Argentino de nacimiento, chileno de adopción y pucelano de corazón. Jugó durante 20 años vistiendo la camiseta de tres clubes argentinos y otros tres chilenos
A mediados de los 70 comenzó su exitosa carrera por varios banquillos chilenos, incluyendo la selección nacional, en la campaña 1985-1986 Vicente Cantatore aterrizó por primera vez en el Real Valladolid.
Pese a los buenos resultados dejó el club nada más comenzar la siguiente temporada por desavenencias con la directiva pucelana acerca de la política de fichajes.
En busca de la reconciliación
Apenas un año después el técnico argentino volvió para hacerse con las riendas del equipo y allí permaneció las dos siguientes temporadas (1987-1989).
El club blanquivioleta navegó por la zona tranquila de la tabla mientras el rosarino estuvo al frente del equipo.
La guinda a su trayectoria en Pucela fue llevar al equipo hasta la final de Copa del Rey de 1989, la segunda en la historia del club, tras la disputada en 1950. En esta ocasión cayeron por la mínima ante el Real Madrid con gol de Gordillo.
A pesar de la derrota, el doblete merengue concedió al Valladolid una plaza para la Recopa, ya que, los blancos disputaron la Copa de Europa.
Vicente Cantatore no llegó a dirigir al equipo en esta competición, ya que, en la 1989-1990 cambió la ribera del Duero por el Guadalquivir para dirigir al Sevilla FC en busca de proyectos más ambiciosos.
Sus dos campañas en Nervión tampoco estuvieron mal, clasificando al equipo para la Copa de la UEFA el primer año, con Anton Polster como estrella, que marcó 33 goles, récord para un jugador hispalense en el campeonato.
Desde el club hispalense regresó a su tierra adoptiva Chile y, tras un breve paso por Rosario Central volvió a España en 1994, en esta ocasión al CD Tenerife.
Tenerife no es Pucela
Cantatore se hizo cargo del equipo que su paisano Valdano había dejado huérfano al poner rumbo a Concha Espina.
La aventura tinerfeña se truncó antes de lo esperado, en gran medida por la eliminación copera a manos de sus vecinos de la UD Las Palmas.
Ambos partidos terminaron 0-0 y la lotería de los penaltis dio el pase a la siguiente ronda a los amarillos, que en aquel momento militaban en 2ªB.
Antes del encuentro el presidente chicharrero, Javier Pérez, había vaticinado un 20-0 para los suyos y, tras la debacle en el Heliodoro Rodriguez López dejó para la posteridad su famosísimo “Tierra, trágame”.
En Liga tampoco fueron demasiado bien las cosas y terminaron un punto por encima del descenso, méritos insuficientes para continuar en la isla.
En Pucela las cosas iban de mal en peor, en la 94-95 se salvaron «in extremis» en los despachos gracias a la chapuza de la «Liga de 22»
Al año siguiente Rafa Benítez, en su primera experiencia en la máxima categoría, fue destituido en la jornada 23, con los blanquivioletas ocupando el farolillo rojo.
¿A la tercera va la vencida?
De nuevo recurrieron en Valladolid a un viejo conocido en busca del milagro y, en la jornada 25 Vicente Cantatore se hizo cargo del equipo. El “Turista” logró revertir la complicada situación dejando al club en Primera División.
La 96-97 forzaba una vuelta de tuerca más y conseguía clasificar al modesto equipo vallisoletano para la copa de la UEFA por segunda vez en su historia, gracias a un meritorio 7º puesto.
Aquel mítico equipo sigue vivo en la memoria de la afición vallisoletana, el «EuroPucela» de los César Sánchez, «Mami» Quevedo, Peternac, Benjamín o Víctor.
La gran expectación generada por el equipo hizo que el mal inicio de la campaña 1997-1998 fuese aún más doloroso para los vallisoletanos.
En Liga los pucelanos habían encajaron tres derrotas en las tres primeras jornadas ante Salamanca, Betis y sobre todo un sonrojante 5-0 frente al Atlético de Madrid.
Vicente Cantatore había renovado su contrato al finalizar la exitosa campaña anterior, pero en Valladolid las cosas habían cambiado y mucho.
El presidente, Marcos Fernández, en aquel momento se encontraba ingresado en EE.UU para recibir tratamiento médico, asumiendo sus funciones su hijo y vicepresidente Marcos Antonio Fernandez.
El mal arranque liguero incrementó notablemente las tensiones entre técnico y presidente interino.
¡¡A la calle!!
La noche previa al debut en competición europea, el 16 de septiembre de 1997, José María García entrevistó en el programa radiofónico Supergarcía al presidente interino del Real Valladolid, Marcos Antonio Fernandez.
Este aprovechó su aparición en los medios para «rajar» de su entrenador, sacando a la luz una supuesta conversación entre Vicente Cantatore y su hermano.
A lo que añadió que, de ser cierto, no habría pedido renegociar su contrato hasta en cuatro ocasiones, calificando el comportamiento del mister como muy lamentable.
Entonces García, fiel a su estilo y, muy dado a las sorpresas en directo, cortó al mandatario para dar entrada a una llamada: «Perdona Marcos. Don Vicente Cantatore. Buenas noches».
Esto es lo que sucedió:
Para desgracia de la afición pucelana lo acontecido en aquel programa radiofónico se hizo realidad y la destitución de quien tanto le había dado a su equipo se formalizó.
La comunión entre afición y su entrenador era total, como se pudo comprobar pocos días antes, al dar el pregón de las fiestas ante una multitud entregada. El arrebato del vicepresidente, obviamente, no tuvo buena acogida entre la parroquia blanquivioleta.
Al día siguiente, fue Antonio Santos quien se sentó en el banquillo del José Zorrilla para dirigir al equipo ante el Skonto Riga.
Vicente Cantatore siguió el encuentro desde su domicilio, muy próximo al estadio y, desde donde pudo escuchar el cariño que le ofreció la afición pucelana.
Cantatore sí. Directiva no
Antes del encuentro una multitud se arremolinó frente a su puerta con cánticos y muestras de apoyo a Cantatore.
Las gradas del Nuevo Zorrilla se cubrieron de pancartas exigiendo el regreso del entrenador, mientras hacían notar su descontento hacia el inquilino del palco
Juan Carlos marcó el 1-0 de penalti en el 31′. Su celebración con Marcelo Cantatore, hijo del entrenador y, miembro del cuerpo técnico, dejó bien clara la postura de la plantilla.
El Real Valladolid venció 2-0 en un partido en el que todo el mundo tuvo muy presente a Vicente Cantantore. El cántico más repetido en la grada fue «Cantatore sí. Directiva no»
Edú Manga, autor del segundo gol, como otros de sus compañeros de plantilla manifestaron abiertamente ante los medios su deseo de reconciliación entre directiva y entrenador.
La directiva reculó, cuenta que el presidente Marcos Fernández (padre) llamó personalmente a Vicente Cantatore, pero no lograron revertir la situación.
Vicente Cantatore dirigió a otros equipos como Sporting de Lisboa, Betis y Sporting de Gijón, donde se retiró en 2001, tras 25 años en los banquillos.
El reconocimiento a su trabajo le llegó años después, cuando recibió la insignia de oro y diamantes del Real Valladolid.
Regresó a la ciudad que tanto cariño le mostró y donde vivió hasta su muerte el pasado 15 de enero de 2021 a los 85 años.
Descanse en paz Don Vicente Cantatore.