Los dos colosos del fútbol español no siempre fueron rivales acérrimos. No eran amigos, pero tampoco se tenían especial inquina cuando se enfrentaron por primera vez. Un 13 de mayo de 1902 en las semifinales de la Copa de la Coronación.
Apenas 10 días después de ese encuentro se produjo el primer fichaje entre ambos clubes. Alfonso Albéniz (hijo del famoso compositor Isaac Albéniz) El primer tránsfuga. Dejaba la disciplina culé para formar parte del equipo madrileño.
Durante la época amateur y en los albores del profesionalismo del fútbol español reinaba un clima de cordialidad y los Barcelona vs Real Madrid no denotaban la tensión y competitividad actual.
Antes del nacimiento de «El Clásico«, el duelo más seguido era el conocido como “Viejo Clásico” que enfrentaba a Athletic Club y Real Madrid. Se trata del segundo enfrentamiento más repetido en la historia del fútbol español.
Nace una rivalidad
Con el paso de los años la rivalidad entre culés y merengues fue creciendo hasta llegar al contexto actual.
Durante la primera Liga, disputada en 1929, mantuvieron un tenso duelo toda la temporada por conquistar el título. Los blancos estuvieron en lo alto de la tabla durante casi todo el año, pero fueron los blaugrana los que se llevaron el gato al agua.
Tras la Guerra Civil y en un contexto político enrarecido, con la dictadura de Franco de por medio, la rivalidad trascendió los campos de fútbol. La animadversión entre equipos y sus aficiones se hizo patente, mezclando cuestiones políticas y futbolísticas.
El fichaje de Di Stéfano por los merengues y todo lo que le rodeó echó más leña al fuego. Hoy queremos recordar algunos de los traspasos más controvertidos. Jugadores que vistieron ambas camisetas. Eternos tránsfugas que realizaron el puente aéreo futbolístico.
Doble viaje de ida y vuelta
Josep Samitier fue el primer gran ídolo de la afición blaugrana. Bautizado como “El hombre langosta” por su agilidad y gran capacidad para los remates acrobáticos. Vistió la camiseta del FC Barcelona durante 13 temporadas.
Para sorpresa de todos, Samitier pasó a engrosar las filas del Real Madrid de la noche a la mañana. Rozaba la treintena, pero su rendimiento seguía siendo muy alto.
El conjunto culé le dio la baja y menos de 24 horas después su excelente relación con Santiago Bernabéu provocó que el jugador hiciese el puente aéreo. Así el 7 de enero de 1933 Samitier era nuevo jugador blanco.
Dos semanas después debutó en San Sebastián y en su primer partido en el coliseo blanco marcó su primer tanto frente al Alavés.
Aquella campaña jugó 6 encuentros y anotó 3 goles. Dos de ellos frente a su antiguo club, que tuvieron gran incidencia para que los blancos levantasen su segundo título de Liga.
Samitier jugó con los merengues otra campaña más, tras la que se marchó al OGC Niza, donde se retiró en 1939.
Ejerció como entrenador de los culés entre 1944 y 1947, cuando abandonó el cargo para ser secretario técnico. Entre sus logros está la contratación de otro icono azulgrana. Ladislao Kubala.
Al igual que en su etapa de jugador, de la noche a la mañana se marchó al eterno enemigo para ocupar este mismo cargo pero en la “casa blanca”, ejerciendo un papel fundamental en el fichaje de Alfredo Di Stéfano por el conjunto madrileño.
“El Divino” hace el puente aéreo
Un futbolista coetáneo a Samitier e icono del fútbol español tuvo una trayectoria similar.
Ricardo Zamora comenzó jugando en el Espanyol. Tras una temporada fichó por el rival de la Ciudad Condal. Defendió la meta culé durante 3 años (1919-1922), en los que ganaron dos Copas.
Tras una segunda etapa con los “Periquitos”, en 1930 fichó por el Real Madrid. Llegó a la capital española un 4 de septiembre de 1930 a cambio de 150.000 pesetas. Cifra astronómica para la época.
Los dirigentes blancos no dudaron en pagar tal cantidad por hacerse con los servicios de uno de los mejores guardametas del mundo. Imaginaos la cara del presidente del Espanyol, que había puesto una “cláusula” pensando que ningún podría pagarla.
El sueldo del guardameta también fue de superestrella para la época, 3.000 pesetas mensuales.
Zamora no defraudó a la afición. Ocupó la meta blanca durante 6 años, conquistando dos Ligas, dos Copas y dejando paradas para el recuerdo.
“El Ángel Rubio” cambia de colores
Bernd Schuster, el indomable centrocampista alemán llegó a España en 1980 procedente del FC Koln. Con apenas 20 años, venía de ser la revelación de la Eurocopa disputada ese verano en Italia. Su selección ganó y él fue Balón de Plata por detrás de su compatriota Rummenigge.
En aquel Barça, empeñado en crear un equipo de leyenda, poco después desembarcó la figura del momento, Diego Armando Maradona. Pero el proyecto no terminó de cuajar como deseaban.
Fueron sonados los enfrentamientos de Schuster con directivos y técnicos. Destaca cuando abandonó el estadio Sánchez Pizjuán en taxi inmediatamente después de ser sustituido en la final de la Copa de Europa de 1986. Fue su principio del fin en el Barça.
Dos años después abandonaría la disciplina blaugrana rumbo a la capital, al mismo tiempo que Johan Cruyff llegaba al banquillo culé.
Durante años había sido persona “non grata” en el Bernabéu, tras los cortes de manga que dedicó a la afición madridista en la final de Copa de 1983. Lo que son las cosas. Un lustro más tarde ofrecía sus servicios a los blancos.
Hizo el puente aéreo y para más inri, sin que el club desembolsase un duro, ya que, quedaba libre esa campaña. Se llevó una cuantiosa prima de fichaje y dejó una ampolla en la directiva blaugrana que no tardó en reventar.
El alemán se unía a la “Quinta del Buitre”, como fichaje electoralista de Ramón Mendoza. En la capital ganó dos Ligas en dos años, en la segunda el equipo batió el récord goleador del campeonato.
¿Qué hizo después? Marcharse al Atlético de Madrid donde también ayudó a arrebatarle títulos a su ex equipo. Schuster un “chaquetero” que no es mal recordado en ninguno de los equipos en los que jugó.
“El Rey” rumbo al eterno rival
Michael Laudrup llegó a Can Barça procedente de la Juventus en 1989. Había enamorado a Cruyff que lo quería para formar su “Dream Team”.
Como blaugrana lo ganó casi todo, 4 Ligas, una Copa y la primera Copa de Europa del club, pero el tiempo fue deteriorando su relación con el técnico y la directiva, principal motivo de su salida.
En aquellos tiempos solo podían jugar tres extranjeros y el Barça contaba con el danés (el que más partidos jugó), Koeman, Stoichkov y Romario.
La junta directiva (tan hábil como siempre) filtró a la prensa que el talentoso centrocampista tenía un precontrato con el Real Madrid. Johan no le veía concentrado y decidió no convocarle para la final de la Copa de Europa contra el AC Milan.
Los rumores y filtraciones sobre las exigencias económicas del danés no cesaron y este explotó en rueda de prensa. Los peores augurios para el aficionado culé se cumplieron.
El desastre de Atenas deshizo el “Dream Team” y el Barcelona vendió a Laudrup al eterno rival, que además le ofrecía un suculento contrato. Los merengues pagaron los 200 millones de pesetas para liberar al danés.
Se dio la circunstancia de que Laudrup estuvo presente en el 5-0 del Barça al Madrid y viceversa en menos de un año y vistiendo la camiseta de un equipo distinto en cada encuentro.
Vistió dos años de blanco en los que ganó una Liga antes de marcharse a Japón y retirarse definitivamente en el Ajax en 1998.
Amado y odiado a partes iguales
Tras formarse en la cantera de Mareo y despuntar con el Sporting de Gijón en la campaña 90-91 en la que hizo 14 goles en la Liga, fichó por el Real Madrid ese verano por los 250 millones de pesetas que estipulaban su cláusula de rescisión.
En Chamartín dio muestras de su carácter y capacidad goleadora durante 5 campañas, pero en la 95-96 todo comenzó a torcerse. El futbolista asturiano dejó de ser un fijo en los onces de Valdano y las negociaciones para su renovación encallaron.
El Madrid no carburaba. La relación entre jugador y técnico estaba prácticamente rota y Lucho comenzó a buscar una salida.
Valdano fue despedido y Arsenio Iglesias volvió a contar con el medio asturiano, pero este ya había decidido marcharse ¿Dónde? Al eterno rival. Como no.
El 31 de mayo de 1996, tres días después de su último partido de blanco, se oficializó el fichaje.
Luis Enrique vistió la camiseta azulgrana durante 8 temporadas, hasta su retirada en 2004. Vivió grandes momentos y crisis gravísimas en el club. Fue capitán y un auténtico ídolo para la afición, que veía en él un arma arrojadiza contra los merengues.
Estalla la guerra
En 1995 el FC Barcelona se hacía con los servicios de un extremo lisboeta más que prometedor, Luis Figo.
Durante 5 años fue el estandarte azulgrana, ídolo de la afición con un rendimiento superlativo, que permitió tomar aire a los culés en la difícil era post-Cruyff.
Nadie podía imaginar como acabaría aquella historia. Las negociaciones para la renovación del portugués quedan en punto muerto durante el año 2000. En estas Florentino Pérez decide presentarse a las elecciones a la presidencia del Real Madrid.
Lorenzo Sanz y sus dos “Orejonas” estaban más que seguros de que renovarían el mandado, pero el empresario tenía un as bajo la manga.
Figo lanza un órdago a la directiva culé (reconoció que no quería marcharse). Florentino aprovecha la coyuntura para firmar un precontrato con una fuerte penalización si el jugador luso no terminaba vistiendo de blanco.
Cuando Figo y su representante quieren recular, reciben la negativa de Gaspart, que no iba a pagar una barbaridad de dinero por un jugador que era suyo. En estas Florentino gana las elecciones, abona 10.000 millones de pesetas y Figo hace el puente aéreo.
Arranca la etapa de mayor hostilidad entre ambos clubes. Para la memoria negra de este deporte queda el lanzamiento masivo de objetos en la primera visita del portugués al Camp Nou, cochinillos, botellas, cayó de todo.
Un aficionado merengue decidió tomarse la justicia por su mano propinando un puñetazo en la espalda a un joven Pepe Reina que iba a recoger un balón al córner durante un partido en el Santiago Bernabéu. Bochorno absoluto por ambas partes.
El fichaje más polémico de la historia
No puede ser otro que el de Alfredo Di Stéfano. Los culés vieron muy cerca su contratación, pero terminó siendo el líder del Real Madrid que conquistó 5 Copas de Europa consecutivas.
Un fichaje que cambió la historia del fútbol. Una historia rocambolesca. De idas y venidas. Con final feliz para unos y muy amargo para otros.
Recientemente han salido a la luz unos documentos que certifican que el FC Barcelona abonó 2 millones de pesos el 7 de agosto de 1953 a River Plate para hacerse con los servicios del crack argentino.
El futbolista jugaba para Millonarios (que no tenía derechos sobre el jugador), pero se declaró en rebeldía y no quería volver a Colombia. Entre tanto el club cafetero llegó a un acuerdo con los dirigentes blancos para su traspaso.
Con Di Stéfano en Barcelona desde mayo, la FIFA decide hacer de intermediario para dar una solución que satisficiera en la medida de lo posible a todos los implicados.
El 15 de septiembre de 1953 anunciaron su decisión salomónica. Di Stéfano jugaría una temporada para cada club hasta 1957. El Barcelona se sintió agraviado y no aceptó la medida.
La Saeta Rubia fichó por el Real Madrid, que en octubre de ese mismo año abonó al Barcelona el montante que sus directivos habían pagado a River Plate. El resto es historia.
Mucha historia por escribir
También han sido sonados los fichajes (aunque no fueron directos entre ambos clubes) de Samuel Eto’o, para el que cada partido contra los blancos eran una final, o Ronaldo Nazario, cuya contratación intentó evitar Gaspart por todos los medios.
Mención especial merece José Mourinho. Ayudante en la época de Bobby Robson y fichaje estelar del presidente blanco para intentar frenar al excelso Barça de Guardiola. Dio paso al mayor combate dialéctico entre entrenadores en la historia del fútbol español.
Son solo una pequeña representación, seguramente la más polémica y controvertida, de las decenas de futbolistas que han vestido la camiseta azulgrana primero y merengue después o viceversa.
Eternos tránsfugas que hicieron el puente aéreo. Amados por unos, odiados por otros, según el orden en el que hiciesen este viaje.
Un comentario
De cabo a rabo…