Hoy os queremos contar la historia de un conserje, Josep Cubells, que salvó de la destrucción gran parte de los trofeos logrados por el FC Barcelona durante sus primeros años de vida.
En las dos primeras décadas del siglo XX el club fundado por Hans Gamper vivió una etapa muy prolífica conquistando 8 Copas y la primera Liga de la historia en 1929.
Todo empezó a torcerse el 16 de marzo de 1938 en un bombardeo a la ciudad de Barcelona durante la terrorífica Guerra Civil que sacudió España entre 1936 y 1939.
Poco antes Gamper se suicidó tras ser condenado al exilo y el campo del Barça fue clausurado por una soberana pitada al himno español por parte de los hinchas culés.
Josep Cubells, un héroe sin capa
La zona del Mediterráneo era uno de los últimos reductos leales al gobierno de la República y Franco, apoyado por el fascismo italiano bombardeaba la zona sin miramientos.
Miles de personas murieron en Barcelona durante los bombardeos y el presidente del FC Barcelona Josep Suñol, reconocido nacionalista catalán, fue detenido y fusilado en el madrileño Puerto de Guadarrama.
Tras los bombardeos, el conserje de la entidad blaugrana Josep Cubells i Bargalló, fue a la carrera en plena noche a la sede del Barça para salvar todo lo que pudiese, logrando recuperar los restos de alrededor de 300 trofeos semidestruidos, documentación y 2.500 pesetas en efectivo.
Décadas más tarde aquellos restos de los primeros años gloriosos del conjunto culé fueron fundidos para crear con ellos una escultura conocida como la “Copa de Todos”, pero no se le dio mucha importancia y estuvo olvidada en un almacén durante años hasta que fue instalada en un lugar preferencial en el museo del Camp Nou.