Principalmente era un mal endémico entre los jugadores sudamericanos. La menor oferta de vuelos transoceánicos, la dificultad en las comunicaciones y la ausencia de telefonía móvil hacía que la vuelta a tiempo de sus estrellas fuera una ardua tarea para los clubes europeos.

Lo habitual es que argentinos y sobre todo brasileños aprovechasen de una globalización aun en ciernes para alargar su período de asueto, echándolo un poco de cara todo sea dicho.
En el Viejo Continente durante las últimas décadas del siglo XX era un titular muy recurrente al llegar la vuelta al trabajo: “Sin noticias de tal…”, “Pascual no se incorpora a los entrenamientos” o “Fulanito en paradero desconocido”.
Tras el la Copa del Mundo de. 1994 Romario se negó a volver el día que había sido citado para iniciar la pretemporada con el FC Barcelona.
Según la versión, oficial solicitó al club regresar 15 días más tarde para poder descansar al haber disputado el Mundial, en el que Brasil conquistó su cuarto entorchado.
El club no le dio permiso y amenazaron con sancionarle, pero Romario no claudicó y se reincorporó 23 días después de lo previsto, aunque eso sí, con un tono mucho más conciliador.
Tras una semana entrenado apartado del equipo se incorporó al grupo y solo cuatro días después fue titular en el debut liguero del equipo, por lo que todo quedo en nada.

En todas partes cuecen habas
Aunque no fueran casos tan sonados, multitud de futbolistas le han echado jeta para ganar unos cuantos días de vacaciones alegando problemas de comunicación, pero no todos tenían la valentía suficiente para aguantarle el pulso a su club.
Julio César Dely Valdés fue un jugador panameño que jugó en la Liga Española los últimos años del siglo XX.
Llegó al Real Oviedo durante el verano 1997 procedente del PSG, en el que tuvo el difícil papel de sustituir a George Weah.
Óscar Washington Tabárez, que había disfrutado de los goles del delantero panameño en el Cagliari años atrás lo reclutó para el club carbayón.
Como su última temporada en París, Dely Valdés hizo una modesta actuación y al final de temporada tenía muchas papeletas para salir.

Finalmente se quedó y de la mano de Fernando Vázquez dio su mejor versión, anotando 19 goles fundamentales para que el Oviedo se mantuviese en Primera División en la campaña 1998-1999.
En la 1999-2000 el técnico gallego dejó su puesto a LuIs Aragonés en el banquillo del Carlos Tartiere.
Precisamente “Zapatones” como le gustaba a Luis que le llamasen antes de lo de “El Sabio”, se convirtió en protagonista de una de estas historias relacionadas con las vacaciones, que todo aficionado carbayón recuerda.

A la desesperada
Según cuentan Dely Valdés quiso viajar con Panamá durante la temporada y Luis aunque no estaba de acuerdo se lo permitió con una serie de condiciones.
El amistoso de la selección centroamericana se disputaba durante la semana y el Oviedo tenía jornada de Liga el fin de semana anterior y posterior.
Aragonés accedió siempre y cuando el delantero panameño volviera a tiempo para entrenar al menos un día antes del partido.
El motivo no queda muy claro, pero Julio Cesar Dely Valdés perdió el vuelo y no llegó a tiempo, lo que le supuso una dura sanción, además de sufrir las iras del entrenador.
Dely Valdes tiene un hermano gemelo, también futbolista, pero que a pesar de ser como dos gotas de agua tuvo una carrera mucho más discreta.
Ahí estaba la solución, como dos hermanos que se suplantan para un examen. Al bueno de Julio César se le ocurrió la maravillosa idea de mandar a su hermano Jorge al entrenamiento haciéndose pasar por él.
El vínculo entre estos gemelos siempre fue muy fuerte, suele contarse que si uno sentía un dolor a miles de kilómetros resultaba que le habían dado un golpe al otro y cosas así.

Como dos gotas de agua
Jorge Dely Valdés, el gemelo, se presentó al entrenamiento para salvar a su hermano.
Supuestamente nadie se dio cuenta de la presencia del impostor, pero a nadie se le escapó que su comportamiento era extraño y que no había dado ni una en todo el entrenamiento.
Lo cierto es que, a pesar del desastre en el entreno, Dely Valdés fue titular al siguiente partido.
Algunos dicen que Luis se percató del “cambiazo” y que habló con Dely, pero a día de hoy sigue siendo una historia plagada de misterio y que solo los hermanos y el entrenador saben realmente la verdad.
Curiosamente fue Luis Aragonés el que certificó matemáticamente el descenso del Atlético de Madrid desde el banquillo azul.
En cuanto a los hermanos panameños, actualmente ambos se ganan la vida trabajando juntos como técnico y segundo entrenador. Menudo peligro.
Sabiendo esto, ¿estará seguro cualquier colegiado de que ha expulsado al hermano correcto?
