Al igual que ocurre en Wembley, es tradición que sobre su césped se celebren las finales de la Scottish Cup y Scottish League Cup desde su construcción.
Su arquitecto fue el legendario Archibald Leitch, que también diseñó algunos de los templos míticos del fútbol británico como Anfield, Highbury, Celtic Park, Craven Cottage, Goodison Park, Ibrox Park, Old Trafford, Stamford Bridge o White Hart Lane.
Hampden Park también es el hogar del equipo más antiguo de Escocia, Queen’s Park Football Club, fundado en julio de 1867, que ya jugaba en otro estadio llamado Hampden Park desde 1873, tres décadas antes de la construcción del templo de Glasgow.
De Hampden a Hampden Park
Este modesto campo tomó el nombre de la llanura en la que se ubicaba, dedicada al político inglés John Hampden. La construcción de las vías de ferrocarril hizo que el Queen’s Park se mudase en 1884 al segundo Hampden Park, ubicado a escasos 100 metros del primero y conocido posteriormente como Cathkin Park.
A finales del siglo XIX el Decano del fútbol escocés pidió permiso a las autoridades para hacer una remodelación de su campo, pero esta fue denegada, hecho por el que se embarcaron en la construcción de un nuevo estadio.
En apenas tres años levantaron el nuevo Hampden Park, que fue el estadio más grande del mundo hasta la construcción de Maracaná en 1950.
De esta forma la ciudad de Glasgow tuvo durante varios años los tres estadios más grandes el mundo, Celtic Park, Ibrox Park y el propio Hampden Park.
En el partido inaugural disputado el 31 de octubre de 1903, los locales ganaron por la mínima al Celtic, en un encuentro de la Scottish Premiership.
El 10 de abril de 1909 Hampden Park acogió a 131.000 espectadores, que vieron en directo el duelo entre Celtic y Glasgow en la final de la Copa de Escocia.
Fue una final muy movida que terminó en empate. Una semana después volvieron a firmar la igualada.
Tras el segundo encuentro los aficionados esperaban que se disputase una prórroga, pero no fue así y, ocasionaron graves altercados en el estadio, que provocaron que la Federación Escocesa retirase durante unos años a Hampden Park como sede de las grandes finales del fútbol escocés. El título quedó desierto.
Pero este no ha sido el partido con mayor asistencia en Hampden Park, fue en el “Auld Enemy” del 17 de abril de 1937 al que acudieron 149.415 personas. El partido más multitudinario en Europa y solo superado por la asistencia del famoso “Maracanazo” disputado por Brasil y Uruguay 13 años después.
Grandes citas del fútbol europeo
Con más de un siglo de historia Hampden Park ha sido escenario de grandes momentos del fútbol europeo, albergando tres finales de la Copa de Europa, dos de la Recopa y una de la Copa de la UEFA.
Entre otros grandes clubes ha visto coronarse al Real Madrid por quinto año consecutivo en una de las mejores finales de la historia, que terminó 7-3 ante el Eintracht de Frankfurt.
42 años después fue el escenario de la novena “Orejona” de los blancos, con la majestuosa volea de Zidane que cerró el partido ante el Bayer Leverkusen.
Sobre el césped de Hampden Park en 1976 el Bayern de Múnich de los Beckenbauer, Maier. Rummenigge, Müller o Hoeness se coronó campeón de Europa por tercer año consecutivo en 1976.
En 1962 y 1966 Atlético de Madrid y Borussia Dortmund levantaron al cielo de Glasgow la única Recopa de Europa que figura en su palmarés, tras imponerse a Fiorentina y Liverpool respectivamente.
La última gran cita disputada en Hampden Park hasta la fecha fue la final de la Copa de la UEFA de 2007, el duelo fratricida entre Sevilla FC y RCD Espanyol en el que los hispalenses levantaron su segundo título continental consecutivo.
El templo del fútbol escocés
Es la casa de un equipo que continúa siendo amateur, milita en Tercera Divisón, lejos de los focos mediáticos y su lema es “Ludere causa ludendi” (jugar por jugar, jugar por amor al juego), que le dota de ese romanticismo y pureza que tanto echamos en falta en el fútbol moderno.
Tras más de un siglo de historia Hampden Park sigue siendo el gran templo del fútbol escocés. Un lugar que desprende tradición por los cuatro costados, donde se disfruta de los valores clásicos de este apasionante deporte.