Austria paso de ser Österreich a Ostmark, en castellano «Marca del Este».
Esta medida política cambió radicalmente el fútbol alemán y más aún el austriaco, que fue engullido por la Alemania nazi.
Las políticas raciales estuvieron a punto de finiquitar el fútbol austriaco, principalmente por la persecución sobre la comunidad judía tan presente en el balompié del país alpino.
Daños colaterales
Algunos equipos desaparecieron, fueron prohibidos o sus jugadores tuvieron que huir por la persecución política.
Austria en aquella época era una de las grandes potencias futbolísticas, muy por encima de Alemania. El conocido como Wunderteam (equipo maravilla) deslumbró al mundo desde el comienzo de la década de 1930.
La anexión supuso de facto la disolución de la selección austriaca, fagocitada por la selección germana, permitiéndole dar un salto de calidad con la incorporación de grandísimos jugadores.
El campeonato austriaco desapareció y sus equipos, los que no fueron ilegalizados o borrados del mapa, pasaron a formar parte de la Gauliga nazi.
La anexión del país natal del Führer futbolísticamente era un win-win de manual. Buenos equipos para una torneo más potente y grandes jugadores para incorporar al combinado teutón. Incluido uno de los mejores del momento, Matthias Sindelar.
Fuego amigo
Pero ese regalito se convirtió en un caramelo envenenado y el tiro les salió por la culata. Los compatriotas de Hitler se convirtieron en un verdadero problema.
El mismo año del Anschluss dos equipos disputaron las semifinales de la Copa de Alemania. Wiener Sport-Club, que cayó frente al FSV Frankfurt, rival en la final del Rapid Viena, que dejó atrás al FC Núremberg.
El equipo vienés había ganado el campeonato austriaco en 12 ocasiones entre 1911 y 1938 y fue la columna vertebral del Wunderteam, aportando entre otros a Josef Bican, máximo goleador en la historia del fútbol.
Aquella Tschammerpokal se la llevaron los incómodos austriacos. El Rapid Viena remontó el gol inicial marcando tres tantos en los 10 minutos finales.
Los germanos empezaban a arrepentirse de haber introducido a “sus primos” en sus competiciones.
Además varios jugadores austriacos se negaron a vestir la camiseta de Alemania. Sin ir más lejos Sindelar se mofó de las autoridades nazis en un “amistoso” entre la recién anexionada Austria y el combinado teutón.
Si saben cómo me pongo ¿Para qué me invitan?
Ahí no terminó la cosa. Los compatriotas de Hitler le dieron otro disgusto más en 1941.
A pesar de que el dictador no era muy futbolero, se dice que era aficionado del Schalke 04 y veía el deporte como un medio propagandístico para mostrar la supremacía aria y la grandeza del Tercer Reich.
El 22 de junio de 1941 Alemania rompió el pacto germano-soviético, traicionando a Stalin atacando por sorpresa a la URSS a las 3:30 de la madrugada.
Curiosamente el mismo día que arrancó la Operación Barbarroja se disputó en Berlín la final del Campeonato Alemán de Fútbol.
La final la jugaron los alemanes del FC Schalke 04 y los austriacos del Rapid Viena en un Estadio Olímpico de Berlín lleno hasta la bandera, a pesar de estar en plena Segunda Guerra Mundial.
Evidentemente la gran mayoría animaba al equipo de Gelsenkirchen. Era otro Alemania vs Austria cargado de simbolismo nacionalista.
En el minuto 58′ los «mineros» vapuleaban por 3-0 a los «verdiblancos», pero para sorpresa de los cerca de 95.000 espectadores que celebraban la casi segura victoria germana, la fiesta se torció en el tramo final.
Rapid Viena, el campeón foráneo
Los austriacos empataron el partido en apenas cinco minutos y en el 71′ lograron el definitivo 4-3. Por primera y única vez un equipo del Ostmark conquistó la Gauliga. Es más, el Rapid Viena es el único club en la historia que ha ganado el campeonato de un país extranjero.
Los aficionados locales no daban crédito y suele decirse que como venganza las autoridades nazis reclutaron y enviaron a muchos jugadores al frente oriental como venganza.
Esta teoría es la más extendida en Austria, aunque no hay prueba alguna al respecto. Por el contrario en Alemania suele decirse que las autoridades nazis orquestaron la victoria austriaca para que el país natal de Hitller ganase el campeonato. Otra cuestión indemostrable.
Dichoso Anschluss, en qué hora se nos ocurrió meter a estos austriacos en nuestro fútbol pensarían los alemanes
No mucho después el futbol germano fue el que terminó desmembrado, pero eso ya es otra historia.