Fue construido en la misma ubicación donde jugaba el SK Jugoslavija, club antecesor del Estrella Roja que fue disuelto tras la Segunda Guerra Mundial.
Para poder ampliar el aforo, tras demoler el antiguo estadio decidieron excavar 12 metros de profundidad dotando de una mayor dimensión a su grada.
El primer partido disputado en el Pequeño Maracaná fue un Estrella Roja vs NK Rijeka valedero para el campeonato yugoslavo y en el que se impusieron los locales 2-1.
Un año después en el derbi ante el Partizán de Belgrado registró récord de afluencia, 74.000 espectadores, pero las obras de remodelación continuaron, aumentando su aforo hasta los 117.000 espectadores. Fue ahí cuando tomó el sobrenombre de Pequeño Maracaná en honor al legendario Estadio de Maracaná.
El 23 de abril de 1975 batió su propio récord de asistencia albergando 96.070 espectadores en el duelo de semifinales de la Recopa de Europa entre Estrella Roja y Ferencvaros.
Lo cambios en la reglamentación provocaron, como en la mayoría de estadios, una reducción de aforo y a día de hoy el Pequeño Maracaná puede albergar un máximo de 51.755 espectadores.
Historia de la Eurocopa
En 1972 albergó el duelo entre Yugoslavia y la URSS para acceder a la fase final de la Eurocopa que ese año albergó Bélgica.
Cuatro años después acogió la primer final de un torneo de selecciones decidida en una tanda de penaltis. Aquel mítico duelo entre Checoslovaquia y Alemania que se decidió con el penalti de Antonín Panenka.
Otro duelo legendario, en esta ocasión con la clasificación para el Mundial de 1978 en juego, fue el Yugoslavia vs España conocido como “La batalla de Belgrado”.
En uno de los ambientes más hostiles que se recuerdan en la historia del fútbol, botellazo a Juanito incluido, la selección española subo sobreponerse y obtener una victoria vital gracias a un gol de Rubén Cano.
Duelos europeos memorables
En 1973 albergó por primera y única vez hasta la fecha la final de la Copa de Europa. En ella el Ajax de Cruyff se coronó por tercera vez consecutiva tras derrotar a la Juventus con un tanto de Johnny Rep en los primeros minutos del encuentro.
Durante la época dorada del fútbol balcánico, entre las décadas de 1980 y 1990, el Pequeño Maracaná se convirtió en un estadio pionero al incluir en sus instalaciones grada VIP, tienda y restaurante para sus aficionados.
Si hay una temporada que recuerden en el Estrella Roja es la 1990- 1991, se proclamaron campeones de Europa cediendo tan solo dos empates en el Pequeño Maracaná ante Grasshopper y Bayern de Múnich, derrotando con sendos 3-0 a Rangers y Dinamo Dresde.
Dos años antes este estadio acogió uno de los duelos más controvertidos de la Copa de Europa. Estrella Roja y AC Milan habían igualado 1-1 en San Siro, el equipo serbio iba ganando en la vuelta y un jugador “rossoneri” había sido expulsado.
El partido tuvo que ser suspendido por la niebla y en una decisión que perjudicó ostensiblemente a los locales, la UEFA decidió que el partido se reanudase un día después con 0-0 en el marcador y con los 11 jugadores de cada equipo sobre el campo. Los italianos se impusieron en la tanda de penaltis y se proclamó campeón tras dos décadas sin alzar el trofeo.
El “Infierno Rojo”
Si algo caracteriza al Pequeño Maracaná es el ambiente “infernal” que se respira en los encuentros del Estrella Roja. Históricamente ha pasado por ser uno de los estadios más intimidantes del planeta fútbol.
Aunque esa atmósfera haya ido perdiendo incidencia sobre lo que sucede en el césped, no han sido pocos los equipos que se han visto superados por el famoso “miedo escénico” en el Pequeño Maracaná.
Uno de los lugares más representativos del estadio es el denominado “Túnel de los Horrores” que da acceso al terreno de juego. Con su aspecto de búnker militar es un camino repleto de grafitis y policías serbios, en el que retumban los cánticos de una grada siempre repleta. No cabe duda que este intimidante recibimiento no es el modo más tranquilizador de encarar los partidos para los equipos rivales.
El grupo de ultras del Estrella Roja destaca como uno de los más activos en el fútbol europeo. Por sus coreografías y uso masivo de bengalas, así como otros actos violentos más que reprochables.