E único trofeo continental que se le ha resistido al Real Madrid fue la extinta Recopa de Europa.
Los blancos la disputaron en cuatro ocasiones, pero nunca pudieron levantarla pese a llegar en dos ocasiones a la final. Los merengues tampoco poseen ninguna Copa de Ferias, pero es un torneo en el que nunca participaron, ya que, Madrid no albergó ninguna feria.
La Recopa de Europa fue un tornero que enfrentó a los campeones de Copa de cada país adscrito a la UEFA. Su primera edición se celebró en la campaña 1960-1961, aunque no fue reconocida oficialmente hasta 1963.
Impotencia blanca
Su formato era idéntico al de la Copa de Europa, eliminatorias a doble partido hasta la final a partido único.
El Real Madrid la disputó en cuatro ocasiones, ya que, si el equipo ganador de la Copa nacional tenía plaza para la Copa de Europa prevalecía ésta, cediendo su lugar al subcampeón.
Su primera participación fue en la 1970-1971, donde sucumbieron en la final de desempate ante el Chelsea. Tres años más tarde no lograron superar los cuartos de final, cayendo por penaltis ante el Estrella Roja.
En la 1982-1983 los blancos volvieron a alcanzar la final, pero esta vez el modesto Aberdeen escocés se impuso 2-1 en la prórroga.
Los merengues no tuvieron mucha suerte en esta competición, sobre todo por la forma de caer eliminados.
La última oportunidad
La última vez que el Real Madrid disputó la Recopa de Europa fue en la 1993-1994. El curso anterior los blancos perdieron el campeonato doméstico en la última jornada, la segunda de las llamadas «Ligas de Tenerife«.
El equipo dirigido por Benito Floro, como campeón de Copa, tuvo que conformarse con disputar la siguiente edición de la Recopa.
Los dieciseisavos de final fueron bastante benévolos y los blancos se impusieron al Lugano por un global de 6-1. La siguiente ronda les volvió a deparar un rival desconocido, el Tirol Innsbruck austriaco.
Igualaron a domicilio (1-1) y echaron mano del Santiago Bernabéu, donde un 3-0, les otorgó el billete para cuartos.
Era el momento de obtener la venganza, el Paris Saint Germain se volvía a cruzar en su camino, tras ser su verdugo en la misma ronda de la Copa de la UEFA justo un año antes.
No era ni mucho menos el equipazo que los petrodólares han construido hoy en día, pero los parisinos creados fundados apenas dos décadas atrás empezaban a tener cierta relevancia en el Viejo Continente y a mediados de los 90 conquistaron el que hasta la fecha es un su único título internacional.
Más piedras en el camino
En su plantilla contaban con Bernard Lama, reconocido como mejor portero ese mismo año. David Ginola, gran estrella francesa hasta finales de 1993, convertido en villano cuando un error suyo privó a la selección gala de alcanzar el Mundial ’94.
Por encima de todos brillaba Geroge Weah, el delantero liberiano era un jugador temible y se convirtió en una auténtica estrella en el Parque de los Principes.
El Real Madrid conservaba la esencia de la «Quinta del Buitre» con incorporaciones de nivel como Prosinečki, Zamorano o Luis Enrique.
La ida disputada el 3 de marzo de 1994 en el Bernabéu, se saldó con victoria visitante por la mínima. Doce días después se jugó la vuelta en la capital gala. El resultado dejaba una rendija a la esperanza en forma de remontada blanca.
Pero el 6 de marzo de 1994 tuvo lugar una de las grabaciones que más han hecho tambalearse los cimientos del gigante blanco. La UE Lleida ganaba 2-1 al descanso a un Madrid entre la impotencia y la apatía. El periodista Nico Abad captó el sonido de la bronca del técnico en el vestuario con su celebérrimo «¡Con el pito nos los foll…!»
Tras aquella derrota cesaron a Benito Floro y se hizo con los mandos de forma interina Vicente Del Bosque.
La última bala
El duelo de vuelta en el Parque de los Príncipes se antojaba harto complicado. Allí el PSG llevaba sin conocer la derrota desde agosto de 1993 y únicamente había encajado 4 goles en su feudo en todo ese tiempo.
Del Bosque alineó al equipo de gala, el mismo que goleó poco antes al Rayo Vallecano con la única novedad del más ofensivo Luis Enrique por Mikel Lasa.
Todo se les puso de cara cuando en el minuto 20 Butragueño adelantó a los blancos. Tras un saque de esquina Hierro disparó desde la frontal. El tiro pegó en «El Buitre» lo justo para desviar la trayectoria y engañar al portero.Habían igualado la eliminatoria y podían forzar la prórroga, o eso pensaban.
Cada jugada a balón parado parisina entrañaba un peligro brutal para los visitantes. Y así llegó el gol del empate. En el 51′ Valdo puso un centro al corazón del área y el central Ricardo Gomes logró tocar el balón con la bota entre una maraña de piernas. Buyo pudo hacer algo más, pero no acertó a despejar.
Se repetía la historia de siempre del Real Madrid y la Recopa, una historia de amor-odio que nunca tuvo final feliz para los blancos y así la maldición siguió vigente hasta que el torneo se extinguió en 1999, sin otra oportunidad para resarcirse
