La llamada “Ley Bosman” supuso el gran cambio, ya que, reconocía a los jugadores comunitarios del mismo modo que los nacionales. Redujo enormemente este problema, pero no lo hizo desaparecer.
Como la AD Alcorcón hace algunos días o el Real Madrid en su duelo copero ante el Cádiz CF, tenemos infinidad de ejemplos de alineaciones indebidas que nos deberían hacer pensar que no siempre es tan sencillo seguir al pie de la letra la norma.
Además de limitar el número de extracomunitarios, la normativa en España establece que no se pueden alinear más de 4 jugadores con ficha del filial al mismo tiempo.
Queremos pensar que esta normativa esta hecha para que los clubes no abusen de tener jugadores con ficha del filial, con menor salario y, promocionen a los futbolistas para que sean miembros del primer equipo de pleno derecho.
Tal vez sea para que no se adulteren las competiciones presentando equipos nóveles en partidos de escasa trascendencia para alguno de los equipos.
Si la normativa no obedece a alguna de estas cuestiones, se trata simplemente de una limitación de las posibilidades para promocionar a los jugadores del filial.
Una eliminatoria con mucha miga
La temporada 1999-2000 fue una campaña muy movida en la que pasaron cosas más que curiosas.
Contra todo pronóstico descendió el Atlético de Madrid, junto con Sevilla FC y Real Betis con una bochornosa historia vecinal, mientras que la Liga se la llevó por primera vez el Deportivo de La Coruña.
Por si todo esto fuera poco, también hubo líos deportivos e institucionales.
Aquel Atlético en descomposición se midió al FC Barcelona en las semifinales de la Copa del Rey. El 12 de abril de 2000 los rojiblancos se midieron en su feudo a un equipo culé aparentemente favorito.
En Liga los de Radomir Antic coqueteaban con el descenso, pero en Copa estaban dando su mejor versión pasando eliminatoria tras eliminatoria.
El FC Barcelona de Louis Van Gaal marchaba segundo en la tabla a cinco puntos de los gallegos.
Inesperadamente los colchoneros dieron su mejor cara y le endosaron un doloroso 3-0 a unos azulgrana que se las prometían muy felices en el Vicente Calderón.
Para sorpresa de propios y ajenos, los goles de Hasselbaink, Baraja y Hugo Leal noquearon a los blaugrana en poco más de 50 minutos.
Con el FC Barcelona contra las cuerdas en la eliminatoria llega lo mas surrealista de de toda esta historia. El 24 de abril debía disputarse el partido de vuelta en el Camp Nou.
El plantón del Barcelona
Los culés intentaron sin éxito que el partido de vuelta se aplazase, alegando la imposibilidad de presentarse por falta de jugadores.
Lo cierto es que aquella fecha estaba reservada para partidos de selecciones, por lo que el FC Barcelona no podía negarse a ceder hasta 9 internacionales, Rivaldo con Brasil, Litmanen por Finlandia, Zenden, Cocu, Bogarde, Kluivert, Reiziger, Frank de Boer por Países Bajos y Luis Figo con Portugal.
A estas bajas se le sumaban otros tres jugadores lesionados (Amunike, Luis Enrique y Ronald de Boer). Esta situación obligaba al FC Barcelona a disputar el partido de vuelta con 11 jugadores de la primera plantilla, de los cuales 2 eran guardametas.
En aquel momento la normativa de RFEF no permitía alinear a más de 3 jugadores del filial en el mismo partido, por lo que la ya de por sí complicada eliminatoria se volvía prácticamente imposible.
Núñez no se resignó, ante la negativa de Villar de aplazar el partido amenazó con no presentarse. El presidente de la Federación se remitió a la normativa: pérdida de la eliminatoria, exclusión de la siguiente Copa del Rey y sanción económica para el club.
En medio de aquel pulso entre el Núñez y Villar se llegó a la noche del 24 de abril. Los jugadores salieron del túnel de vestuarios y se quedaron en la banda. Se consumaba así el plantón del Barcelona.
Su alineación la formaban 10 jugadores del primer equipo, Hesp, Xavi, Puyol, Sergi, Gabri, Déhu, Simao, Dani, Abelardo y el capitán Guardiola, con el portero Francesc Arnau como único suplente.
El inicio del «Villarato»
Con los jugadores blaugranas en formación junto a la línea cal y el equipo colchonero desplegado en el césped, Guardiola se acercó al centro del campo junto al delegado del FC Barcelona para comunicar a Diaz Vega que no disputarían el partido.
El estadio prácticamente vacío observaba el esperpéntico espectáculo ante la seria mirada de José Luis Núñez y un todavía incrédulo Jesús Gil desde el palco presidencial.
Finalmente se dio como vencedor por 0-3 al Atlético de Madrid, que jugaría la final frente al RCD Espanyol pasando con un 6- en el computo global de la eliminatoria.
Villar cumplió sus amenazas, al menos en parte. El FC Barcelona fue multado con 2 millones de las antiguas pesetas. Una cantidad irrisoria. Pensad que ese verano el Real Madrid pagó 10.000 millones de pesetas por Figo.
Además, el plantón del Barcelona conllevaba la exclusión en la siguiente edición de Copa del Rey.
Los culés recurrieron a todos los organismos competentes para que se levantara la sanción. Ningún recurso fructificó.
Al comienzo de la siguiente temporada la RFEF, (Villar) levantó la sanción al FC Barcelona permitiéndole participar en la nueva edición del torneo del KO.
Se entendió que la calidad de la competición y por lo tanto los ingresos económicos se verían muy dañados de no participar uno de los claros favoritos al título.
Aquella chapuza se resolvió con otra chapuza y el plantón del Barcelona quedó grabado en el imaginario colectivo como una de las escenas más surrealistas en la historia del fútbol.