Hoy traemos una anécdota futbolera que aúna designaciones arbitrales, expulsiones inauditas, la tensa relación entre dos continentes y una Copa del Mundo por medio.
Comenzaremos hablando de Stanley Rous. Nació en 1895 en la localidad inglesa de Milford (sí, igual que las infusiones), combatió en la Primera Guerra Mundial y, fue un destacado árbitro internacional a finales de la década de 1920.
A él le debemos la ordenación de las reglas del fútbol en 1925, ese deporte que había nacido una noche de 1863 en la Freemason’s Tavern londinense.
En 1961 accedió a la presidencia de la FIFA, mientras era Secretario General de la Federación inglesa. Permaneció en el cargo hasta 1974.
Su mandato coincidió con el centenario de la creación del fútbol. En pleno éxtasis por la efeméride se decidió conceder la organización del Mundial de 1966 a Inglaterra.
Desde entonces Rous es persona non grata en el continente sudamericano. Junto a otro ex árbitro inglés, Ken Aston, elaboraron todas las designaciones arbitrales del torneo.
A priori a la cita iban a acudir dos colegiados del país organizador, pero allí aparecieron trencillas ingleses, escoceses, irlandeses y galeses por doquier. Ya sabéis, el que parte y reparte…
América y Europa se pelean
Ganar la Copa del Mundo y encima en casa, era más que una obligación para los ingleses.
Brasil venía de ganar los dos anteriores mundiales (1958 y 1962), con una figura más que destacada, Pelé.
El bueno de Edson iba a recibir lo que no está escrito. Por aquel entonces no existían las tarjetas, el árbitro amonestaba verbalmente.
Brasil se llevó la victoria en su estreno frente a Bulgaria en Goodison Park, pero las reiteradas faltas del búlgaro Jetchev lesionaron a la estrella carioca.
Hungría doblegó a la verdeamarela con un extraordinario Florian Albert en el segundo partido. Pelé reapareció frente a Portugal, pero el zaguero Joao Morais le dejó fuera de combate.
La estrella brasileña juró no volver a jugar un Mundial. Por suerte para sus paisanos y para todos los aficionados al fútbol reapareció en la cita de 1970 en México.
La gran favorita estaba fuera de escena. Representando a Sudamérica quedaban Argentina y la bicampeona Uruguay.
Ken Aston y Stanley Rous se encargaron de nuevo de la designación arbitral. Para el Alemania vs Uruguay un colegiado inglés, y, un trencilla alemán para el encuentro entre la anfitriona y la albiceleste ¿Casualidad?
James Finney expulsó a dos jugadores charrúa y los alemanes vapulearon a sus rivales por 4 a 0. En las semifinales harían lo propio con la URSS para plantarse en la final.
«El Rata»
Antonio Ubaldo Rattin era conocido por sus compañeros como “El Rata”. Dicho sobrenombre no se debía a que escatimase en el esfuerzo.
Fue el auténtico mariscal de la medular de Boca Juniors durante 14 años. Un tipo de 1’90 con galones dentro del vestuario y grandes dotes de mando. Un mediocentro de esos que equilibran los equipos.
Valiente y siempre atento el corte, nunca rehuía el contacto físico, pero siempre con nobleza. Al hilo de esto otro día contaremos su anécdota con Pelé.
Se trata de uno de los grandes ídolos de los aficionados del club bonaerense. Tanto que en 2015 al este espigado mediocentro le pusieron una estatua en el Museo de la Pasión Boquense de La Bombonera.
En su dilatada carrera conquistó cinco veces el campeonato argentino y una vez la copa de su país. Con la albiceleste disputó dos Mundiales y alcanzó en dos ocasiones la final de la Copa América, cayendo en ambas frente a Uruguay (1959 y 1967).
Tras su retirada ejerció como entrenador en tres equipos argentinos, hasta abandonar el banquillo en el club de sus amores en 1980. Una vez alejado del fútbol se acercó a otro ámbito no exento de fanáticos, la política.
No me mires que te echo
Aquel 23 de julio de 1966 en el camino de “El Rata” se iba a cruzar Rudolf Kreitlein. Desde entonces enemigo público número 1 en Argentina.
Nobby Stiles, el “perro de presa” inglés, cortaba el juego de la albiceleste con reiteradas faltas a sus jugadores más técnicos. Cumplió su papel, a la perfección.
Corría el minuto 35. Marzolini tiene el balón en la banda izquierda. Se gira y ve a su capitán ajeno al juego discutiendo con el trencilla alemán. Comienza el show.
Kreitlein señala el camino a los vestuarios a Rattin. La versión oficial es que le insultó. Uno hablaba alemán y el otro sólo castellano ¿En qué idioma se habían entendido? Nadie lo sabe.
El “10” argentino pedía un intérprete para que le explicarán el motivo de la expulsión. Tras el partido el colegiado explicó así su decisión:
El capitán argentino se niega a salir del campo mientras le muestra el brazalete de capitán. Kreitlein se ve rodeado de jugadores albicelestes y aparecen los policías por si las moscas.
«En el corazón podrido del Imperio Británico»
Tras más de 10 minutos de discusión Rattín accede a regañadientes a abandonar el terreno de juego.
En el recorrido hasta la bocana de vestuarios cruzó gestos con los hinchas ingleses y estrujó el banderín de córner con la bandera de los anfitriones.
Desde allí vio como Hurst marcó el gol local. El mismo jugador que anotó el gol fantasma más recordado de la historia en la final contra Alemania. Inglaterra ya tenía “su” Copa.
La expulsión de Rattín y todo el revuelo que se montó fue el detonante para que la FIFA incluyese en el reglamento el sistema de tarjetas para sancionar a los futbolistas. Se acabó aquello de señalar con el dedo índice.
La prensa argentina calificó el partido como “el segundo robo”, haciendo alusión a la desaparición de la Copa Jules Rimet poco antes de comenzar el torneo.
Este sería el primer capítulo de la tensa historia que vivieron ingleses y argentinos en todos los órdenes de la vida desde aquella expulsión de Rattín.
Los argentinos fueron recibido como héroes en su país, mientras el entrenador inglés Alf Ramsey calificó a los jugadores de la albiceleste como “animales”. La polémica estaba servida.
Casualidades de la vida, Stanley Rous falleció un 18 de julio de 1986, pocos días después de que la albiceleste con Maradona a la cabeza conquistara su segunda Copa del Mundo. Por el camino dejó a tres rivales europeos, Bélgica, Inglaterra y Alemania.
2 comentarios
Lo de las infusiones es Tilford, no Milford.
Los argentinos liderados por Rattin y dirigidos por El Toto Lorenzo daban leña deliberadamente. Le hubieran machacado a Pelé tanto o más que el luso Morais.
Yo amo el fútbol antiguo y el moderno. Tu nombre es gracioso pero absurdo a la vez
Stanley Rous es el precursor de las mafias del futbol moderno; tenia una vision elitesca del deporte, dandole a regañadientes y a modo de limosna una sola plaza para Asia/Africa/oceania; ademas que veia con recelo la consagración del futbol suramericano; por eso forjo toda clase de amaños arbitrales que favorecieron a los europeos, en especial a los ingleses