Su lanzador nació y creció en Sao Paulo en 1973, tras jugar en varios clubes brasileños, como el Atlético Mineiro o el Palmeiras, del que dio el salto a Europa gracias a esos “bolos” que los clubes sudamericanos hacían por Europa durante el invierno en el cono sur.
La temporada 95-96 fichó por el Inter de Milán donde alternó banquillo con titularidad y a pesar de sus grandes aptitudes no destacó en exceso. No hay que pasar por alto que aquel Inter lo entrenaba Ottavio Bianchi, con una visión muy particular del futbol, con detalles que favorecían su juego como el marcaje al hombre.
La destitución de Bianchi, su gran valedor, le supuso una pérdida de peso en la plantilla por el cambio de sistema.
Para la temporada 1996-1997 Fabio Capello ficha por el Real Madrid y comienza una revolución en la plantilla, confeccionando un equipo prácticamente completo, por cierto con una efectividad en los fichajes que ya le gustaría a Guardiola o Simeone.
El club ya había fichado previamente a Davor Suker, delantero croata del Sevilla(600 millones) y a Predrag Mijatovic, montenegrino del Valencia (cláusula de 1284 millones).En la portería ficha al alemán del modesto Colonia, Bodo Illgner para sentar al veterano Buyo, supuestamente por aquella manía de tener solo porteros altos.
Llegó al Madrid para marcar época
Para el lateral derecho trae al luso Secretario, su gran error, que rectificó en diciembre fichando a Panucci. Para el medio se encapricha de un francés de origen neocaledonio que jugaba en la Sampdoria, pero su fichaje se frustra y finalmente no trae a Christian Karembeu, si no a su compañero en la medular, el surinamés, nacionalizado holandés, Clarence Seedorf, que por cierto debutó con un golazo al Atlético de Madrid desde el medio campo del que algún día hablaremos.
Hasta de rebote la fortuna sonreía al centurión. Karembeu llegó a Chamartín en 1997 (por cierto, es el primer futbolista nacido en Oceanía campeón de un Mundial).
Reforzó el medio con el brasileño Zé Roberto, que pasó sin pena ni gloria y sobre todo al excepcional lateral izquierdo del que hablamos, que costó 600 millones de pesetas.
Aquella plantilla la completaban otras estrellas como Raúl Gonzalez Blanco o Fernando Redondo y ganaría la Liga al Barcelona del mejor Ronaldo (“El Gordo”).
Aquello fue el germen de la 7ª que tanto significó para el madridismo. Desde luego un elenco de jugadores que marcarían una época.
Se convirtió en una pieza fundamental del equipo de Chamartín durante 11 temporadas, con todos los técnicos que tuvo, sin excepción. Llegó a ser el jugador extranjero que más veces vistió la camiseta del club. Fue uno de los capitanes y sobre todo considerado honoríficamente durante una década el mejor lateral izquierdo del mundo.
Se dice que incluso el Barcelona, en algún momento, barajó la posibilidad de ofrecer 12000 millones por el brasileño. Creo que esto fue antes del “mecherazo” en el Camp Nou…
¿El mejor lateral zurdo de la historia?
Su carácter ofensivo, mucho más desarrollado que el defensivo, le convirtió en un jugador temible, que recorría aquella banda izquierda a una velocidad endiablada. Aunque no era su única virtud, ya que su potentísimo disparo le convertía en un defensa con una media de 6 goles por temporada, algo extraordinario si tenemos en cuenta que carecía de un buen juego aéreo (No olvidemos que medía 1,68m). Un especialista a balón parado, simplemente espectacular.
Finalmente salió del Bernabéu cuando su rendimiento físico empezaba a bajar, aunque las malas lenguas dicen que su renovación nunca llegó por sus declaraciones criticando la destitución de Luxemburgo. (2007) Jugó en Fenerbahçe, Corinthians o Anzhi, donde por cierto era entrenador-jugador y tenía acciones del club. Finalmente colgó las botas en la India.
En Madrid conquistó un palmarés envidiable, 4 Ligas, 3 Champions, 2 Intercontinentales y una Supercopa de Europa.
A esto se le añade un Campeonato del Mundo con Brasil en 2002 y dos Copa América (97 y 99). Individualmente muchas distinciones, como mejor defensa del mundo, pero a destacar un Balón de Plata (2002) y un segundo puesto en el Fifa World Player.
En lo personal “El Macaco” se le recuerda por su carácter alegre y prueba de ellos son frases como; “Yo no soy negro, soy café con leche” o “Tengo 8 hijos de 6 o 7 mujeres diferentes”. También destacó por su gusto por la vida nocturna, siendo pieza fundamental, como en su club, en las fiestas de Ronaldo.
El vídeo es precisamente de un amistoso en junio de 1997 frente a la Francia de Zidane que se convertiría en campeona del mundo en el verano del 98.
Aunque imagino que todos ya lo sabréis, estamos hablando del gran Roberto Carlos.