-1962 se vieron las caras por primera vez Real Madrid y Juventus.
El día de los enamorados de 1962 los blancos asaltaron Turín llevándose una victoria por la mínima gracias a un gol de Alfredo Di Stéfano, que también iba a ser protagonista en la vuelta una semana después en el Santiago Bernabéu, pero por distinto motivo.
O se cambian o no salimos
Los italianos saltaron al coliseo merengue vestidos totalmente de negro, dejando de lado para tal ocasión su tradicional indumentaria “bianconeri”, motivo por el que la confusión con el trío arbitral se evidenció durante toda la primera mitad del choque.
Igualaron la eliminatoria gracias a un gol de Omar Sívori en el minuto 38. Muy disgustado durante el intermedio Di Stéfano llamó a la puerta del árbitro de la contienda Maurice Guigue, exigiendo que los italianos se cambiasen de camiseta ante la evidente confusión que se estaba generando sobe el terreno de juego.
En su mano portaba la segunda equipación del Real Madrid de color morado y amenazó con no saltar al césped si los rivales no se cambiaban.
Al colegiado no le quedó más remedio que pasar por el aro. El meta visitante Roberto Anzolin frenó todas las acometidas blancas y el marcador no se volvió a mover, lo que significó la primera derrota de los madridistas en su feudo en siete años participando en la Copa de Europa.
La eliminatoria entre Real Madrid y Juventus se decidió en un partido de desempate en el Parque de los Príncipes el 28 de febrero de 1962 en el que se impusieron los merengues 3-1.
En semifinales derrotaron al Standard de Lieja y alcanzaron su sexta final de la competición (la primera que perdieron) ante el SL Benfica el día que nació la “maldición de Bela Guttmann” para el conjunto lisboeta.